La segunda quincena de septiembre ya está aquí y como siempre ya se han filtrado unos cuantos pilotos para que podamos abrir boca. Esta es la estrategia de siempre de los canales, que ponen a disposición del público los primeros episodios de algunas de sus series para ver las reacciones. Hace tiempo que dejó de considerarse una forma de perder espectadores el día del estreno, sobre todo después del éxito masivo del piloto de 'New Girl', y ahora se contempla como una herramienta para motivar un boca oreja y permitir que se hable de ellas, algo mucho más efectivo que un cartel promocional colocado a pie de carretera. Y 'Trophy Wife' es una de las propuestas a las que ya hemos podido hincarle el diente.
Es una comedia de veinte minutos que cuenta los líos de Kate Harrison, una chica muy fiestera que decide dejar el karaoke en favor de casarse con Pete, un hombre bastante mayor que ella. Pero lo que complicará el matrimonio no es precisamente la edad de Pete, sino las dos ex mujeres con las que Kate tendrá que lidiar y que no se la toman en serio- una de ellas hippy y medio loca, la otra una médico incapaz de reír- al igual que los hijos incluidos de forma indirecta en el contrato, que ni tan siquiera podrán verla como una madrastra.
Nos encontramos, por lo tanto, ante la enésima serie familiar que procura sacar punta de una realidad: que la mayoría de las familias ya no son como en las rancias y blancas ficciones pretéritas (el padre, la madre, el hijo, la hija y el perro). Un concepto muy atractivo desde que 'Modern Family' se convirtiese en el modelo a seguir hace ya cinco temporadas y que los canales tienen tanto en mente que habrá unas cuantas propuestas más que seguirán este hilo. Estará 'Welcome to the Family', cuya particularidad será la familia multiculural que forman dos adolescentes poco precavidos, tendremos la (¿infame?) 'Sean Saves the World' sobre un hombre que sale del armario ante su hija adolescente y también tendremos 'The Goldbergs', ambientada en los ochenta y que justamente intentará ir al pasado para reírnos de antaño.
El toque femenino
Los creadores detrás de 'Trophy Wife', como últimamente es tendencia, son dos mujeres: Emily Halpern, que había trabajado en 'Sin Cita Previa' y 'The Unit', y Sarah Haskins, una comediante con poca experiencia como guionista y cuya mejor anécdota es que está casada con Geoffrey Edwards, hijo del director Blake Edwards ('Cita a Ciegas', 'Victor o Victoria') y hijastro de Julie Andrews. Algo que debería notarse para bien en la serie ya que, si bien toda la familia gira en torno a Pete, su protagonista es una mujer y los mayores conflictos vienen de su relación con ellas.
A partir del piloto, sin embargo, no se nota un toque especial por parte de las responsables. Puede que el reparto sea uno de los más interesantes de la temporada gracias a que cuenta con Bradley Whitford (más conocido como Josh Lyman en 'El Ala Oeste de la Casa Blanca'), Marcia Gay Harden (ganadora de un Oscar por 'Pollock' y que este verano estuvo en 'The Newsroom'), Michaela Watkins (que había trabajado en el 'Saturday Night Live') y Malin Akerman, cuya carrera cinematográfica jamás acabó de consolidarse. Pero ninguno de ellos está especialmente mal, ni ninguno está especialmente bien. Simplemente, en veinte minutos no tienen ni un solo gag bueno entre manos, con lo que es imposible juzgarles y que es la mayor pega que se le puede poner a la serie.
¿Puede mejorar?
Ya se sabe que las comedias son el género más complejo de arrancar. Hay situaciones, bromas y personajes que no puede saberse cómo funcionan hasta que los guionistas pueden ver con sus propios ojos cómo quedan y pueden aplicar correcciones. Por lo tanto, hay que darles cierto margen a la interacción de los actores y que adecuen sus vis cómicas los unos con los otros (Watkins, por ejemplo, parece estar en otra serie). Pero no puede perdonársele a 'Trophy Wife' que no tenga ni una sola buena idea. Los asesinatos de hámsteres está claro que eran más divertidos en su mente que en pantalla, también la obsesión de uno de los hijos con Poseidón y la broma sobre el vodka, la única con potencial, tampoco cuajó del todo y no precisamente porque Akerman estuviese mal. Puede que esta actriz sea una Cameron Diaz de rebajas, pero está bien en el papel y da la impresión de que tiene ganas de pasárselo bien en una comedia.
Comparémosla, por ejemplo, con 'Modern Family', cuyo piloto se alaba muy a menudo y que no me divirtió excesivamente. Puede que no conociéramos del todo a los personajes (aunque sí los presentaron fenomenalmente) y que, como no eran del todo cercanos, no pudiéramos apreciar todas las bromas con la intensidad de más adelante. Pero el momento en el que Cam cogió a su hija y la presentó en sociedad como si fuera 'El Rey León' es tronchante. Da igual si has visto un episodio entero o sólo cinco minutos: es un buen gag. Y 'Trophy Wife' no tiene ninguno. Es más, queda en evidencia al final del episodio cuando ponen una escena extra al final, descontextualizada y donde Watkins hace la payasa como la ex esposa falsamente relajada y zen. Es un despropósito. Y encima no se atreven a sacar jugo a lo único que podría tener gracia, que es la grimosa situación capilar de Bradley Whitford. Perdonad pero alguien tenía que decirlo.
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