Hay gente que viene dispuesta a todo en 'First Dates' y luego están los que hacen hacen la cruz en cuanto su cita no les gusta físicamente. Aunque claro, suficiente hicieron Yara y Edén con no dormirse encima del plato en la cita más aburrida de sus vidas.
Amigos sin derechos
Yara tiene 37 años, vive en Laviana y es empresaria. Como buena asturiana, le gusta mucho la sidra, el cachopo y la fiesta. Lo único que le pide a la vida es un chico como Maluma, "moreno, tatuado y con esa chispa", pero siempre acaba con mujeriegos y mentirosos.
En lugar del cantante, su cita es Edén que "a Maluma no se parece ni en la uña del pie". El soltero de 36 años vive en Oviedo y trabaja como albañil y ganadero. Ninguno de los dos se gustó físicamente nada más entrar: "Cuando entré quise retroceder y volverme por donde he entrado" dijo él.
Durante la cena, intentaron disimular su desagrado con preguntas de cortesía: ¿A qué te dedicas? ¿Cuántos años tienes? ¿Qué haces en tu tiempo libre?... pero la tensión se podía cortar con un cuchillo: "No me transmite nada".
La conversación continuaba sin muchas ganas por parte de ninguno, hasta el punto en que Yara optó por remarcar que ella "era feliz soltera", para dejarle claro que no pretendía salir de allí con pareja.
A Edén le pareció que Yara como novia podría ser "manipuladora, exigente y con mucho carácter". Yara pensó que era la cita más aburrida que había tenido en su vida y a él tampoco le gustó "tener que sacarle las palabras".
Al final, la conversación se extinguió en un incómodo silencio, así que él decidió irse al baño para llamar a sus amigos y mandarles una señal de SOS: "Quiero que esto se acabe". Ambos coincidieron en que era mejor no volver a verse, porque no tenían nada en común y no pegaban ni con cola.
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