Si no hay feeling, no hay cita en 'First Dates'. Cochele venía dispuesto a ligar tras 24 años de monogamia pero no terminó de encajarle a Sandra, que le vio un poco antiguo para su gusto.
Smells like teen spirit
Sandra es barcelonesa, tiene 42 años y trabaja como cajera en festivales. Dice que viene del sol y que ama la vida y ama el amor: "Veo un perro y lo amo, hablo con una planta y la amo". Le contó a Laura Boado que tiene una marca de ropa alternativa, en la que utiliza materiales que encuentra en la basura. Buscaba a un chico activo y que le gustase la playa.
Cochele es chófer en Lleida y tiene 46 años. Estuvo enamorado durante 24 años, hasta que su pareja le fue infiel y se acabó lo que se daba. Después se tomó un año sabático de relaciones para dedicarse más a su hijo. A Sandra no le gustó a primera vista porque prefería hombres más altos.
Empezaron la cena hablando de que Cochele era más de platos calientes y a Sandra la carne le resultaba muy agresiva porque es Leo. Él le aseguró que era un apasionado de la moda, aunque a ella le pareció que era todo un poco de boquilla.
Cochele recordó cuando antes llevaba el pelo largo ("Me llamaban El Guti") y le contó que acababa de salir de una relación larga y que era la primera vez que estaba en el mercado tras un año de abstinencia: "Tiene que disfrutar un poco más la solería" reflexionó ella.
Él insistió en invitarla porque "era muy clásico" y Sandra aceptó porque siempre le tocaba pagar a ella. En el fotomatón, tuvieron que reventar un globo con la barriga y luego ella le dio dos castos besos en el cuello para la pose de la foto: "¿Qué es esto? ¿Vamos a rezar el Padre Nuestro?" se rió Cochele.
En la decisión final, ninguno de los dos accedió a tener una segunda cita: Cochele reconoció que lo habían pasado bien pero no había sentido ningún feeling y Sandra buscaba alguien con un espíritu más juvenil.
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