Si tenemos que hacer referencia a un gran icono de las cintas de puñetazos a mano limpia y patadas imposibles, este sería Jean-Claude Van Damme, el joven diestro en artes marciales nacido en Bruselas que se convirtió en una de las estrellas de acción más populares y reconocidas del mundo gracias a su incursión en el cine en la década de 1980, y que rápidamente se convirtió en un ídolo de culto gracias a sus acrobacias y su estilo de lucha único.
Sin embargo, no todo en Hollywood brilla y Van Damme lo sabe a la perfección, y es que en lo alto de su carrera el fortachón actor tomó una decisión que sepultó su futuro en el género de las películas de acción, todo por intentar imitar el éxito de un comediante en ascenso: Jim Carrey.
Era el año de 1994 cuando Van Damme protagonizaba el hit 'Timecop: policía del futuro': una cinta sobre viajes en el tiempo que recaudó 100 millones de dólares en Estados Unidos y que lo colocó como una de las máximas estrellas del cine de acción de la época, poniéndolo en el mismo nivel de otros actores que protagonizaron grandes éxitos de taquilla de ese mismo año, como Tom Hanks (por 'Forest Gump'), Sandra Bullock por 'Máxima velocidad' ('Speed' en inglés) y, por supuesto, el gran éxito de comedia de 'La máscara' protagonizado por Jim Carrey.
Ante el gran suceso en el que se convirtió la película en la que comparte créditos con Cameron Diaz, Van Damme no quiso quedarse atrás con su recién obtenido estatus de súper estrella, por ello, cuando se le presentó de protagonizar una trilogía de cintas por las que recibiría 12 millones de dólares por cada una, rechazó la propuesta al enterarse de que Carrey habría cobrado 20 millones por su reciente proyecto.
El proyecto con Universal para protagonizar una trilogía de acción se diluyó tan rápido como había llegado: "A Jim Carrey le pagaban una fortuna. Y quería jugar con el sistema. Como un idiota. Ridículo.", afirma en una entrevista para The Guardian, en la que asegura que tal decisión lo llevó a aparecer en la lista negra de actores de Hollywood con los que nadie quería trabajar, no sólo por su acto de prepotencia, sino también por el declarado uso de sustancias al que los acelerados ritmos de producción y promoción de sus cintas lo orillaron.
Si bien este tropiezo se debió a que estaba en un mal momento de su carrera, en 2010 volvió a brillar una oportunidad para regresar al cine de acción con Sylvester Stallone, que dirigió la cinta de acción al puro estilo de la vieja escuela 'Los mercenarios' ('The Expendables' en inglés): un proyecto con estrellas como Dolph Lundgren y Mickey Rourke, una película en la que Jean-Claude Van Damme relució por su ausencia porque, aunque Stallone personalmente le ofreció un papel, éste lo rechazó.
Aunque su carrera ha sido un largo camino tormentoso de subidas y bajadas, no ha dejado de estar vigente en la industria actuando en películas de acción formuladas, varias de ellas para el leal director de acción de Hong Kong, Ringo Lam, sin dejar de lado la notable excepción que fue JCVD de 2008, un claustrofóbico thriller de atracos en el que se interpreta a sí mismo con un efecto sorprendente.
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