La aberrante campaña del Ministerio de Cultura ‘Si eres legal, eres legal’ se ha llevado el reconocimiento popular como peor anuncio a raíz de la encuesta preparada por la asociación de consumidores Facua y lanzada a través de la red. El 45% de los consumidores encuestados se decantó por este spot. En segundo lugar quedaron las maravillas del Actimel contadas por Susanna Griso, con un 22% de los votos.
En el spot ¿premiado? se comparan las descargas de obras culturales mediante redes peer-to-peer con estar a punto de atropellar a un recién nacido, rayar un coche o patear contenedores de basura. ¡Y que viva la manipulación!
Ya no es que la descarga sin ánimo de lucro sea legal, que lo es. Es que para más inri conocemos una sentencia fresquita que así lo reconoce. Contrariamente a todo esto, la campaña del Ministerio tergiversa y retuerce la realidad hasta hacer parecer psicópata a un pobre tipo que se descarga en la intimidad de su habitación ‘Ana y los Siete’. Uf… Vale, ahora quizá me he equivocado de ejemplo, pero ya sabéis a qué me refiero.
Y lo que es peor. El spot equipara las descargas con la venta de copias, que no es lo mismo. Una cosa es compartir obras culturales e incluso decidir, ¿por qué no?, si nos interesan antes de comprar una copia en la tienda, y otra muy diferente es sacar un lucro o beneficio económico de ello. Lo primero es un derecho de cualquier espectador. Lo segundo, no. Por otra parte, no podemos olvidar que a menudo el espectador se mueve hacia la descarga de contenidos en busca de un valor añadido sobre lo que se encontraría viendo la serie por la tele. Un ejemplo de esto serían las series que, descargadas, le llegan al espectador en versión original y mucho antes de lo que tardan en emitirse por la tele, pueden verse en cualquier horario y en cualquier lugar.
Acciones como esta sólo sirven para redifundir ese aura de oscuridad que tiene internet para algunas personas completamente analógicas (que las hay, y muchas). Les cuentas que escribes en internet y te miran como si vieran en ti la cara del mal. Al final, prefiero que mi madre crea que soy pianista de un burdel que sepa que soy blogger. Es la revisión del clásico del periodismo, pero con más razón gracias a los amigos del Ministerio de Cultura. ¿De qué cultura?, me pregunto.
Vía | Facua
Vídeo | Si eres legal, eres legal
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