El otoño pasado, el sevillano Fernando Franco estrenaba 'La Herida', su primer largometraje como director después de haber desarrollado su carrera como montador de cine. La jugada no le salió nada mal y además de ser una de las grandes películas del 61º Festival de San Sebastián, donde Marian Álvarez ganó la Concha de Plata a la Mejor Actriz, Fernando Franco se alzó con el Goya a la Mejor Dirección Novel y su actriz, con el correspondiente a Mejor Actriz Femenina, colocando a la película entre una de las mejores del año. Además, la película termina su carrera con un par de nominaciones a los Premios del Cine Europeo: el de Mejor Actriz y el de Mejor Ópera Prima.
Este año, Fernando Franco presidirá el jurado de la XIII edición del Festival JamesonNotodofilmfest, el festival de cine corto online. Un jurado que, además de Franco, está compuesto por otros grandes nombres del panorama cinematográfico español como Montxo Arméndariz, Javier Fesser, Jonás Trueba, Emma Suárez, Ernesto Sevilla y Julio de la Rosa. Los 7 serán los encargados de entregar los premios de un festival que vio nacer a talentos como los de Nacho Vigalondo, Daniel Sánchez Arévalo o Carlos Vermut.
Nos sentamos con Fernando para charlar sobre su labor como presidente del jurado del JamesonNotodofilmfest, el perfecto cierra para su película con las dos nominaciones en los Premios del Cine Europeo, sus próximos proyectos y la situación del cine español. Pasen, lean y disfruten.
“¿Por qué no?” es lo primero que me viene a la cabeza. En cualquier caso, supongo que mi interés por el cine viene de la capacidad que me brinda para expresarme amalgamando lenguajes muy diferentes que van de lo literario a lo musical pasando por lo fotográfico, escenográfico, etc...
Las etiquetas, en general, no me interesan demasiado. Y la de “otro cine español” me da una pereza especial. En cualquier caso, sí que coincido en la apreciación de que se están haciendo cosas estupendas, muchas de ellas con poco presupuesto. Creo que tiene que ver fundamentalmente con el talento. Creo que hay mucho y que, en cierto modo, gracias a la flexibilización de los formatos es más fácil dar rienda suelta a esa creatividad. Eso no quita que todos queramos hacer nuestros proyectos en las mejores condiciones posibles y no en la indigencia.
Pues creo que el problema viene de la pereza. Dudo mucho que la gente que generaliza diciendo que el cine español es malo haya visto el suficiente como para darse cuenta de lo diverso que es. Pero, claro, es más fácil despotricar sin más que intentar cubrir el amplísimo abanico que va del cine de Andrés Duque a “Ocho apellidos vascos”, con todo lo que hay por el medio, buscando ese cine español concreto que te pueda interesar como espectador.
Muchísimo. La sala de montaje ha sido mi master en dirección. Del material de otros directores y de mi relación con ellos es de donde más he aprendido de puesta en escena, dirección de actores, etc... es como estar todo el día metido en el quirófano de las películas.
El tema me inquietó muchísimo desde que leí sobre él por primera vez. A partir de ahí pensé en qué sería interesante abordarlo cinematográficamente. En primer lugar lo pensé como un documental pero, más tarde, llegué a la conclusión de que sería mejor contarlo desde la ficción. Para ser riguroso con el tema pensé que el mejor modo era ceñirme al cien por cien al punto de vista de un personaje y no abandonarlo. De este planteamiento y de toda mi documentación e investigación nace Ana.
Como señalaba antes, sí que pensé primeramente en abordar el tema desde un prisma documental, así que de algún modo ese enfoque ha dejado su poso en la puesta en escena. Conseguir levantarlo ha sido fruto de la valentía de mis productores, todo ellos amigos, que apostaron por el proyecto desde el principio y que no se rindieron en ningún momento pese a que la financiación no fuese precisamente fácil.
Creo que tienen que existir todo tipo de películas, las más pequeñas y las más grandes pero que, de alguna manera, el sistema de ayudas debe asegurar y fomentar la existencia de las más débiles ya que la vida de una película no se ciñe sólo a la taquilla sino que hay factores muy a tener en cuenta como su presencia en festivales, recorrido internacional, etc... muchas de estas películas más pequeñas y que apenas son visibles dentro de nuestras frontera gozan, sin embargo, de un prestigio enorme en otros países.
Yo quería que fuerse ella la protagonista así que la llamé y le pasé el guión. Le gustó, charlamos sobre él y su visión sobre el personaje no hizo sino confirmarme que tenía que ser ella sí o sí. No hicimos casting ni pruebas para encarnar a Ana.
Mucha satisfacción en cualquiera de los dos niveles. Mucha felicidad también por la complicidad de todo el equipo que ha hecho posible que la peli haya llegado hasta ahí. Quiero pensar que esto nos servirá para ponernos las cosas más fáciles de cara a próximos proyectos.