'Entrevista con el vampiro', auténtica mitología vampírica

'Entrevista con el vampiro', auténtica mitología vampírica
Facebook Twitter Flipboard E-mail

“Tu cuerpo se muere. Pero no prestes atención. Nos pasa a todos”

-Lestat de Lioncourt

Inmersos como estamos, desgraciadamente, en una fiebre absurda, y convocada por el poder del marketing, en torno a la infame saga de películas vampíricas (por decir algo) de ‘Crepúsculo’, deberíamos echar un vistazo a algunas películas recientes en torno al mito que, sin tener como protagonista al famoso conde Dracula, mejor lo han tratado. Tal es el caso a mi parecer, de ‘Entrevista con el vampiro’, un filme que soy consciente de que no goza de excesiva fama y que, en el momento de su estreno fue despreciada como una película para chicas, al contar en su reparto con algunas caras guapas muy de agradecer, entre ellas actores en alza o estrellas consagradas. Pero si vemos el desastre de ‘Crepúsculo’ y revisamos esta, parece que exageraron un poco. Y sin ver aquel desastre, sigo pensando que es una película injustamente despreciada.

No por eso es una película sin algunos importantes defectos. Pero con sus luces y sus sombras, y adaptando la difícil novela original, se erige en un interesantísimo collage vampírico, casi un estudio de su mitología, tal como son las Crónicas Vampíricas de Anne Rice. Un filme que ha aguantado, además, muy bien el paso del tiempo, tanto temática, como narrativa, como técnicamente, y que posee una serie de ramificaciones morales tremendamente interesantes que a continuación pasaremos a analizar y bastantes valores estrictamente cinematográficos. Quince años después de su estreno, su visionado produce idéntico placer, o más, que entonces, y sus perdonables defectos se pueden perdonar tratándose de la gran producción que es y de las bazofias que se estrenan hoy día.

Un proyecto arriesgado

Siendo como es una película de un gran estudio, con un presupuesto elevado, algunas estrellas importantes y la necesidad de recaudar una buena suma de dinero para que la inversión tuviera sentido, este relato resulta de una sordidez y de un tono siniestro verdaderamente notables. Cuesta imaginar algo como esto hoy día, si bien está dirigida por un director tan interesante como Neil Jordan, que ya había demostrado su capacidad para el fantástico y el terror en la estupenda ‘En compañía de lobos’, con poco poder en Estados Unidos, pero que en complicidad con Anne Rice (que adapta su propia novela) pudo llevar todo lo lejos que pudo una historia tan resbalazida y arriesgada. El comienzo es muy bueno, con una suave panorámica aérea del puerto de San Francisco, a la que le suceden varios planos urbanos que da la sensación que se tomaron sin consentimiento de los viandantes y que producen una gran sensación de realidad. Porque en todo momento vamos a tener unos vampiros muy alejados de lo que a menudo se espera de ellos, aunque siguen bebiendo sangre y muriendo a la luz del Sol.

Louis de Ponte du Lac (Brad Pitt con treinta años) va a contarnos la historia, en la larga entrevista que tiene lugar en la novela y que aquí será también la columna vertebral de la trama. Desde el mismo principio, se advierte el conveniente saneamiento que Rice ha llevado a cabo con su novela. Es la muerte de su mujer y su bebé, y no la del hermano de Louis, lo que provoca su desesperación y su deseo de morir, y el encuentro con Lestat está revestido de un aura gótica irresistible. El rubio vampiro, que se regodea en su amoralidad, le va a descubrir, no sólo un nuevo mundo sensorial, sino sobre todo un nuevo mundo moral, en el que las aceptadas normas sociales desaparecen y soon relevadas por otras nuevas. Ambos son como la noche y el día: Louis es atormentado, Lestat es vitalista; Louis es retrospectivo, Lestat es jovial; Louis se siente culpable por todo, Lestat no tiene prejuicios.

Su relación tiene momentos e ideas apasionantes, todos ellos extraídos de la novela, tales como la percepción de Lestat de la muerte no como una maldición, sino ciertamente como una bendición, y de sí mismo como alguien capaz de otorgar la paz a la desgraciada raza humana. Pese a su tono mordaz, lo piensa verdaderamente. Louis propone vivir de la sangre de animales, pero Lestat le asegura que dando la muerte a seres humanos se les libera de sufrimientos a ellos y al mismo vampiro. Pero Lestat es un pésimo maestro y se ve obligado a convertir a una niña de pocos años para no perderle. Los tres formarán una fascinante familia disfuncional, con un distorsionado complejo de edipo como catalizador del brutal final del grupo.

iwtv3.JPG

Impresionante Tom Cruise

Lo de Cruise es una desgracia artística, porque este hombre era, y desde luego ya no es, un actorazo con un futuro alucinante. Ya había demostrado de lo que era capaz en ‘Algunos hombres buenos’, pero aquí echa el resto (y en ‘Magnolia’ de la última prueba de su genio interpretativo), y en secuencias como esa en la que juega con una prostituta encerrándola en un ataúd se pone a la altura de los más grandes. Sus cambios de ritmo en esa secuencia, su intensidad y su abanico emocional son para quitarse el sombrero. Pero todas sus secuencias son las mejores de la película, y cuando él no está, esta baja mucho de interés. De hecho es un secundario, pero no lo parece, desde luego. Aún recuerdo que Anne Rice montó en cólera cuando supo que Cruise se vestiría de su amado Lestat, pero cuando vio lo que había hecho, desdijo sus palabras.

A su lado, Brad Pitt está muy por debajo. Actualmente, me parece un actor muy interesante, pero como ya dejé por escrito, ha evolucionado mucho este actor. Aquí está a ratos regular, a ratos bien, a ratos fatal. Tanto de ritmo como de energía, e incluso de marcaje. Neil Jordan le dirige con tino, pero Pitt sobreactúa a menudo. Pienso que cuando mejor está es cuando menos habla, pues su rostro es muy sensible a las emociones. Sin embargo la película habría ganado con otro actor principal. Tanto él como Banderas son muy inferiores a Cruise, el abismo que separa sus capacidades es inmenso.

Sólo una asombrosa Kirsten Dunst puede sostener de tú a tú el vendaval de ingenio de Cruise. Su niña vampiro es un trabajo de primer orden. No sólo esa mirada de una persona mucho mayor que ella (a fin de cuentas, un vampiro no envejece), sino secuencias como en la que descubre el cadáver de una mujer adulta enterrada entre muñecas (una idea fascinante que no estaba en la novela: a fin de obtener una imposible madurez física, la niña vampiro asesina a una mujer adulta y la entierra entre las muñecas que la representan a ella y que contabilizan su verdadera edad…). Kirsten y Cruise forman un dúo insuperable, y tanto Pitt como Banderas, como Slater, son meros comparsas para su recital.

iwtv9.JPG

Una dirección equilibrada

La pena es que sólo esta novela, de todas las Crónicas Vampíricas, haya conocido una adaptación decente. No quiero ni nombrar ese horror en el que Stuart Townsend hizo de Lestat. Aquí, sin embargo, tiraron la casa por la ventana, principalmente con un diseño de producción complejo y subyugante, obra del gran Dante Ferreti, y de la luz (lóbrega pero sutil) de un inspirado Philippe Rousselot, un director de fotografía al que pocas veces han considerado como merece. Ambos dan el empaque adecuado a esta historia, y Neil Jordan alcanza un equilibrio pocas veces visto en este tipo de superproducciones, si bien es cierto que la intensidad baja muchísimo una vez Lestat desaparece y Louis y Claudia viajan a Europa. Pero el que no desfallece es Elliot Goldenthal, que aquí firma su obra magna, una partitura musical densa y llena de matices, que pasa del horror al romanticismo y lo gótico sin fisuras.

El estilo de Jordan es clásico, como se suele decir, pero también muy psicológico, y se encuentra en su salsa más en las relaciones entre los personajes que en las grandes secuencias destinadas a enaltecer al público. Comprende muy bien la mitología vampírica propuesta por Rice y se entrega a ella con convicción y sin ambages. Incluso con pasión, enriqueciendo un universo ya de por sí muy particular, y logrando con esta película una a ratos sorprendente película de vampiros. Inquietante, amoral, sinfónica, psicológica.

Esta es mi opinión.

Comentarios cerrados
Inicio