El mejor filme de ciencia ficción que jamás se haya rodado. Michael Crichton
Aunque a priori estuviera bastante lejos de mi intención llevar la contraria a una afirmación tan categórica de un escritor que nos dejó algunas de las mejores novelas de ciencia-ficción —y una película que ya tocaremos en su momento— que haya tenido ocasión de leer, en lo que se refiere a la valoración final de 'El enigma...de otro mundo' ('The thing from another world', Christian Nyby, 1951) me veo en la obligación de posicionarme en una actitud bastante más relajada que el autor de 'Esfera'.
Para matizar esta postura os insto, obviamente, a seguir leyendo, si bien debo dejar claro antes de comenzar a analizar la cinta que, sin estar plenamente de acuerdo con la aseveración del norteamericano, sí que soy de los que piensan que el presente filme es una de las mejores y más tempranas muestras de lo que el género llegó a ofrecernos durante la prolija década de los cincuenta y que sin él, mucha de la ciencia-ficción que nos llegaría más tarde no habría sido la misma.
Relato de ese adorado escritor de ciencia-ficción del siglo pasado que es John Wood Campbell Jr. que apareció por primera vez en las páginas de 'Astounding Stories' en 1938, en 'Who Goes There?' se abordaba una peculiar invasión extraterrestre mediante la infiltración de un ente alienígena en una base del polo Sur y cómo, por su capacidad de asumir cualquier forma orgánica, éste va diezmando a los miembros de la expedición que, ignorantes, lo han introducido en su campamento.
Respetando en gran parte la construcción general del relato, 'El enigma...de otro mundo' es tan fiel a las páginas desde las que deriva que mucho de lo que puede achacársele al texto original juega igualmente en detrimento de la apreciación de un filme que falla —aunque siempre se quede muy lejos de hacerlo estrepitosamente— en la creación de una atmósfera más opresiva, en generar un mayor estado de paranoia en sus protagonistas y, en última instancia, en transmitir algo de ese horror que las páginas de Campbell apuntaban con sus claras reminiscencias a los relatos de H.P.Lovecraft, en especial a esa genial novela llamada 'Las montañas de la locura' que esperamos poder ver algún día llevada a la gran pantalla de la mano de Guillermo del Toro.
Pero no nos desviemos. Decía que el guión del filme, obra de Charles Lederer, se mantiene bastante cerca de lo que la lectura del texto original nos ofrece, aunque se aparte de ella en un punto que hubiera resultado fundamental a la hora de aportar mayor fuerza a la terrible criatura descrita por Campbell: no cabe duda de que fueron las limitaciones técnicas de la época las que llevaron a los responsables del filme a prescindir del carácter adaptativo del ente que los protagonistas encuentran encerrado en los hielos, optando en su lugar por una presencia física de clara inspiración "karloffiana" —la criatura es clavada al monstruo de Frankenstein encarnado por el actor en el filme de James Whale—.
Dejando atrás las diferencias entre adaptado y adaptación, si hay algo por lo que este filme ha acaparado la atención de los cinéfilos a través de las décadas es por las muchas dudas existentes alrededor de su verdadera autoría: producida por Howard Hawks y acreditada a Christian Nyby, editor de varios de los filmes más importantes del realizador estadounidense —entre los que se cuentan 'Tener y no tener' ('To Have and Have Not', 1944) o 'Río Rojo' ('Red River', 1948)—, muchas son las voces que han argumentado que el papel de Hawks en este filme fue muchísimo más allá de lo que Nyby siempre quiso defender como suyo. Tanto es así, que Kenneth Tobey, el actor que aquí encarna con irregular convicción al Capitán Patrick Hendry, se refería al asunto en los siguientes términos:
Howard Hawks rodó toda la película, salvo una escena, rodada por Nyby, aquella en que cruzamos un umbral, y que me parece la peor de toda la cinta. Sé que Nyby siempre se ha atribuido la realización de la película, pero lo hacía para venderse.
Se puede decir más alto, pero probablemente más claro, no. Afirmaciones de uno de los principales intérpretes al margen, soy de los que opinan sin dudarlo que 'El enigma...del otro mundo' es un filme Hawks cien por cien. Una opinión que se fundamenta en la inequívoca impronta que la cinta tiene a esa forma tan personal y tan estudiada que Hawks poseía a la hora de enhebrar el "grupo hawksiano" del que tantísimo se ha podido llegar a hablar cada vez que se ha estudiado el cine del director y que, según apuntaba Joseph McBride:
(...)siempre trata de un grupo de profesionales estrechamente ligados que intentan realizar una tarea difícil juntos mientras mantienen un código propio de conducta, rigurosamente definido. Ya sean pistoleros, aviadores, cazadores (...), la gente de Hawks se mueve en una sociedad cerrada en sí misma en la cual los esquemas de conducta son la habilidad personal, la lealtad al grupo y el autorrespeto.
Claramente adscrito a estos modos de descripción de los personajes, resulta sintomático que en la planificación del filme sean muy pocas las veces en las que la cámara encuadra a menos de cuatro personajes, reservándose dichos contados momentos a unos apuntes amorosos completamente inservibles que entorpecen sobremanera el avance de una trama que se mueve presa de un irregular ritmo, ora alocado y frenético, ora sosegado y de clara voluntad expositiva, un hecho que termina jugando en contra del tono final de una cinta que debería haber jugado mucho mejor sus cartas de temor ante lo desconocido e insuperable que resulta la criatura.
Dada su temprana fecha de producción, está claro que la relevancia de 'El enigma...de otro mundo' en la configuración de los patrones que seguirán muchas de las cintas de género de la década, es indiscutible: aquí encontramos ya las semillas que después germinarán en la xenofobia alien, el poco creíble enfoque científico y el marcado tono militarista que, por ejemplo, podíamos observar en 'La guerra de los mundos' ('The War of the Worlds', Byron Haskin, 1953) y que queda claramente rubricado por ese "Vigilad los cielos" con el que se cierra ominosamente un filme fundamental en la historia del género al que, además, hay que agradecerle el que sirviera de inspiración a John Carpenter para ese magistral título que es 'La cosa' ('The Thing', 1982).
Otra crítica en Blogdecine
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