A lo largo de los años se ha hecho todo tipo de realities en España, pero últimamente lo más habitual era buscar el salseo o el drama más o menos forzado para así atraer el interés del público, o al menos de cierto sector del mismo. Eso ha llevado a que cada vez sea más difícil encontrar un formato de esas características que se centre en transmitir buen rollo, un vacío que Amazon ha aprovechado con el lanzamiento de 'Celebrity Bake Off España'.
Adaptación del exitoso programa inglés 'The Great British Bake Off', del cual ya se han lanzado doce temporadas -que ya se llevó previamente a la televisión española con escaso éxito-, 'Celebrity Bake Off España' es el antídoto perfecto para aquellos que acabasen saturados con 'Masterchef', tanto por el enfoque del formato en nuestro país como por la abultada duración de sus episodios, ya que aquí todos ellos rondan los 50 minutos al no existir la necesidad de tener que llenar toda una noche televisiva.
Un formato sencillo que no se complica
La premisa de la que parte 'Celebrity Bake Off España' es sencilla: 10 famosos tendrán que preparar una serie de postres. Cada episodio consta de dos pruebas y uno de los participantes será eliminado al final de cada capítulo. El precio será una donación de 100.000 euros a la ONG que elija quien se lleve la victoria.
Sobre el papel parece aplicar una fórmula similar a la de 'Tu cara me suena' a un talent culinario, y hay más aspectos que comparten ambos formatos como el buen rollo entre los participantes, pero en 'Celebrity Bake Off España' se va más al grano, potenciando la necesidad de un buen montaje para ofrecer un producto televisivo con el ritmo necesario para que no se haga pesado y se pase volando.
Y es que otro de los rasgos identitarios de 'Celebrity Bake Off España' es la precisión, pues hasta los momentos en los que los concursantes se muestran más juguetones encajan dentro de la narrativa de cada programa o incluso del concurso en líneas generales. Eso no quiere decir que haya momentos de alivio más cómico, pero siempre bien dosificados y buscando un equilibrio para que todos los concursantes puedan ofrecer algo al resultado final.
Eso redunda también en una mayor búsqueda del compañerismo en lugar de potenciar el gen competitivo de los participantes. Esto último aparece de forma muy limitada a lo largo de los diez episodios de esta primera edición, siendo mucho más habitual ver cómo se ayudan entre ellos, sobre todo en los primeros capítulos.
Con el buen rollo por bandera
Además, la selección de los concursantes es otro gran acierto, ya que se buscan perfiles diferenciados con los que poder conectar con todo tipo de público. Está claro que cada espectador tenderá a disfrutar más con ciertos participantes, pero lo realmente importante es que todos suman y hacen que el visionado de cada episodio sea de lo más entretenido.
En lo referente a la organización, Brays Efe y Paula Vázquez ponen la nota de color a modo de presentadores. Su presencia es bastante reducida más allá de los inicios de cada capítulo serían quizá lo más sacrificable del formato, pero tampoco molestan y ocasionalmente hacen algún comentario que añade más potencia a ese buen rollo que desprende en todo momento.
No me extrañaría que en principio estaría pensado que su función fuera añadir más humor al programa, pero es que ahí encontramos otra de las grandes virtudes de 'Celebrity Bake Off España': lo divertido que puede llegar a ser. Pocas comedias vi el año pasado con las que me riera -o al menos sonriera- más que con esto, algo con lo que no contaba para nada.
Por último está el tema de los jueces, que en muchos realities se utilizan para fomentar el drama y cargarse el buen rollo que pueda existir. Aquí van en consonancia al formato, lo cual no quiere decir que si alguien lo hace fatal no lo digan y señalen el motivo, pero sin querer hacer sangre, más como si estuvieran decepcionados por ver rota la progresión que pueda tener un concursante que por cualquier otro motivo.
En resumidas cuentas
'Celebrity Bake Off España' es un programa que deja de lado todo tipo de cinismo para apostar por el compañerismo, el humor y el buen rollo. Todo ello sin dejar de lado la necesidad de cocinar y no presentar a los jueces algo más propio de 'Nailed it!'. Todo ello sin pasarse de largo en la duración de los episodios y acertando eligiendo tanto a los jueces como a los concursantes. Así sí.
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