Las conversaciones sobre la taquilla se han vuelto especialmente aburridas, y el éxito arrollador de los grandes eventos ha tenido mucho que ver. Tradicionalmente era más frecuente esperar a que una película fuese construyendo interés, creciendo o manteniéndose en las carteleras por un buen boca a boca que contrasta con el estrenazo gordo pero efímero del primer fin de semana.
Claro, las circunstancias actuales son otras. Las películas son más caras porque hay que hacerlas más bombásticas y más evento, y eso nos mete en un circulo vicioso donde hay que pegar el petardazo al comienzo o ya nada. Ya no se puede confiar plenamente en la historia, que esta encuentre naturalmente su hueco, y se termine convirtiendo en un clásico imperecedero como ‘El diario de Noa’.
Algo para recordar
La película romántica que se ha convertido en el lugar feliz de muchos espectadores, volviéndola así una de las películas de referencia en el género durante este siglo. Ryan Gosling y Rachel McAdams se destapan como estrellas en este film de Nick Cassavetes que cumple 20 años de su estreno en cines y que hoy se puede ver en streaming a través de Amazon Prime Video y de Netflix.
En una residencia de ancianos, una mujer con signos de demencia recibe diariamente la visita de un hombre que, acompañado de una libreta, le cuenta la historia de un amor producido durante los años 40 en un pueblo del Sur de Estados Unidos. Allí, los jóvenes Allie y Noah viven un apasionado romance a pesar de que sus destinos parece que vayan a separarse.
El carisma temprano de Gosling y McAdams, además de una palpable química entre ambos, vende este enfoque clásico y bastante accesible que Cassavetes trata de imprimir a este relato de Nicholas Sparks, que cuenta con todas las cursilerías posibles y de las que la película no escapa del todo. Son estos jóvenes actores los que tienen las secuencias más memorables, aquellas donde las emociones desbordan y la música está al máximo.
‘El diario de Noa’: entre la cursilería, hallazgos
No obstante, es parte de la historia no deja de ser un caballo de Troya para la parte que, con el tiempo, se revela como la más interesante de la película: el retrato de la vejez a través de la relación entre los personajes de James Garner y Gena Rowlands, que están soberbios para telegrafiar lo que está sucediendo entre sus aparentemente triviales conversaciones que son más que un mero mecanismo para presentar la historia.
Es en esa parte de la historia donde se aprecia más delicadeza, más matices y el verdadero sentimentalismo de esta película, que no siempre tiene que recurrir a amplificar lo que sucede entre personajes. No estamos ante una de las mejores películas románticas de la historia, o siquiera una historia que siempre tendremos viva en los corazones, pero sí que es cierto que ‘El diario de Noa’ mantiene una cierta eficacia que justifica que se haya vuelto un lugar confortable al que regresar para mucha gente que, en algún momento, necesita justamente eso.
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