La tarde de ayer fue una de esas de adrenalina informativa. Después de 24 años de emisiones, el gobierno de la Generalitat Valenciana anunciaba el cese de la actividad del ente público RTVV. Aquellas aguas (la decisión judicial de invalidar el ERE que se había saldado con el despido de 930 trabajadores, anunciada sólo unas horas antes) trajeron estos lodos; la imposibilidad de asumir la readmisión de los afectados (con un coste de 72 millones de euros) y lidiar al mismo tiempo con la astronómica deuda (1.217 millones de euros) que no deja de crecer, optando por echar el cierre.
Los propios trabajadores de Canal 9, tras anunciarse oficialmente el cierre del ente en el informativo, han mostrado su malestar con su presencia en plató y un comunicado con alusiones duras y claras a la directiva de RTVV. Horas más tarde acudían a una concentración frente al Palau de la Generalitat, convocada vía Twitter (de madrugada #RTVVnoestanca era TT en España) para manifestar su rechazo a la decisión del Consell. Sin embargo, la televisión valenciana continuará sus emisiones hasta que se cree la legislación que permita su cierre definitivo (el Estatuto de Autonomía obliga a la Generalitat a mantener el ente).
En el sector audiovisual valenciano se ha acogido la noticia con gran pesimismo: el cierre de la televisión y radio públicas supone también un enorme varapalo para todas las productoras locales a las que Canal 9 daba trabajo, con la producción de contenidos propios.
La FAPE (Federación de Asociaciones de Periodistas de España) se hacía eco de la noticia manifestando su miedo a que esta clausura siente precedentes para el resto de televisiones autonómicas que andan en la cuerda floja. Y no están tan desencaminados. Claro que es preciso buscar todos los culpables antes de decidir cortar por lo sano y plantearse una forma más racional de gestionar las televisiones autonómicas. La crisis económica no debe ser aceptada como la única causa probable.
Crisis económica...

La fórmula del fracaso parece estar clara: es el efecto dominó. Los ingresos por publicidad bajan dramaticamente (27 millones de pérdidas han acumulado las 13 televisiones autonómicas, sólo en el primer trimestre de este año). El desgaste se deja notar en la calidad de los contenidos que acaba por ahuyentar a la audiencia por lo que cada vez resulta más difícil captar anunciantes. Es el caso de Telemadrid y Canal 9, pero también de RTVC (Radio Televisión Canaria) o IB3 (Televisió de les Illes Balears).
Mantener todas estas televisiones en activo suponen, sólo este año, un desembolso por parte de las arcas del Estado de 1.000 millones de euros, según informaciones de Forta (Federación de Organismos de Radio y Televisión Autonómicas), entre otras fuentes, recogidas por el diario Expansión. Precisamente son Canal 9 y Telemadrid las que más pérdidas acumulan. Ante esta situación, la legislación allana el camino de la privatización, con la reciente modificación de la Ley General de la Comunicación Audiovisual, destinada a "flexibilizar los modos de gestión de los canales públicos de televisión autonómica permitiendo que las comunidades autónomas puedan elegir entre la gestión directa, la gestión indirecta u otras modalidades de colaboración público-privadas."
... y una mala gestión
Pero no nos engañemos; la crisis económica nunca fue el peor de los males de las cadenas autonómicas. Aunque por definición su labor está más que justificada (fomentar la participación de los ciudadanos, facilitarles el acceso a la información, afianzar la conciencia de la identidad propia, actuar como vehículo de difusión de la cultura y lograr la normalización lingüística) en casos obvios como el de Telemadrid o Canal 9, la instrumentalización política ha anulado esa naturaleza de servicio público, para posicionarse al servicio del gobierno/partido de turno, como han denunciado no pocas veces los trabajadores de Telemadrid con interrupciones de emisiones y fundidos en negro como señal de protesta.

Canal 9 ha adolecido, ante todo, de una mala gestión llevada a cabo por gente ajena al medio que han tomado decisiones como despilfarrar 300.000 € en un nuevo plató o 40.000 € en la nueva imagen corporativa o a crear más puestos de trabajo que Mediaset. ¿Es la mala gestión también la responsable de que Telemadrid pueda seguir los pasos de Canal 9 si su ERE se resuelve finalmente como nulo?
Los sindicatos y trabajadores afectados por el despido masivo de la cadena de la comunidad autónoma madrileña (860 profesionales que se quedaron sin trabajo) han celebrado la decisión del TSJV y esperan un fallo similar del Tribunal Supremo para Telemadrid. Sin embargo, esto supondría el cierre del ente público, según anunciaba hace unos días el presidente de la Comunidad, Ignacio González.
Otras televisiones con problemas
TV3 y ETB son las televisiones autonómicas con más audiencia. Pero, en el caso de TV3, no es un ejemplo de rentabilidad. Mantener las emisiones supone una inversión de 225 millones de euros anuales en subvenciones y si los ingresos no aumentan, la realidad les aboca al déficit irremediablemente (más de siete millones en pérdidas en 2012) y al expediente de regulación de empleo anunciado este verano y que afectará a 205 trabajadores. En Canal Sur la deuda también se agiganta y cada vez requiere más presupuesto público para seguir adelante, mientras que RTRM (Radio Televisión de la Región de Murcia) ya sufrió su propia regulación, aún siendo una modestísima empresa de muy pocos trabajadores.
En el caso de TVG, los problemas se arrastran vía judicial desde que 130 trabajadores denunciaran a la televisión autonómica por cesión ilegal, ya que fueron subcontratados por TV7 en peores condiciones económicas pero desarrollando la misma labor que en TVG. La justicia les está dando la razón y han declarado nulo el despido de 70 trabajadores a los que echaron tras haber denunciado la situación. TVG tendrá que hacer frente a numerosas indemnizaciones, además, por contrataciones ilegales de falsos autónomos, amén de lo que ya debe a los subcontratados por TV7. Un coste que tal vez no puedan asumir sus arcas.
En ¡Vaya Tele! | El Gobierno Valenciano cierra Canal 9 debido a la invalidez de su ERE
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sagues.javier
Como decirlo Lorena ...
Siendo amable se te ve el plumero y si redactas una noticia para hablar del cierre de una television trata de ser imparcial.
" en casos obvios como el de Telemadrid o Canal 9, la instrumentalización política ha anulado esa naturaleza" Claro solo canal 9 y telemadrid que estaban manipuladas por la derecha. ETB TV3 canal sur castilla la mancha tv y las demas son un paradigma de de la informacion imparcial ......
Las televisiones públicas son el claro ejemplo de algo que es innecesario ya que tienes muchas cadenas que te dan el mismo servicio y mas barato. Alguno me dira hombre ETB TV3 son necesarias por que utilizan la lengua regional, si de verdad la gente lo quisiese ver cadenas en esas lenguas no habria empresas privadas que lo harian?
Realmente no entiendo que le ha dado a espana por la empresa publica, que no es gratis, q todo hay q pagarlo y luego nos quejamos de los impuestos. Eso si estamos dispuestos a q empeoren los recursos en sanidad o educacion antes que cerrar un television de autobombo......
Realmente tenemos lo que nos merecemos ....
izorratuta
El titular deberia terminar asi: en una republica bananera (en la comunidad Valenciana).
Que verguenza que todavia no esten todos en la carcel.
and3r
Etb es rentable o no es tan desastrosa como las demas?
Porque su cierre seria una pena.
flatronk
Mala gestión y nido de enchufados y pesebristas. Como "Canal Sur", que ya solo mantiene un único canal de televisión pero aún cuenta con 1600 trabajadores, más que Antena 3 y Tele 5 juntas.
http://www.elconfidencial.com/espana/andalucia/2013-10-11/canal-sur-gasta-86-4-millones-en-pagar-los-sueldos-de-sus-1-600-trabajadores_40059/
blacklynx
Yo lo siento por los muchos trabajadores que se van a quedar en la calle, pero las autonómicas no aportan casi nada que RTVE no pudiera ofrecer, o alguna privada. Incluso las que tienen lengua propia, como TV3 o ETB podría doblarse para los programas mas importantes, que ahora con la TDT se puede. Y para los informativos y especiales (como serían emitir las fiestas y similares), estan las desconexiones territoriales, por lo que suprimiendo todas las cadenas tendríamos un gran ahorro, mucha mas importante en otros asuntos. Aún así, da lastima saber como por culpa de los políticos, una autonómica que podría ser rentable (o al menos no deficitaria), se hunde por tanto enchufado (un claro ejemplo Telemadrid, que en 10 años ha pasado de ser líder en su comunidad a no llegar al 4%, dejando una gran deuda pública).
xnxxx
es una television que las pagan con los impustos canal 9 por ejemplo o cerraban la cadena o un colegio.
charlon.jeston.3
Todas las TV públicas deberían ser cerradas. Deberían estar, de hecho, prohibidas por ley. Son un nido de apesebrados, de despilfarro y de gente fucionarizada. Son un mala copia de TVE, que en su dia era la mayor casa de p*tas del país.
Los políticos de turno usan las TV autonómicas para el autobombo y la manipulación. Alguno aún se traga que le están agrediendo culturalmente si le dicen de cerrarla. Este país es la pera. Somos el pasmo de occidente.
Diría que si la gente supiera lo que le cuesta de verdad al año tener abiertos esos nidos de desinformación, enchufismo y despilfarro, pediría su cierra. Pero no. La peña es tan lerda que aún las defiende.
Pues nada, os roban y lo disfrutáis. Felicidades. Tiene que haber tontos para que vivan de lujo los listos.
orwell83
No toda televisión pública está tan mal gestionada y tan descaradamente politizada como lo ha estado Canal 9 por tanto cada una que cargue con la culpa que le toque por su gestión. Tampoco toda Comunidad Autónoma necesita una televisión autonómica pero las que tienen lengua propia tiene una justificación: la promoción de esa lengua y culturas propias.
Cada vez que ha salido algún escándalo en alguna televisión autonómica siempre sale un oportunista aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid y exige el cierre de toda televisión autonómica pero sobre todo TV3, ETB o TVG y sólo hace que retratar ese odio atávico que tienen muchos españoles a las nacionalidades históricas.
Es una lástima que la lengua y cultura valencianas hayan sufrido semejante pérdida por culpa de unos políticos a todas luces corruptos e ineptos que seguramente volverán a ganar las próximas elecciones por mayoría absoluta. Lamentablemente los valencianos han elegido el gobierno que tienen.