Después de ‘Las mujeres perfectas’, bien intencionado, pero algo fallido intento de demostrar lo que todos pensamos: que Bree Van De Kamp de ‘Mujeres desesperadas’ es un robot; Frank Oz ha permanecido ausente de la dirección durante tres años. Y como demuestra el discreto estreno de ‘Un funeral de muerte’, también se ha mantenido ausente del recuerdo del gran público. Ya no mueve a las masas ni siquiera con la promesa de un buen rato de diversión. Y es que ‘Bowfinger’, uno de los films que mejor y con más humor ha explorado el hecho de hacer cine, fue una gran incomprendida. ‘In & Out’ era un tremendo retrato social con alguna escena desternillante, 'La tienda de los horrores' es simpática y ‘Un par de seductores’ es historia de la comedia. Pero parece que se le prefiere recordar por las más flojas y está claro que no es justo.
Así llega ‘Death at a Funeral’, sin causar ningún revuelo, quizá por no tener actores célebres, aunque tampoco pasando inadvertida. La historia es sencilla a más no poder, pues transcurre a lo largo de unas horas, casi en tiempo real, y prácticamente en un solo escenario. El padre de Daniel y Robert ha muerto y la familia se prepara para oficiar su funeral. Pero todo comenzará a salir mal y los imprevistos harán la vida imposible de Daniel, que tendrá que lidiar como pueda con las vicisitudes mientras soporta escuchar que nunca podrá aspirar a igualar el talento de su hermano, novelista de éxito. Las equivocaciones que llevan a los momentos de humor están muy vistas y son muy predecibles, por ejemplo, la confusión entre pastillas farmacéuticas y alucinógenas. Pero eso no importa porque todos estos hechos tan manidos dan pie a momentos de tremenda hilaridad. El humor en ocasiones se basa en los elementos más zafios y escatológicos que se pueden encontrar, por lo que, además de reír, nos sentimos asqueados y debemos taparnos los ojos, pero, de nuevo, se logra que funcionen. La película es divertida de principio a fin.
Los actores, en su mayoría británicos, están impresionantes. Dan vida a la familia y allegados del difunto Matthew Macfadyen (‘Orgullo y prejuicio’), Rupert Graves (‘V de Vendetta’), Ewen Bremner (‘Trainspotting’), Peter Vaughan (‘El hmbre de Mackintosh’), Jane Asher (‘Tirant lo Blanc’) y Daisy Donovan (‘Millones’). Alan Tudyk ('Lío embarazoso' o ‘Knocked Up’), que es el que aparece en las fotografías, es el que más hace reír gracias a los caretos retorcidos que pone. Junto con él Andy Nyman ('Severance') sostiene la comicidad durante todo el metraje. Los demás están perfectos en sus papeles, pero les tocan partes menos divertidas. Todo se remata con la personalidad turbadora de Peter Dinklage (‘The Station Agent’, ‘Nip Tuck’), que le pone la guinda al pastel.
Sin ser un gran film, hay que admitir que es más divertido que casi cualquiera de las comedias que suelen llegarnos, especialmente si se trata de las estadounidenses que tienen que estropear el humor hacia el final para darnos mensajes moralizantes y sobre buenos sentimientos. Por lo tanto, se recomienda a cualquier persona que se quiera reír en lugar de aspirar a presumir con sus amigos del film que acaba de ver.
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