Emitido en pleno pico de popularidad de 'Modern Family' y simplemente llamado 'Disneyland', el episodio 22 de la tercer temporada de la serie nos regala dinámicas habituales de la serie. Claire está obsesionada con encontrarle un buen novio a Haley, Phil y Cam no están seguros de ser buenos padres con el invento que le han comprado a Lily y Phil y Luke han salido de aventuras. La diferencia es que todo esto no ocurre en los habituales domicilios, sino dentro del llamado "lugar más feliz del mundo".
En declaraciones para el libro 'Modern Family: The Untold Oral Story (…)', los productores explican que al contrario del funcionamiento normal de otros episodios, que provienen de ideas del equipo, este fue un encargo. Disneyland pertenece a Disney, y 'Modern Family' pertecene a la cadena ABC que convenientemente es también subsidiaria de Disney. Por lo que no solo había contacto fácil entre los implicados, si no que de alguna manera sentían la presión de contentar a la compañía a la que todos pertenecían.
En conflicto ante qué hacer, pero algo intrigados por la idea (Levitan creía tener una historia que funcionaría) los guionistas aceptaron con la condición de que aquello no pareciese un anuncio. Querían poder dar la versión del parque que fuese más honesta con sus personajes, y querían tener la libertad de poder hacer chistes en contra del parque si así lo veían oportuno. Para sorpresa de todos, Disney aceptó sin rechistar.
Así, crearon un capítulo muy memorable del que se puede decir muchas cosas, pero desde luego no que se sienta promocional de nada. En el viaje de los Dunphy y los Pritchett hay numerosas puyitas al parque, de lo largas que son las colas a lo cara que es la comida. Los personajes desarrollan sus tramas independientemente del lugar en el que están (excepto Phil y Luke, quienes sí están previsiblemente emocionados de estar ahí), y el episodio tampoco hace apenas referencias a atracciones concretas ni se esfuerza en que el parque luzca bien. Exhibe el mismo look documental casero en el que apenas se reconocen lugares concretos del sitio.
El as bajo la manga estaba en el inesperado corazón del capítulo, que lo justificaba por completo más allá del crossover. El viaje a Disneyland deja especial huella a Jay, quien en esta ocasión puede hacerlo con su familia al completo, en lugar de la última vez hace años, que su exmujer no acudió porque habían tenido una discusión.
Pese a que Disney accedió a casi todo lo que los guionistas propusieron, hay un chiste que no les permitieron hacer. Se trataba de una escena en la que una popular mascota del parque se quitaba la cabeza, solo para revelar que Dylan estaba dentro. La compañía tiene una política muy estricta con mantener la fantasía de cara a los niños de que estas mascotas son "reales", por lo que en la escena final, Dylan hace de un personaje menos conocido, y no se quita la cabeza en ningún momento.
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