El pasado 9 de febrero se estrenó en España 'Diamante de Sangre', la nueva película de Edward Zwick, con un reparto encabezado por Leonardo DiCaprio, Djimon Hounsou y Jennifer Connelly; una película que ha generado mucha expectación sobre todo por su protagonista principal. Por un lado, porque DiCaprio puede conseguir el Oscar al mejor actor, gracias a un año en el que ha demostrado que ya es uno de los grandes; por otro, porque al actor le tocó probar en sus carnes la particular forma de entender el periodismo que tienen muchos en nuestro país, recibiendo un vergonzoso abucheo por culpa del retraso que llevaba el vuelo que había tomado la estrella hollywoodiense para llegar a España. En cualquier caso, esto sólo es parte de lo que ha rodeado a 'Diamante de Sangre' y que debe olvidarse al quedarse a oscuras la sala de cine.
La luz la pone un film más que notable, una obra realmente espectacular, de las que hasta ahora sólo pueden hacerse con capital y producción de Estados Unidos. Una película que cuenta una historia propia del género de aventuras pero en el presente y terrible contexto de la África más salvaje y conflictiva. El primer mundo revisa sentado cómodamente sus ganancias y el tercer mundo se retuerce mientras trata de sobrevivir. No es 'Diamante de Sangre' una película política, pero contiene suficiente carga crítica como para dejarnos la conciencia alterada. Y eso en una gran producción norteamericana tiene mucho mérito.
'Diamante de Sangre' se centra en la historia de Danny Archer (DiCaprio), un ex-mercenario de Zimbabwe, y de Solomon Vandy (Hounsou), un pescador de la etnia mende. Ambos son africanos, pero sus historias y sus circunstancias son completamente distintas hasta que sus destinos coinciden en una búsqueda común para recuperar un raro diamante rosa, el tipo de piedra que puede transformar una vida… o acabar con ella. Una periodista (Connelly) se verá envuelta en la aventura mientras persigue revelar al mundo cómo funciona la red ilegal de tráfico de diamantes.
Decía (con otras palabras) mi compañero Red Stovall en su crítica, y estoy totalmente de acuerdo, que la firma de Edward Zwick era garantía de una película bien realizada, emotiva, pero que, hasta ahora, también era sinónimo de falta de garra y de un estilo definido que trascendiera lo correcto de las imágenes. Efectivamente, aunque 'El Último Samurai' me parece una estupenda película (quizá por mi gusto por lo asiático), lo cierto es que me sumaba a los que desconfiaban bastante de la calidad de 'Diamante de Sangre', aunque su trailer fuera de esos que llenan las salas, y no esperaba más que una aceptable muestra de lo que Hollywood sabe hacer mejor que nadie: un producto comercial impecable destinado a reventar la taquilla contando una historia épica. De hecho, pensaba que nominar a DiCaprio por este film y no por la sensacional 'Infiltrados', donde está extraordinario, era una sutil forma de despejarle el camino a Forest Whitaker en su camino al Oscar (algo que, en cualquier caso, parece estar cantado).
Sin embargo, como le ha pasado a mucha gente, me llevé una gratísima sorpresa con 'Diamante de Sangre', encontrando una película fuera de lo corriente en este presente, ya que, como he dicho, aunque sobre todo pertenece al género del drama de aventuras, tiene un importante contenido crítico que no dejará indiferente a nadie. Zwick merecía estar nominado al Oscar (por ejemplo, en el lugar del sobrevaloradísimo Paul Greengrass), al igual que su film, pero son tantos los olvidos de este año por parte de la Academa (¡'Hijos de los Hombres'! ¡'Bobby'!), que ya no resulta extraño encontrarse con otro más. Es un poco lamentable lo que ha pasado este año con las nominaciones, esperemos que no lo estropeen aún más dando las estatuillas.
En cuanto al reparto, como ya he dejado claro, merece destacarse sobre todo a Leonardo DiCaprio, que realiza una interpretación impecable, rica en detalles y con una evolución que sólo un gran actor puede hacer creíble; evidentemente, si vemos la película en versión doblada al español, nos perderemos matices de su trabajo, como el acento o la forma de hablar, pero ya sabemos que en este país eso de leer los subtítulos es un esfuerzo demasiado grande. No se queda muy atrás de DiCaprio el habitual secundario Djimon Hounsou, que realiza su mejor interpretación hasta el momento, con un personaje que debe sufrir durante casi todo el metraje; el actor está muy bien y protagoniza algunas escenas de una fuerza visual extraordinaria, mereciendo totalmente su nominación al Oscar.
Por último, destacar la labor de Jennifer Connelly, que aunque sale menos de lo que a uno le gustaría (para mí, una película de dos horas donde ella permanezca en pantalla todo el tiempo, sería lo ideal), lo cierto es que cumple con creces con su papel de periodista comprometida con lo que ocurre en África y que hará lo que sea necesario por lograr que la gravísima situación del continente sea conocida en el mundo occidental, donde vivimos muy tranquilos (salvo cuando cenamos con nuestra suegra). Especialmente logrados son los momentos que comparten DiCaprio y Connelly, llegando a una escena que no puedo describir por ocurrir cercana al desenlace final, donde el actor deja evidencias de su inmenso talento.
En resumen, 'Diamante de Sangre' es, sin duda, una de las grandes citas cinematográficas de lo que llevamos de 2007 (ya sabéis, luego, en general, todo va cuesta abajo). Una película poderosa, trepidante, que cuenta una historia durísima, y muy emotiva, que mantiene constantemente al espectador sentado en su butaca, a pesar de unos (quizá) excesivos 150 minutos, que sólo se hacen un poco pesados muy al final, cuando ya está todo resuelto y a Zwick le da por atar cabos de una forma un tanto torpe. Pero es algo que ya ocurre cuando la película ha recorrido casi todo su camino y sería muy injusto restarle un punto por eso. 'Diamante de Sangre' es de lo mejor que veremos este año en España, no os la podéis perder. Y menos cuando DiCaprio y Hounsou pueden ganar un (merecido) Oscar.