Pablo Malo rueda ‘La sombra de nadie’, su segunda película.

Pablo Malo rueda ‘La sombra de nadie’, su segunda película.
Facebook Twitter Flipboard E-mail

Hace una semana aproximadamente, comenzó el rodaje de ‘La sombra de nadie’, el segundo largometraje del director Pablo Malo, ganador del Goya a la mejor dirección novel por ‘Frío sol de invierno’, que estaba interpretada por Marisa Paredes, Unax Ugalde, Javier Pereira y la que parece que se está haciendo famosísima en blogdecine, Marta Etura.

El guión de ‘La sombra de nadie’ -- que mientras trabajaban en él llevaba por título 'Algún día será hoy' -- se desarrolla en un internado para niñas en el año 1967. La misteriosa muerte de una de ellas, cuyo cadáver aparece en un humedal, es el detonante de la acción. Con esta película, Pablo Malo quiere recuperar la atmósfera de suspense que ya abordó en los cortometrajes que dirigió antes de rodar ‘Frío sol de invierno’ y que, igual que su opera prima, fueron premiados en numerosos festivales.

Malo parece que cuenta con otro Goya, esta vez Luis Goya, en la producción. El presupuesto de la película, según declaraciones de la productora, es dos millones de euros y el rodaje tendrá lugar, durante ocho semanas, en Navarra y el Sur de Francia.

Los actores protagonistas serán José Luis García Pérez ('Los aires difíciles', 'Padre Coraje', 'Cachorro'), Vicente Romero ('Padre Coraje', 'Siete vírgenes'), Manuel Morón ('El Bola', 'Smooking room') y a la actriz francesa Philippine Leroy-Beaulieu ('Dos hermanos', de Jean-Jacques Annaud). El director de fotografía de su primera película, Pablo Rosso, volverá a trabajar aquí con su tocayo. El director de producción, Iñaki Ros, y el equipo de dirección artística de Pello Villalba, también repiten con Pablo Malo.

El director declaró que no le interesa acercarse al género gore y que “los personajes de estas historias suelen ser muy arquetípicos, pero hemos querido huir de eso y darles entidad, envolverlos en una atmósfera inquietante”. Es cierto que la primera película del donostiarra estaba bastante conseguida. La fotografía de Rosso, un gran iluminador argentino, aportaba mucho a la atmósfera, como ya lograra con ‘El segundo nombre’, de Paco Plaza. El guión no estaba nada mal. Los personajes eran creíbles y la historia interesaba mientras ibas viendo cómo se desarrollaba. Por lo que podemos concluir que Pablo Malo no hace honor a su apellido.

Comentarios cerrados
Inicio