Muchas veces las cadenas lanzan series que, visto el primer capítulo, uno tiene el pálpito de que no van a funcionar. A veces, la audiencia les da vidilla y otras no hace sino confirmar los peores augurios y, con más o menos cambios en parrilla, acaban desapareciendo. Pero al menos tienen la oportunidad de someterse al "veredicto del público". Lo extraño es que ni siquiera lleguen ahí. Así le ha sucedido a Waterfront, un drama político que se estaba produciendo para la CBS y que contaba la historia de un alcalde en la ciudad de Providence, Rhode Island. La CBS encargó 13 episodios, de los cuales se habían rodado 5. La serie estaba prevista que se empezase a emitir para la próxima temporada. Pero no será así, ya que la presidenta de la cadena, Nina Tassler, ha dicho que no estaba contenta con la evolución creativa de la serie.
¿Qué extraña combinación de factores hace que la propia cadena encargue un proyecto para desdecirse antes ni siquiera de emitir un primer episodio? ¿Tan distinta era la serie en realidad de lo que les habían vendido? ¿Había sido una decisión de algún nivel inferior que, cuando ha llegado a oídos de "la mandamás", ha decidido contrariar? ¿Tendrá algo que ver el contenido político de la serie con esta decisión?
No lo sé. De todas formas, resulta cuando menos raro. Con la cantidad de millones y esfuerzos que dedican las cadenas a lanzar productos que luego no tienen ni atisbo de éxito (vamos, que son rotundos fracasos), qué menos que haber dejado a la serie estrellarse por sí misma, si es que se tenía que estrellar. Como si los directivos de la televisión tuviesen alguna idea de lo que va a salir bien o va a salir mal...
Vía | Pizquita