Hay solteros de 'First Dates' muy solicitados, o eso parece. Antonio aseguraba que tenía muchísimas "pretendientas" bebiendo vientos por él, pero al conocer a Luisa creyó encontrar a la definitiva.
El último harén
Antonio tiene 73 años, viene desde Benidorm (Alicante), trabajaba de mantenimiento y ahora está jubilado: "Soy un picaflor. Antes de venir al programa, he tenido que hacer el amor". Le confesó a Laura Boado que tenía un harén de mujeres esperándole en su ciudad: "Todas son más jóvenes que mi hija. Ahora estoy con cinco mujeres a la vez".
Luisa tiene su misma edad, es ama de casa y vive en Numancia de la Sagra. Se considera una persona comprensiva y muy coqueta. Al verla, Antonio se quedó sobrecogido de la impresión: "Me gusta toda ella". También le gustó saber que era de Toledo, porque ahí es donde se casó.
Por su parte, la primera impresión de Luisa no fue la mejor: "Es un poco bajito, me gustan más altos". Ambos eran separados, ella desde hace 9 años y él desde hace 30. Antonio se sorprendió mucho de saber que tenían la misma edad: "Está bien agraciada, me gusta".
Enseguida empezó a venderle la moto de que estaba estupendo gracias a hacer 7 horas de deporte y a su dieta compuesta por ajo, limón, cebolla y hueso de aguacate, que lo utilizaba para infusiones y lo que le sobraba lo guardaba para el invierno.
Hablando de su vida amorosa, Luisa dijo que no había estado con nadie aparte de su exmarido, con el que duró 40 años. Por contra, Antonio se enorgulleció de haber estado "con todo el mundo": "Soy un zascandil y no puedo evitarlo". Sorprendentemente, a ella no le pareció raro sino "lógico".
Antonio le propuso pasar unos días en Benidorm porque estaba encantado con su cita: "Me da vida y voy a estar muy conforme con ella". A ella le pareció precipitado y le paró un poquito los pies, aunque luego dejó que él la sacara a bailar un bolero. Finalmente, ambos dijeron que sí a una segunda cita.
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