No sé si está el lector o lectora de esta bitácora al tanto de los últimos artículos publicados sobre la realidad del cine español. ¡Y qué realidad puede ser esa! La única que hay en el cine: la industrial, que es la que posibilita la diversidad cultural, de alto y bajo presupuesto, pues el cine cuesta mucho dinero, pese a que sea un lenguaje contagioso. Hace poco, mi compañero Mikel hablaba del "golpe definitivo" al cine español.
Enrique López Lavigne sabe de lo que habla y su artículo es importante. 'Lo Imposible' (id, 2012) la última película de Juan Antonio Bayona ha sido un éxito internacional, pero, más allá de eso, es una película que no será ya posible en un futuro próximo. ¿La razón? La nueva legislación del gobierno hará que cualquier película rodada en una lengua que no sea del estado será europea y no española.
Pese a estar rodada en inglés y contar con dos estrellas internacionales, el grueso de su equipo es español. Basta con echar un vistazo a la ficha de la película. El artículo comenta algo bastante dramático, como la subida del IVA o la nueva política contra las subvenciones del cine español.
Manuel Cristóbal, de Perro Verde films, es otro productor, pero especialista en cine animado. Hablando de subvenciones indirectas (Desgravaciones fiscales) comenta los problemas que tiene para que un proyecto reciba ventajas y como el talento existe en España, pero suele marcharse. Lo cual, tenemos que empezar a asumirlo, puede generar un daño tal vez irreparable en una industria que ahora empieza a crecer y sobre todo a quitarse clichés de encima.
La Derecha española lleva mucho tiempo hablando de las subvenciones con tremendo desconocimiento, poniendo como modelos países que o desconoce (como Francia, con una rigurosa pero constante política de subvenciones) o sencillamente imagina (como Estados Unidos). El modelo estadounidense es irreproducible, para empezar, la cuota de mercado española es infinitamente menor y para continuar, para ambicionar a una estrategia global resulta imposible hacerlo desde una austeridad presupuestaria.
¿De dónde consiguen el dinero los grandes estudios de Hollywood? Bien, la mayor parte de estudios de Hollywood forman parte de grupos corporativos demasiado poderosos. Disney Entertaiment, Warner Entertaiment, Sony Columbia, la Fox de Newscorp Corporation....No hay ni un solo "gran estudio" que no sea parte ahora de una gran compañía corporativa lo suficientemente gigante como para no andar "escasa" de crédito.
De los pocos estudios independientes recientes, destaca DreamWorks que fue fundado por gigantes como Steven Spielberg, Jeffrey Katzenberg y David Geffen. Pero DreamWorks cuenta, para empezar, con el aval de tres grandes fortunas y para continuar, con préstamos importantes de las firmas de capital de riesgo. Es decir: gran parte del potencial de DreamWorks, en particular de su rama animada, depende del potencial para especular sobre el valor de sus acciones en bolsa, haciendo eso parejo al grado de inversión.
Por supuesto, esto parece ser ignorado por el defensor medio de la supresión de subvenciones quien siempre se suele definir como patriota, pero parece muy confortable cuando el capital termina en monopolios (a ser posible, internacionales) y eso que, teóricamente, esa misma derecha es la que dice estar encantada de la vida con los emprendedores. Es mentira, por supuesto, para emprender en un terreno de competencia casi nula (¿dónde hay competencia si la batalla es entre corporaciones con un potencial industrial y de capital superior?) hacen falta unas condiciones favorables y así ha sido en el pasado.
Se habla con frecuencia, y por costumbre, de aquello que no se conoce. La crisis de Hollywood, el exceso de inversión en franquicias juveniles, secuelas, remakes procede también a una operación de beneficios estratégica, muy al son de campañas publicitarias que saben bien crear relatos sobre fans y directores donde antes había espectadores, críticos y cineastas. Pero, a pesar de todo, hay también en los estudios grandes productores que apuestan por proyectos más intimistas o por otro tipo de cine, menos común.
Sin embargo, si resulta difícil en el seno de una industria con gran potencial: ¿cómo hacerlo desde aquí? Estos años, el cine español ha demostrado un potencial creativo casi sin límites. Basta ojear las candidatas a los Goya para verlo ¿qué otros premios oficiales incluyen una radical cinta muda en la tradición de Buñuel y Maddin compitiendo con un policial hercúleo y profundo y con una superproducción de éxito?
Pero, sin embargo, no es suficiente. Me parecen razonables e inteligentes las quejas de quienes se oponen a las subvenciones cuando los sectores vertebradores de la cohesión social (como educación y sanidad) reciben recortes infames y mayores, pero se habla, con un silencio calculado y atroz, muy poco de los beneficios reales de esa subvención.
Y no se habla, en cambio, de la reciente subida del IVA que es poco menos que un gran disparo a la cultura, sobre todo en una coyuntura económica en la que el ciudadano llano está perdiendo poder adquisitivo y si algo no necesita ese sector es, precisamente, encarecerse por interés gubernamental. Con la subida del IVA y el IRPF, este gobierno parece muy poco interesado en la cultura, mucho en enterrarla y mucho en favorecer la piratería. ¿Qué clase de política fiscal confiscatoria invita a sus ciudadanos a no saltarse la ley? Una algo más generosa, pues el que la impone debe demostrar al ciudadano entender sus necesidades.
Por esto no entiendo una defensa de la piratería. Incluso en este negro panorama la noble iniciativa de Filmin parece una salvación para pagar a los trabajadores del cine por su trabajo, pues a mi me parece legítimo y necesario. Igual que ir a las salas de cine y escapar de la piratería. Pero ese debate es educacional y moral, sobre todo por lo que respecta a los demagogia vertida en los años previos a la crisis. Ahora mismo, en pleno epicentro económico, la labor del gobierno es ofrecer alternativas y no precariedad. Y el cine español, que este año ha reportado un beneficio de 109 millones de euros, todavía puede batir más récords.
¿Por qué? Porque con una política fiscal distinta que afectara a los impuestos, el cine (español y no) iría a por la conquista de la audiencia. Incluso en un año pésimo como este, ha batido récords de cuota. ¿Entonces qué falta? Falta valentía y sobre todo paciencia para afrontar los problemas reales. Y empezar a comprobar que el cine y su diversidad suponen una riqueza estupenda para cualquier país.
Es decir: de los puestos de trabajo, del dinero que activa el consumo interno, de los impuestos que se pagan, etcétera. Eso es reactivar una economía. Si parece inverosímil que el crédito fluya entre pequeñas y medianas empresas ¿cómo van a financiarse las productoras del cine español del futuro? Y sin leyes que favorezcan las ventajas fiscales en los rodajes y potencien la competencia de películas españolas en el mercado interno de exhibiciones ¿cómo se va a lograr reducir el tamaño de las subvenciones directas?
Por otra parte, esas serían también subvenciones, pero indirectas, no se lleve nadie al engaño ni a la demagogia y consulte las razones por las cuales California sigue siendo un centro económico de Hollywood y que consulte también las políticas tributarias e impositivas de las macroempresas propietarias de las películas, para, al menos, poder hablar con rigor sobre el tema.
Sin embargo, si queremos preservar la creatividad y la energía de nuestro cine, va siendo hora de discutir en términos nada sensacionalistas sobre las posibilidades de cambiar la ley y de garantizar una industria. Sin ello, es muy posible que el cine español sea anécdota y no será por falta de talento, sino por unos instintos de alianza corporativa por parte de quienes olvidan el presunto patriotismo cuando toca a los negocios y los impuestos y no dudan en imponerlo en la retórica y la cultura.
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filmman
Comentar este asunto brevemente no es fácil. Las películas en importancia de mercado son productos. Estos productos se desarrollan en una red industrial llamada industria cinematografíca y los desarollan unas empresas llamadas productoras. Todos los estados desarollados protegen y favorecen el negocio interno y exterior de sus empresas. Esto es lógico y correcto. El Estado tiene que velar para que la venta de los productos (películas) de industria cinematografíca sea la más favorable posible, en consumo interno (exhibición en salas [incluso en TV] y distibución en disco) y exportación al extranjero para idem. El velar, una obligación de Estado, no implica dar dinero a las empresas (productoras) del sector, puede hacerse con: regulaciones para en control de la competencia en la venta del mismo producto en España con origen exterior, no dar dinero y sí no pedir en impuestos (es una forma de capitalizar vía subvenciones indirectas) y favorecer acuerdos en otros países para unir empresas (coproducción) y facilitar la venta (distribución), en ello el ICO ya está implicado pero aún puede hacer más. El módelo actual chino en que - el estado lo mangonea todo - no hace al caso, y el europeo francés no les funciona mal en consumo interno, pero no veo que exporten mucho y que los franceses tengan gran libertad de elección. Las películas se realizan con dinero de bancos, otras empresas (por ejemplo TV) y privado, y el Estado no debe favorecer más a un tipo de producto o a otro (con más o menos mercado o "compradores") y sí a todos por igual, ya que todos contribuyen a que todos los subsectores de la industria no se paren y entén en marcha. Los inversores tienen que poder invertir sin condicionantes, con libertad (en relación al idioma de rodaje) ya que el dinero que invierten en suyo, y el mercado (el público) tiene que darles la razón o no. Un ejemplo; Alemania en una primera potencia mundial en la fabricación de coches, y el gobierno la ampara, la protege ante la competencia y favorece con acuerdos su exportación, pero no hace de banco prestando dinero a las empresas fabricantes (las ayuda con medidas fiscales) y no les dice de que color tienen que pintar los coches. Solo algo más, lo que pretenden en España las productoras del Estado a nivel económico es una burrada (y cuando lo han antenido algunas se han aprovechado), los estados no existen para finaciar productos de un mercado (películas) existen para velar por las empresas empresas que los elaboran (productoras), y las desgravaciones y yudas fiscales ya son un beneficio económico para ellas.
SAC
Yo pienso que una pelicula, al igual que un disco, una pintura, una escultura, una fotografia....no deben tener ayudas economicas para su elaboracion, lo que si es que debe ayudarse en si distribucion Si tenemos centros de exposiciones, salas de cine, salas de conciertos,... que puedan sobrevivir con esas ayudas la base de creación aumentará. Mi forma de verlo es que la cultura no se muere por no ayudarla a nacer, mas bien por no ayudarla a respirar.
Fuel
Maravilloso artículo, Pablo Muñoz. Chapó!
vasilia
creo que el error garrafal es comparar a España con Estados Unidos. Porque a partir de ahi viene el error de comparar las producciones que se hacen en España, cuando el problema es que España no es un pais capaz de autosostener una industria del cine del tamaño que tiene la actual. Hablar de 3 o 4 peliculas exitosas es ignorar las mas de 100 que ni siquiera las ve la madre del director. ¿Que les falta publicidad, que les falta promocion? No, es que son mas de 100 peliculas que se realizan en España. Es demasiado. Pareciera que cada individuo que tiene una camara filma una pelicula. No, no es sostenible algo asi en un pais como España, en que el 90% de sus peliculas no salen del barrio donde vive el director. No las compran en el exterior, no se venden en dvd, no se venden para television ni para cable... en primera porque gran parte del cine español es malo (aburrido, con pesimo sonido, no se entiende lo que hablan los actores porque muchos no saben modular, etc) y en segunda porque los derechos de emision son carisimos. Digan lo que quieran, pero en los ultimos años los exitos "españoles" se deben mucho a que estan hablados en otros idiomas, y que la distribucion y los derechos los manejan en el extranjero. Si se estan tomando medidas que afectan al cine español, es por culpa de las mismas productoras, que en vez de poner control a su actividad, en vez de actuar con sentido comun, en vez de proteger a la industria, han abusado de los espectadores y del Estado.
rtyu
Estos ladrones del cine que devuelvan el dinero que han robado con las subvenciones (incluso con peliculas que ni siquiera se han extrenado), con la SGAE y con la extorsion a las TVs a las que obligan a pagarles dinero.
osiris
Muchas felicidades por el artículo, espero que siente cátedra y acabe de una vez con la incorrecta idea de las subvenciones.
Isart
Buenísimo, Pablo, me ha encantado, creo que voy a releer algunas partes otra vez porque esto es espeso como ello solo y vale la pena quedarse con algunas ideas. Gracias!
Douchebag Rises
http://youtu.be/4-Y5Q4t63hs
bartletrules
Pues mira, yo como persona de derechas voy a comentar un par de cosas:
a) Durante mucho tiempo, las producciones de cine español se desligaron enteramente de la búsqueda del espectador. Y eso no se puede consentir.
Sí, es cierto que lo de pelis de la guerra civil y de yonkis/putas/marginalidad y dramones varios, etc se ha convertido en un topicazo, pero es que ese topicazo ha llegado a existir por algo.
Parece que para un buen sector del cine español, la resaca de la comidieta ligera de los 60 y su desarrollismo, y de los 70 con el destape, significó un total desprecio por el cine ligero de entretenimiento -del que mayoritariamente consume el ciudadano promedio de ayer y de hoy- con un afán de distanciarse probablemente del cine de los años de dictadura (en el que por cierto se rodaron con cuatro duros muchas de las mejores comedias del cine español).
b) Tampoco ayuda el hecho de que muchos actores y profesionales del medio se hayan dedicado a hacer pronunciamientos políticos más que a su actividad profesional. Si bien todo el mundo es libre de pronunciarse como desee, sin duda, lo cierto es que personas como Pilar Bardem o Willy Toledo logran alienar a un sector importante de público. Esto a la inversa también se produce, pero en mucha menor medida porque los profesionales de derechas suelen ser bastante menos explicitos al pronunciarse.
Repito, están en su pleno derecho unos y otros. Pero el problema es que, unido a esa dependencia continua de la subvención pública para lanzar proyectos con escasa repercusión entre el público, genera una sensación de clientelismo
político que no ayuda al aprecio del cine español.
Por ejemplo, yo creo que nadie puede acusar a gente como Almodóvar, Amenabar, Garci, Berlanga y otros tantos de vivir del cuento o de clientelismo, por más que cada uno tenga sus ideologías y afinidades, porque cada uno ha demostrado que son capaces de aportar algo al cine. Pero sí que existe mucha mediocridad sustentada a base de dinero público gracias a que resulta interesante que salga en el cartel de tal actividad o en apoyo de cual candidato...
c)Francamente, durante mucho tiempo en estos años recientes, la calidad del cine español ha sido PÉSIMA en su mayor parte. Y no lo digo subjetivamente, lo digo objetivamente. No pueden argumentar un complot ideológico en su contra desde el lado conservador porque las cifras son las que son, y a los estrenos no iba ni el tato (y me refiero al tato de izquierdas, en este caso).
Y sin embargo, la ficción española en televisión ha sido claramente favorita de la audiencia durante todos esos mismos años. Por tanto, no existe un rechazo "per se" al producto español frente a Hollywood. Simplemente, es que Hollywood durante mucho tiempo ofreció lo que en España no te daban. Con todo su poderío económico y demás factores macroeconómicos y culturales a favor, pero el hecho era ese.
d) En los últimos años, yo vengo detectando una mejora importantísima de la calidad del cine español. Las producciones, con medios mínimos frente al estandar de una pelicula normal U.S.A., tienen mejores valores de producción, los guiones están atreviéndose con géneros que durante años prácticamente no se tocaban en España (fantasía, terror psicológico, animación digital, etc) y si se tocaba, lo hacían de manera lamentable.
Lógicamente, cada año sólo hay un par de títulos que realmente despunten, pero empieza a haber una "clase media" de películas que son interesantes, entretenidas, bien realizadas... a pesar de que no vayan a pasar a la historia. Películas que además cada vez buscan más al espectador de la multisala, ese que tiene que financiar todo el chiringuito, cuando la cosa se hace bien.
Parece que se han dado cuenta de que por cada Buñuel, hacen falta 6 o 7 Cobeagas que hagan pasar un buen rato al espectador, sin más (ni menos).
e) A la industria española del cine (y aquí junto al producto nacional con las distribuidoras de las majors americanas) le falta espabilar, y explotar como corresponde el mercado de internet: los precios de alquiler online tienen que ser idénticos si no inferiores a los de alquilar DVD o BR en el videoclub original. Hoy en día iTunes te pide 5 o 6 euros por ver una peli en HD...
Las ventanas de distribución deberían reducirse al mínimo posible, para vencer la inercia del internauta y conseguir que pasen de descargarse "alegalmente" (que no ilegalmente, ojo) las películas por culpa de que el lanzamiento oficial no se produce hasta dentro de tres meses.
Por concluir, y perdón por el tochazo, yo estoy en contra del sistema de subvenciones actual. Y si eso supone reducir la producción artística, pues mire usted, hay que reducirla (o más bien, si es que el "artista" lo es realmente y sin comillas, tendrá que estar dispuesto a arriesgar su propio patrimonio o buscar quizás en otros países la oportunidad de financiar su obra). Es totalmente injusto de raíz que se subvencione el cine español (industria) mientras que otros sectores de la economía no se hace lo propio.
Respecto a la nueva ley del cine, si los términos son los que se exponen aquí, estoy totalmente de acuerdo en que no será una buena ley. Que una película española no se considere tal por estar rodada en otro idioma, es absurdo.