Cierra MAD, el cómic paródico que dio forma a la comedia norteamericana del siglo XX

Cierra MAD, el cómic paródico que dio forma a la comedia norteamericana del siglo XX

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Es complicadísimo evaluar el impacto de la revista MAD, que acaba de anunciar su cierre después de 67 años ininterrumpidos publicándose. Es como intentar definir el impacto de Shakespeare o los Beatles: las ramificaciones que ha tenido su influencia en millones de lectores, que luego a su vez han creado películas, libros, cómics que han influido a otros tantos, hace que sea imposible seguir la pista de su impacto real.

Lo que sí podemos decir sin temor a equivocarnos es que sin 'MAD' la comedia moderna, especialmente la norteamericana, sería muy distinta. Vamos a repasar -insisto, muy someramente, porque el tema da para enciclopedia- el impacto de MAD en el cine y la televisión de humor, lanzando la mayor cantidad posible de pistas para que podáis, si queréis, seguir desenmarañando el inmenso laberinto de sus influencias. Alfred E. Neuman ha muerto. Larga vida a Alfred E. Neuman.

"¿Cómo, preocupado yo?" - Breve historia de una institución del humor

De hecho, la influencia de MAD se remonta a antes de su nacimiento. Si es imposible hablar de humor moderno sin MAD, igual de complicado es hablar del terror en la cultura pop sin hacer referencia a los cómics de la editorial EC: 'Tales from the Crypt', 'Vault of Horror' y 'The Haunt of Fear' marcaron en los años 50 a una generación de críos estadounidenses con sangrientas historias de venganza de ultratumba. Grotescas, exageradas y básicas, desataron un escándalo moral que tuvo hasta ramificaciones políticas (recomendamos la lectura del mayúsculo 'La plaga de los comics' de David Hajdu, recién editado en español por EsPop) y que desembocó en la creación de un sello de autoregulación para la industria de los tebeos.  

Mad1 El número 1 de MAD, en la etapa Kurtzman.

El editor de EC Comics, William Gaines, absolutamente devastado por esta victoria del puritanismo, se refugió en una nueva publicación de humor cuya dirección corrió a cargo de Harvey Kurtzman, que prácticamente guionizó al completo sus números iniciales. Durante sus 23 primeros números, con formato cómic, 'MAD' contó con artistas como Wally Wood, Will Elder, Jack Davis o John Severin, algunos heredados de la etapa previa de la casa como editorial de comics de terror y ciencia-ficción. 

El estilo que Kurtzman -genio absoluto del humor y la sátira- imprimió en estos primeros números fue el de una parodia de todos los elementos de la cultura popular que se ponían a tiro. Desde los propios tropos de terror de EC a héroes del cómic (Popeye o Superman fueron algunas de sus primeras víctimas), o películas como 'King Kong' o 'Solo ante el peligro'. El tono era desmadrado y surreal, en un formato de ametralladora de gags que intentaba embutir cuantos más chistes mejor, llegando en el caso de los dibujantes más enloquecidos, como Elder, a generar decenas de chistes por página. 

A partir del número 24, y en parte para evitar la marcha de Kurtzman de la publicación (acabaría yéndose un año después), Gaines reconvirtió la revista a un formato literalmente único: el de revista. Se dejaban atrás las constricciones del cómic (que por otra parte Kurtzman y su "panda de idiotas" habían dinamitado reduciéndolo al absurdo) y se abría ante ellos una parodia mucho más sofisticada: fotomontajes, textos, cachondeo con formatos publicitarios (hasta hace muy poco, 'MAD' no llevó publicidad pagada) y comics se daban la mano en una amalgama única.

Fue con este renovado formato (que durante lo que restó de la publicación en el siglo XX, se mantuvo en un elegante y característico blanco y negro) cuando obtuvo una mayor difusión y un mayor calado de sus burlas, siendo editado por Al Feldstein en su gloriosa etapa entre 1956 y 1985. Ampliando los lenguajes que manejaba, superando las limitaciones de los códigos estrictos del cómic, prácticamente nadie estaba a salvo de las burlas de los salvajes de MAD. Y así ha pasado décadas, convirtiéndose en una institución y lanzando un mensaje que caló en la propia forma de ver el humor en Estados Unidos: "nadie está a salvo".

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Porque MAD usaba un humor aparentemente banal, estúpido, reducir todo al mínimo común de la chorrada para demostrar que todo, en realidad, era igual de tonto. Las modas, las convenciones sociales, los políticos, las películas de éxito, las series de televisión que arrasaban... absolutamente todo es digno de ser recibido con un "tururú" y una pedorreta. Más que una forma de humor, una filosofía de vida, ya que tras los chistes se respiraba una filosofía antiautoritaria muy radical. 'MAD' llamaba a los políticos mentirosos cuando nadie más se atrevía a hacerlo, y se dice que 'MAD' tuvo tanta responsabilidad en los movimientos anti-Vietnam como cualquier intelectual pacifista de la época.

MAD oficial: la revista en el cine y la televisión

'MAD' ha tenido unos cuantos cruces con el cine y la televisión de forma oficial, pero su impacto fue muy inferior al que tuvo, por ejemplo, una revista que nació con ella como referente, la 'National Lampoon' que inspiró clásicos como 'Desmadre a la americana' o la saga 'Las vacaciones de una chiflada familia americana'. MAD lo intentó con 'Viva la academia' en 1980, un fiasco de calidad tan pobre que mereció una parodia extremadamente cruel en las propias páginas de la revista y llevó a Gaines a pagar a Warner para que retirara todas las referencias a 'MAD' en la edición en vídeo. 

'MAD' siempre intentó que algunos de sus personajes más conocidos, como los espías de 'Spy vs. Spy' (quizás por ser los más narrativos y menos atados a la actualidad de cada momento) tuvieran adaptaciones animadas. Se intentó con un programa de televisión que al final se emitió como un especial en 1974, y que no tuvo continuidad, según los artífices de la revista, porque ninguna marca quería esponsorizar un programa que luego se fuera a burlar de sus productos. En los 80 hubo conversaciones con Hanna-Barbera que nunca fructificaron. 

Más éxito tuvo 'MAD TV', un programa de sketches producido por Quincy Jones y abiertamente derivado de 'Saturday Night Live' (el auténtico 'MAD' televisivo no oficial). No había relación con la revista, salvo en pequeñas piezas animadas basadas en páginas de 'Spy vs. Spy' y del demencial Don Martin, conocido como "el autor más loco de MAD" (que es bastante decir). Duró nada menos que 15 temporadas y estuvo nominada a 35 premios Emmy. En 2016 tuvo un breve revival de una sola temporada en The CW.

Mucho más fiel a la fuente original sería el programa de Cartoon Network titulado simplemente 'MAD' y que incluía piezas animadas con estilos muy variados (animación tradicional, digital, stop-motion...) inspiradas en secciones y personajes de la revista. Nació en 2010, duró tres temporadas y lo cierto es que su variedad de estilos, su multiparodia de la cultura pop (claramente inspirada en programas como 'Robot Chicken') y su ritmo frenético supieron captar bastante bien el espíritu de la revista. 

El legado de MAD

El legendario crítico Roger Ebert dijo en una ocasión que "las parodias de MAD me hicieron percibir la maquinaria bajo la piel: aunque una película pareciera original por fuera, por dentro estaba simplemente reciclando las mismas tontas fórmulas de siempre. Yo no leía la revista, yo buscaba en ella las claves del universo". Cualquier espectador atento o atenta a los resortes de la ficción sabrá que exactamente eso es lo que hacen comedias como 'Aterriza como puedas': poner en evidencia la tontería connatural a tantos y tantos tópicos repetidos de forma mecánica, simplemente enunciándolos de forma solemne. 

El personaje-tipo de Leslie Nielsen es puro 'MAD': un tío que enuncia las frases vacías de contenido de siempre con tanta solemnidad que deja en evidencia su ridiculez. El teniente Drebin de 'Agárralo como puedas' desata caos dignos de viñeta de Will Elder simplemente siguiendo (demasiado) al pie de la letra los códigos de la película policiaca de turno. Nielsen interpretaba sus papeles de manera que en un contexto idéntico pero en clave seria no desentonaría.

Y exactamente eso es lo que hacen los personajes de las películas de Mel Brooks, 'El jovencito Frankenstein' en cabeza, que son caricaturescos y ridículos, pero que también siguen el libro de instrucciones de la película de terror gótico a pies juntillas. Y antes de eso, el precedente más claro de Nielsen, Don Adams en 'Superagente 86' (creada, claro, por Brooks), un claro descendiente directo en 1965 del primer 'MAD', cuyas peripecias eran claramente estúpidas... pero inquietantemente similares a las chorradas del James Bond serio.

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'MAD' era especialmente sagaz a la hora de detectar esa maquinaria industrial que decía Ebert, y que la industria del entretenimiento nos quiere vender una y otra vez con distintos ropajes. Cuando los siempre ácidos guionistas de 'MAD' detectaban una inconsistencia en un argumento, una chorrada mayúscula, una idea reciclada, la ponían en solfa con un chiste, y otro, y otro, hasta desnudar los engranajes de la narrativa pop. 

Hablábamos de 'Saturday Night Live' como uno de los hijos ilegítimos más notables de 'MAD', y no es difícil imaginar a los actores míticos de las primeras temporadas del programa como adictos a la revista cuando eran chavales, y aprendiendo desde muy jóvenes que no había nada lo suficientemente digno como para que no mereciera la pena reírse de ello. Los guionistas de 'SNL' a menudo siguen poniendo en práctica una técnica para generar sketches que nació en 'MAD': coger un elemento de la cultura pop y meter uno o más de sus elementos en otro. A menudo a partir de una gracieta surgida de un juego de palabras con el título. 

Por ejemplo: 'West Side Story' se convirtió en 'East Side Story' mezclando el mítico musical y la Guerra Fría. ¿No suena eso a un concepto que perfectamente podía haber sido un sketch de 'SNL' y sus constantes "Y si..." que justifican los guiones? Con la fiebre de 'Star Wars', 'MAD' hizo una versión de la trilogía galáctica musical, en la que no solo incluía las letras, sino también con qué famosas melodías había que acompañarlas. Otro concepto que no habría desencajado en un (carísimo) sketch de 'SNL'

Y no hay que irse a la comedia más popular y abierta a la parodia para encontrar rasgos de 'MAD'. Gente tan distinguida como Woody Allen están influídos por 'MAD': obviamente en películas como 'El dormilón', que es directamente como una historia de la revista, pero también en la sátira bruta de costumbres de 'Todo lo que usted siempre quiso saber sobre el sexo' o más sutilmente, en los momentos en los que se dejaba llevar levemente por el absurdo en clásicos de los ochenta como 'Annie Hall'. Sus famosos textos cómicos, manipulando conceptos de literatura, filosofía e historia desde dentro no habrían desencajado en un hipotético 'MAD' literario.

Y hay más clásicos: hasta Stanley Kubrick se dejó empapar por el espíritu de 'MAD' en 'Teléfono rojo, ¿volamos hacia Moscú?'. O 'El mundo está loco, loco, loco', que parece todo el rato una de las demenciales splash-pages llenas de personajes y texto de Jack Davis que, nada casualmente, dibujó el mítico cartel de la película. Spielberg hizo su reverencia a 'MAD' en '1941' y Gene Wilder, en 'El hermano listo de Sherlock Holmes'. La influencia abarca de las películas de Cheech & Chong y su antiautoritarismo porrero a las de los Monty Python (que no por británicos dejaban de estar expuestos a la influencia de un americano, Terry Gilliam, que siempre se ha declarado fan de la revista).

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Tentáculos inabarcables, como decíamos, para una revista mítica que cierra después de un tiempo en el que había perdido parte de su chispa primigenia. Aunque el espíritu original de los tiempos de Gaines siempre había flotado en sus páginas, hacía tiempo que, quizás porque la realidad ya es demoledoramente autoparódica (en serio: cómo parodias a Donald Trump), la revista había perdido algo de gancho. 

Dice DC Comics, propietaria del inmenso legado de EC, que 'MAD' no ha muerto porque reeditarán clásicos con la misma asiduidad que hasta ahora. No es mala noticia, porque los números clásicos siguen tan frescos y ácidos como antaño. Al fin y al cabo, la sonrisa es lo último que se pierde.

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