¿Qué le pedimos a una serie cuando nos asomamos a ella? ¿Pedimos historias relevantes y transcendentes? ¿Puro entretenimiento? ¿Unos personajes con los que sentirnos identificados?
La comunidad de ¡Vaya Tele! demuestra cada día el variado rango de expectativas y exigencias que cada espectador tiene para con las series. A la hora de acercarse a un nuevo programa televisivo, nuestra subjetividad y lo que buscamos de él entra en juego pero, ¿Se tiene suficiente en cuenta lo que ese programa pretende ofrecernos?
Yo misma saqué mi ojo más crítico con el visionado del piloto de ‘Revolution’. No encontré el universo post-apocaplíptico que esperaba. Sin embargo, algunos lectores afirmaban considerarlo entretenido y adecuado a sus expectativas.
Vivimos en la era de la información. El mundo del entretenimiento se ha visto arrastrado por el torrente del segundo a segundo y de la desaparición de cualquier tipo de filtro. Internet y tecnología se han unido en un gigantesco medio de comunicación, conocemos el quién, el qué, el cuándo y el cómo de las series. Cadenas y anunciantes aprovechan este gigantesco nuevo medio de comunicación para afinar unas campañas de marketing que hace años se limitaban a espacios televisivos y radiofónicos, medios impresos y soportes físicos exteriores.
Vivíamos en la ignorancia del desorden de emisión, de los títulos cancelados o de los fichajes spoilerosos. El acceso a contenidos televisivos y todo lo relacionado con ellos es ahora prácticamente ilimitado.
La sinopsis y la ficha técnica con aquellos más reconocibles ha dado paso a la era IMDb, al reconocimiento del guionista televisivo y al estrellato del creador. Todo este torrente imparable de información favorece inevitablemente el elemento fandom, la construcción de preferencias y de prejuicios hacia figuras concretas, cadenas y plataformas e incluso nacionalidades.
Y no quiero referirme a esto como algo negativo, simplemente ocurre que cuanta más información se genera y más series vemos, más ideas predefinidas tenemos. Definir y catalogar es algo que hacemos casi de forma subconsciente.
¿Cómo afectan las ideas preconcebidas a las series?
HBO es símbolo de calidad. Ella misma ha pulido esa imagen poco a poco y cada nuevo estreno es analizado bajo la lupa de incontables críticos televisivos y espectadores exigentes que esperan encontrar calidad, originalidad y transgresión.
Al margen de los fallos de la propia serie (y de la actitud de su creador), que una personalidad televisiva como Aaron Sorkin estrene nueva serie con pretensiones en HBO ya juega con esas ideas preconcebidas de lo que la audiencia espera de la cadena de ‘The Wire’ y del creador de ‘El Ala Oeste de la Casa Blanca’.
CBS es un universo completamente distinto. Con alguna excepción, su parrilla vive de la repetición de fórmulas con una máxima de entretenimiento instantáneo libre de compromiso. ¿Debemos por esto despreciar a CBS en favor de HBO? Las audiencias demuestra que funciona; cumple unas pretensiones muy claras de cara a su público tan generalista (y entrado en años).
La homóloga de CBS en cable podríamos decir que es USA Network, una cadena con un patrón de ficción muy claro de títulos autoconclusivos aunque con un público algo más joven. ‘Psych‘ o ‘Royal Pains‘ son series entretenidas que funcionan; tienen sus pretensiones claras y cumplen con su objetivo.
¿Placer culpable?
Existe un concepto televisivo muy extendido que no suelo compartir: Placer culpable. No lo comparto porque no me avergüenzo de nada de lo que veo, ni siquiera cuando me dejo llevar por mi lado más trash y voyeur con algún episodio de ‘Mi extraña adicción’ o no me pierdo los Abbygates de ‘Dance Moms’. Es un tema peliagudo que fácilmente podría derivar al eterno debate sobre la telebasura (término no tan lejano al de placer culpable, por cierto) que me gustaría dejar a un lado.
Pero sobre todo no lo comparto porque cada uno sabemos lo que buscamos en cada momento de una serie. Comprensiblemente, algunos considerarán que los realities son una pérdida de tiempo mientras que a otros les entra un inmenso sopor sólo de pensar en un drama de HBO. Sin embargo, decir que disfrutas de ‘Revenge‘ se convierte en una confesión y admitir que ‘Mad Men‘ te aburre soberanamente en un deporte de riesgo
A veces da la sensación de que algo que no se engloba dentro de la supuesta programación de calidad debe catalogarse bajo la etiqueta de guilty pleasure. Nunca consideraría ‘Drop Dead Diva’ (aquí estoy, abriendo mi lado mamarracho al mundo vayatelil) placeres culpables. Son series con pretensiones claras que cumplen lo prometido y me dan ese entretenimiento ligero tan necesario a veces.
Por hacer símil con el mundo cinéfilo, es como esa tendencia de cierto sector crítico a considerar algunos géneros – la acción, por ejemplo- como menores, convirtiendo esas películas en triviales por defecto.
Con este popurrí de ideas que daría para profundizar bastante, lo que quiero concluir es que a veces le pedimos a las series que sean algo que no buscan ser. Las juzgamos en relación a esa idea preconcebida que nuestros gustos, las expectativas y la bofetada informativa han creado, olvidando qué es lo que realmente nos ofrecen o prometen.
Y ahora os dejo, que me voy a ver ese despropósito lleno de tópicos que parece que será ‘The Mob Doctor‘ :P
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