En la columna del viernes en El País de Diego Galán titulada 'Bla, bla, bla', leo un comentario que hacen en un diario español sobre aquellos cineastas españoles que "quieren vivir del cine sin tener talento". ¿A qué talento se refieren? ¿Al de la taquilla o al verdadero cine?
Comento esto porque ahora se estrena Torrente 3: el protector, que seguro obtendrá una recaudación desorbitante este próximo fin de semana, y del que ya empieza a promocionar su trailer. Si es así, seguro que mucha gente hablará del talento de Santiago Segura, cuando él siempre ha dicho que lo único que busca con este personaje es entretener. Nada más. ¿Qué dirán los periódicos al respecto?
El talento nunca se debe medir por el dinero que recaude una película. Existen bastantes títulos que al no tener el poder de las distribuidoras detrás, no pueden hacer una buena promoción. No obtienen el respaldo del público, durando poco en la cartelera. O eso se piensa, porque hay un buen número de películas que permanecen un año entero en cartelera sobreviviendo gracias a su talento, como fue el caso de 'El hijo de la novia'. Pero volviendo a lo mismo, nos encontramos con que al no recaudar tanto dinero como otros, luego son tachados de no tener talento. Vivimos bajo el efecto de la promoción:
(...) leo en la columna de Diego Galán una cita que atribuye a Fernando Fernán Gómez, con la que se refería a estos casos explicando el motivo por el que tal o cual película no había gustado:</blockquote><blockquote>“No es que no haya gustado, sino que no han ido a verla, y la pregunta que hay que hacerse es por qué no han ido a verla.”</blockquote>Aunque a algunos nos duela, el séptimo arte ha pasado a ser pasto de la fuerza de la promoción, y lo peor es que eso va en perjuicio del buen cine y de los espectadores. Ya va siendo hora de que nos rebelemos.
Lo cierto, como bien apunta Diego Galán: "Los espectadores vemos el buen y el mal cine que hacen unos y otros". Pero para que esta industria sobreviva es necesario que existan películas como Torrente. En caso contrario vendrán los oportunistas de siempre diciendo que el cine se mide por los millones... del poder de la promoción.
Y es que existe mucho más cine fuera de los tradicionales nombres de Almodóvar, Amenábar, León de Aranoa, Garci o Armendáriz. Aunque la academia piense de otra forma. Y digo yo, cuándo estos cineastas eran desconocidos y apenas recaudaban millones, ¿tenían talento o éste ha venido con el reconocimiento de la taquilla?
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