Han pasado poco más de cinco meses desde que Movistar+ estrenase ‘Gigantes’, la serie de Enrique Urbizu que a priori tenía su gran atractivo en la presencia de José Coronado en su reparto. Pronto se descubrió que él no era el protagonista de la función, ya que el peso recaía sobre sus hijos en la ficción. Ahora ‘Gigantes’ regresa con la que se está vendiendo como su temporada final.
Por mi parte ya he tenido la oportunidad de ver los dos primeros episodios de esta segunda temporada y en ellos ya se transmite esa sensación de urgencia que a buen seguro irá a más hasta llegar a un desenlace por todo lo alto. Aquí no pega un final feliz y la serie ya va allanando el camino para el final de la historia de los Guerrero, aunque por ahora se ha postergado el inevitable choque entre los tres hermanos.
Contra la espada y la pared
Los tiempos de dominio absoluto han llegado a su fin y ahora los Guerrero tienen que hacer frente a tal cantidad de amenazas que lo más difícil es pensar en qué punto ya no van a dar más de sí. Eso da pie a una situación curiosa en este arranque de temporada. Por un lado, los sucesos transcurren con cierta calma, como si fuera la calma antes de la tempestad, pero también hay brotes de violencia brutales sin salirse del tono que plantea Urbizu.
En ese punto la serie sabe manejar con gran soltura sus raíces realistas -es una serie que transcurre en Madrid y la vida en la ciudad es un elemento clave en el ADN de ‘Gigantes’- con una serie de detalles que rozan lo mitológico. Prima lo primero, pero lo segundo es lo que evita que el recurrir constantemente a soluciones argumentales ya de sobra conocidas por el público se convierta en una losa demasiado pesada.
La impecable factura técnica de la serie ayuda a aportar esa suciedad necesaria a pie de calle, sabiendo dosificarse en función de lo que requiera la situación. No obstante, funciona mejor cuando deja de lado cualquier tipo de floritura y lo muestra todo de la forma más seca y visceral posible. Ahí enredarse sería un error y es algo que a veces no se maneja con la misma eficacia por parte de Urbizu.
El buen hacer de todo el reparto también resulta fundamental para mantener intrigado al espectador, mereciendo la pena destacar la importancia creciente de los personajes femeninos, ¿quizá una forma de señalar que las mujeres son el futuro? Tampoco me extrañaría ver muertos a los tres hermanos al final de la serie, ya que una historia de estas características merece algo en esa línea para que realmente creamos que se ha cerrado.
No obstante, también creo conveniente señalar que no hay nadie que llegue a destacar realmente y que haga que el espectador se enganche de tal forma que no pueda dejar de seguir adelante. Está claro que la sombra de Coronado sigue sobrevolando por encima de los tres protagonistas, pero ya tienen que volar libres y tomar sus propias decisiones. No les queda otra.
En definitiva, ‘Gigantes’ ha regresado con fuerza pero con la suficiente confianza como para no precipitar el ritmo de la historia antes de tiempo. Ahora solamente queda que los siguientes cuatro episodios sepan cómo darle un cierre a la altura de lo que se merece.
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