‘Fariña’ mantiene el gran nivel de su arranque pero cojea en las tramas familiares

‘Fariña’ mantiene el gran nivel de su arranque pero cojea en las tramas familiares

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‘Fariña’ mantiene el gran nivel de su arranque pero cojea en las tramas familiares

A pesar de que al principio Antena 3 solo pensaba emitir de manera especial el primer episodio de 'Fariña', la serie sobre narcotráfico en Galicia basada en el libro secuestrado de Nacho Carretero, la acogida fue tal (3.4 millones de espectadores y 21.5% de cuota de pantalla) que la cadena decidió seguir adelante con la emisión del resto de episodios de la serie.

Así, en estos pasados miércoles hemos podido ver los segundo y tercer episodios de 'Fariña', que continúan con la narración de cómo Sito Miñanco (Javier Rey) empieza a "subirse a la peseta" con el lucrativo (pero bastante más peligroso) negocio del tráfico de cocaína.

Durante el segundo episodio de 'Fariña' tenemos el relato de ese primer cargamento de cocaína que fue desde América a las Rías Baixas en medio de un fatídico temporal. Si sale bien sería un golpe maestro, en caso contrario el cartel colombiano se cobrarían la vida de Roque (Tamar Novas), dejado en Panamá como rehén.

Por otro lado, el tercero se centra en Oubiña (Carlos Blanco) queriendo entrar en el negocio de la droga; los Charlines intentando salir adelante con sus propias incursiones y Sito y compañía lidiando con las consecuencias del accidentado primer cargamento y cómo eso empieza a afectar a su vida familiar y sus amistades. Además vemos a Castro (Tristán Ulloa) empezando a cerrar todo lo que puede el cerco en torno a la cooperativa de Terito.

Si el primer episodio de 'Fariña' es excelente, los dos siguientes no se quedan demasiado atrás. Se ve, eso sí, una intención por parte de Cristobal Garrido y Diego Sotelo de explorar algo más lo que es el entorno personal de Sito y compañía, poco explorado en el piloto y "relajar" el ritmo.

Farina Ep301

Estos dos últimos episodios olvidan parte de ese ritmo trepidante para contar más tranquilamente los entresijos criminales de la Rias Baixas. Aquí ya se empieza a notar más la impuesta duración de los episodios. Se hacen algo largos y la impronta costumbrista propia de Bambú no ayuda.

Es cuando 'Fariña' se vuelve más realista y dar esos toques familiares cuando precisamente más falla. Aquí los guionistas no terminan de dar con el modo de retratar la vida personal de estos contrabandistas. Un retrato necesario e importante de reflejar pero con el que no termina de estar nadie cómodo.

Los tres episodios vistos hasta ahora de 'Fariña' logran mantener el tipo y, lo más importante, las altas expectativas. Logra dotar de épica los momentos que los necesita (esa "procesión" del Carmen es grandiosa), pero le falta algo de contundencia a la hora de planificar el resto de secuencias. Aún así, el nivel de la serie sigue siendo sobresaliente.

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