A mediados del pasado mes de agosto, BBC America estrenó su primera serie de producción propia, 'Copper', creada por Tom Fontana y Will Rokos y producida por Barry Levinson, que se centra en un policía que vive y trabaja en Five Points, el barrio donde acababan todos los inmigrantes que llegaban a Nueva York a mediados del siglo XIX. Kevin Corcoran es un veterano de la Guerra Civil estadounidense, aún en marcha, que trabaja como detective con la esperanza de averiguar qué ocurrió con su mujer y su hija mientras él estuvo en el frente, al mismo tiempo que se cruza con una serie de personajes, tanto de las clases bajas como de la alta sociedad, que ofrecen un vistazo a cómo era la ciudad en aquella época.
Aún no se sabe si 'Copper' tendrá segunda temporada pero, mientras tanto, Fox Crime la estrenará en España el próximo día 25, a las 23:00, y para promocionar su estreno contó con la presencia en Madrid de su protagonista principal, el actor británico Tom Weston-Jones, que hasta ahora se había dedicado más al teatro. Sin embargo, en su todavía corta carrera cuenta ya en su haber con un papel en la última temporada de una de las series de más éxito reciente en el Reino Unido, 'Spooks', y con su participación en 'Un mundo sin fin', la miniserie que adapta la continuación de 'Los pilares de la tierra', de Ken Follett. Weston-Jones dedicó unos minutos de su tiempo a hablar con ¡Vaya Tele! y otros medios de su papel en 'Copper', del estado de la ficción televisiva actual y de su método para trabajar en series de época.
‘Copper’ es sólo tu tercera serie y tú eres el gran protagonista. Además, es la primera serie de producción propia de BBC America. ¿Cómo has visto que tu primer papel central en una serie sea justo en esta?
Creo que ha sido bueno para la serie, no sólo porque está intentando ganarse un nombre, sino porque la cadena también lo está intentando. Es beneficioso para ambos. En la serie hay muchas caras nuevas, básicamente está lanzando un montón de carreras, y creo que está bien que sea en una serie como ésta y que sea en BBC America, porque todos estamos intentando labrarnos un nombre. Detrás de la pantalla no es que tengamos gente nueva, tenemos a Tom Fontana y a Barry Levinson, que llevan haciendo esto durante mucho tiempo y que saben lo que están haciendo. Sentimos que estábamos en buenas manos, que no estábamos entrando en territorio desconocido. Hay muchas grandes mentes detrás de la serie.
Corcoran, el protagonista
¿Cómo describirías a tu personaje, al detective Kevin Corcoran?
Creo que lo describiría como un antihéroe, de algún modo. Me gusta también la dualidad de un luchador, porque él es boxeador. Es un personaje muy gutural, que sigue sus instintos, pero que también es un padre cariñoso y un buen marido. Y tiene algo que me encanta, que es cuando tienes un personaje que es hipócrita, que tiene fallos, porque no existen los héroes, sólo existen en un mundo de fantasía. Creo que, hoy en día, la gente conecta mucho mejor con alguien que es vulnerable, que muestra que no es intocable, y por eso disfruto mucho con él, porque le dan tantas buenas palizas como las que él reparte.
¿Cómo definirías la serie? ¿Cómo una serie tradicional policiaca de casos autoconcluisvos o tiene una trama serializada?
Creo que es ambas cosas. Obviamente, creo que los procedimentales tienen mucho éxito porque la gente puede no verlos todas las semanas, pero no son para mí, no me gustan especialmente los procedimentales. Creo que algo que han hecho muy bien es no sólo añadir el elemento de la serie de policías, en la que puedes salir y entrar, sino una dinámica muy interesante entre todos estos personajes, que cada uno tiene su propio viaje. Si no ves la serie todas las semanas, te perderás pedazos de información para la historia.
¿Te serviste de alguna inspiración en concreto para crear a Corcoran? Porque ser un policía de Nueva York a finales del siglo XIX es algo bastante alejado de cualquier policía de la actualidad, o del personaje que interpretaste en ‘Spooks’, por ejemplo.
Me preguntaron hace tiempo si me había fijado en gente como John Wayne, o si había visto westerns, pero realmente no lo hice, no tomé una persona y dije “voy a imitarlo a él”. Intento unir diferentes aspectos del personaje que me interesan. Por ejemplo, su lado de boxeador me intrigaba por lo gutural que era, he usado esa palabra antes. El hecho de que fuera boxeador y, básicamente, un gladiador, eso es algo a lo que me agarré en mi cabeza. Y la dualidad de ser boxeador. Cuando conoces a uno en privado, son muy sensibles y dulces. Por ejemplo, Corcoran es un gran padre. Pero, al mismo tiempo, si una figura autoritaria lo presiona demasiado, la destrozará. Así que intenté tener ese equilibrio de ser tierno, educado al hablar, accesible, y al mismo tiempo alguien a quien no quieres enfadar. Intenté encontrar el punto medio.
¿Qué crees que mueve más a Corcoran, su historia personal o la búsqueda de la verdad y la justicia?
Creo que es su historia personal, aunque creo también que es un gran detective y que tiene un gran sentido de la justicia. Hacia el final de la serie me di cuenta de que todo lo que le motiva, todo lo que le impulsa, son su mujer y su hija. No es necesariamente que todos los crímenes con los que se encuentra los manipule para sean siempre sobre su hija y mujer, sino que, en el fondo, su motivación en la vida, la razón para hacer cosas es que le han pasado muchas cosas malas. Esa es su verdadera razón para ser detective. Está tan afectado por su pasado que no puede mantenerse apartado.
Una serie de época
¿Cómo describirías la relación de Corcoran con Matthew Freeman, el médico negro?Es una de mis relaciones favoritas en la serie. Me gusta porque soy reticente a llamarla amistad, no es amistad, es más circunstancial que otra cosa. Aunque ven el potencial el uno en el otro, su capacidad de hacer cosas muy buenas, en determinado momento los dos vuelven a los estereotipos, y Corcoran puede ser tan racista como todos los demás, lo que es una cualidad muy real, toda la situación es muy real. Lo que me gusta de la historia americana es que no fue hace tanto tiempo que esto ocurrió, y todavía es muy actual. El racismo en América todavía está muy presente, y es algo aterrador. Me encantó la relación con Freeman porque pudimos crear esa sensación de una compañía peligrosa.
Al principio del piloto vemos a una niña que ofrece sexo por un huevo duro. ¿Crees que gracias a series como ‘Copper’ o como ‘Juego de tronos’ la audiencia está más preparada para ver este tipo de violencia o sexo? ¿Crees que es algo positivo o negativo?
No lo sé. Me parece que, con el sexo, hay una línea muy fina entre que sea necesario y excitante. Creo que ‘Copper’ recorre el lado correcto de esa línea. Lo que me asombra es el hecho de que optaran por una niña de 11 años, podrían haber tenido una niña de 14 años, pero decidieron ir a por todas. Tenemos suerte de que eligieron a una niña muy equilibrada, no tenía problema en hacer esas cosas. En la serie, todo lo que tiene que ver con la violencia, el sexo y las drogas, porque hay un montón de drogas, es como era entonces, así era Five Points. Una cosa que no puedes hacer cuando interpretas un personaje (de época), y que creo que tampoco puedes hacer cuando ves una serie con gente que hace estas cosas, es juzgarlos. Tienes que dejar a un lado tu sentido moderno de la moralidad y sumergirte en cómo habrían sido las cosas entonces. La edad de consentimiento eran los 11 años, y ahora es muy incómodo ver algo en lo que eso estaba bien, pero creo que Corcoran es un poco un pensador moderno en la serie, y eso no termina de ser cómodo para él. La audiencia puede encontrar ahí el centro moral, porque Corcoran también encuentra esto perverso.
Ya que estamos hablando de las diferencias entre el siglo XIX y ahora, ¿cómo fue tu proceso de adaptación a las circunstancias históricas de la serie?
En gran parte, se trataba de intentar olvidar. No quiero decir que no investigara (sobre la época), porque investigué mucho. Intento leer todo lo que pueda y tener toda la información que pueda para después poder olvidarme de ella. Cuando estoy haciendo una escena, no voy a necesitar saber cuántos trenes llevaron arroz a Nueva York en 1864 para interpretarla, y no me gusta ver a alguien que está interpretando la historia, y me frustra cuando no puedes identificarte con esa persona porque hay un muro ahí impenetrable. Así que lo que hago es aprender todo lo que pueda, dejarlo en segundo plano y crear alguien desde los cimientos y hacerlo alguien en quien puedas verte reflejado.
‘Copper’ recuerda un poco a ‘Gangs of New York’, en parte por el lugar donde está ambientada. ¿Cuánto hay de inspiración en esa película, si es que la hay?
Evidentemente, la serie es comparada con ‘Gangs of New York’, no necesariamente por el estilo, sino por el tema. Me encanta ‘Gangs of New York’ como película, es fantástica, pero a propósito no la vi antes de la serie porque sabía lo que vería ahí, y quería que ‘Copper’ se sostuviera por sí misma. El mejor modo en el que puedo explicarlo es que ‘Gangs of New York’ es como una obra de teatro, como una ópera, tiene una escala muy grande, mientras que ‘Copper’ es pequeña, es más claustrofóbica e íntima porque tenemos el lujo de diez horas.
Televisión británica o americana
La serie demuestra que la frontera entre una serie británica y una americana es cada vez más fina, se difumina entre una y otra. ¿Crees que llegará un punto en el que no se podrá distinguir una de otra? Porque antes era fácil separarlas.
Sí, creo que tenía que ver con que la televisión británica nunca ha tenido tanto dinero como la americana. No estoy diciendo que la televisión británica sea peor. Solía usar la palabra “pintoresca” para definir la televisión británica, creo que es apropiada, pero no del todo. Hay cosas que los americanos creen que Inglaterra hace muy bien, como los dramas de época, y estoy de acuerdo con ellos. Estamos anclados en la tradición, por lo que hacemos muy bien programas tradicionales. Pero con el crecimiento de la experimentación, el cine independiente en Gran Bretaña y la televisión se están encontrando en el punto medio. Estoy deseando que llegue el día en que tengamos co-producciones allí, creo que sería que fácil cruzar y sería fantástico. Puede ser beneficioso mutuamente para todo el mundo.
¿Encontraste mucha diferencia entre trabajar en ‘Copper’, que al fin y al cabo es una serie americana, y en ‘Spooks’, que es muy definitoria de las nuevas series que se hacen en el Reino Unido?
Sí que la había, aunque en realidad el equipo en ‘Copper’ era canadiense. En ‘Spooks’, el presupuesto era menor, teníamos más restricciones de tiempo, y también estaba ya establecido un cierto vocabulario para la serie. Habían hecho ya nueve temporadas y sabían qué funcionaba y qué no, y querían terminarla a lo grande. Me sentía como que había engañado a todo el mundo, que era un fraude, al llegar al final de esta serie tan exitosa. Con ‘Copper’, sobre todo en los dos primeros capítulos, todo el mundo estaba intentando averiguar qué era, estábamos intentando construir este bebé, hacer esta cosa totalmente nueva. Eso es algo más aterrador que unirte a una serie con mucho éxito, porque tienes la sensación de que hay muchas expectativas. Han sido las dos experiencias muy diferentes, pero he aprendido muchísimo en ellas. Eso es lo que espero de cada trabajo.
¿Sigues algo la ficción que está haciéndose ahora tanto en Estados Unidos como en el Reino Unido? ¿Hay alguna serie que creas que es el estándar al que todos deberían aspirar o en la que te gustaría trabajar?
Está ‘This is England ‘86’, de Shane Meadows, que es uno de mis directores favoritos. Hay una amplia variedad de series en las que me gustaría participar, desde algo con gran presupuesto como ‘Boardwalk Empire’ hasta Shane Meadows. Sería estupendo formar parte de series de todos los tipos.
¿Por qué crees que las series de policías tienen tanto éxito, y enganchan tanto al público?
Vi una entrevista que Tom Fontana y Barry Levinson dieron sobre sus carreras, y alguien entre el público les preguntó precisamente por qué habían producido tantas series de policías. Barry lo explicó muy bien, dijo que no se podía pensar en otro trabajo en el mundo que fuera tan extremo, en el que te encontraras con gente tan diferente y vieras el peor lado del ser humano, y tuvieras que desafiarte a ver lo que puedes conseguir, porque los detectives se ven muy presionados como individuos. Creo que esa es la razón básica por la que la gente quiere hacerlas, pero creo que tienen éxito los procedimentales, de todos modos, porque la gente puede empezar a verlas por donde quiera.
Estuviste invitado a la última entrega de los Emmy. ¿Cómo fue la experiencia de ir a la gala? Desde fuera, parece algo muy grande, no como los Oscars, pero de grandes dimensiones.
No se parece en nada a lo que haya ido con anterioridad. Es muy extraño estar entre el público y ver a Michael J. Fox sobre el escenario, alguien a quien he visto desde que era pequeño. Siendo británico, y creciendo en Dubai, yo me crié con el cine americano, y era muy extraño estar alrededor de toda esta gente y, en realidad, no poder hablar con ellos (risas). Mi parte favorita de los Emmys es que tenían este cuarto precioso, lleno de famosos, y luego ibas a a la entrada y vendían perritos calientes y cerveza. Es un gran contraste, gente con esmóquin comiendo perritos calientes. Es algo que no olvidaré, y espero que ‘Copper’ sea nominada algún día.
En ¡Vaya Tele! | 'Copper', aún a medio cocinar
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