Tras el final de Supervivientes me he quedado sin un reality-show que seguir. Y es que Telecinco me ha dejado en la estacada y la vez que ví Libertad vigilada sólo podía pensar en ese estupendo capítulo de Verónica Mars en el que nuestra detective favorita era contratada por sus compañeros de instituto para buscar los trapos sucios del pasado de sus padres y así quitárselos de encima. Pero siguiendo la extraordinaria cobertura que se está haciendo de los sucesivos y cada vez menos sorprendentes escándalos de Marbella, he llegado a la conclusión de que se está perdiendo la oportunidad de poner en marcha un nuevo formato de telerrealidad.
Su título podría ser Gran Hermano: Edición Marbella. En vez de Mercedes Milá, el presentador podría ser un juez mediático como Garzón o Grande-Marlaska. El juez Torres parece que quiere seguir en el anonimato, así que habrá que respetar su decisión por el tema de la separación de poderes. Y no habría expulsados de la casa, sino nuevos habitantes del centro penitenciario de Alhaurín de la Torre: La Audiencia (Nacional, se entiende) ha decidido que debe ingresar en la Cárcel...
Allí los presos tendrían que enfrentarse a pruebas como rellenar declaraciones de la renta falsas, comprar obras de arte con dinero negro, hacer amistades con periodistas comprables y participar en una versión en tiempo real del Monopoly en la que gana quien recalifique más terrenos. Al fin y al cabo, a la cárcel se va a compartir técnicas para cometer delitos, no encontrar la redención. Pero en cada programa un habitante de la Cárcel subiría al confesionario a declarar sobre sus delitos y quedaría en libertad bajo fianza con la obligación de presentarse todas las semanas en el plató.
El único problema que le veo al formato a priori es que, aunque hay a puñados, creo que con los políticos, constructores y abogados corruptos de Marbella el programa sería demasiado monótono, así que Telecinco debería lanzarse a la búsqueda de nuevos corruptos por toda la geografía española. El público podría proponer a sus candidatos locales (francamente, creo que habría de sobra) y estos después se presentarían en audiciones como las de Operación Triunfo. Sólo que esta vez tendrían que cantar canciones de Estopa como Necesito medicación (en honor al nuevo Super, Julián Muñoz), La del Lute, Suma y sigue, Vuelvo a las andadas, Qué suerte la mía y mi favorita para declaraciones ante el juez, Ya no me acuerdo.
Siempre se puede soñar.
En ¡Vaya Tele! | Albert Castillón Superstar