En 2019 había una película en Corea del Sur que era mejor no comentar entre miembros del otro género. Aquel año había visto el estreno exitoso de una serie que lidiaba con el conflicto de Corea del Norte, el país tampoco tenía ningún problema en abrazar la clara sátira social y de lucha de clases de 'Parasite', pero la gota que colmaba el vaso parecía estar en un pequeño drama sobre una mujer cuestionándose su papel en la familia.
Dirigida por Kim Do-young y protagonizada por Jung Yu-mi, una de las actrices más prolíficas del país, la historia de 'Kim Ji-young, nacida en 1982' sigue a una mujer que empieza a actuar extraño cuando se convierte en una ama de casa, creyendo estar poseída por su madre y su abuela.
Lo cierto es que tanto la novela en la que se basa como el mismo largometraje están lejos de ser la crítica incendiaria que parecería que es por la reacción desmedida. De apenas 175 páginas en su formato original, es un drama nostálgico sobre estereotipos de género que aunque es claro en sus mensajes, es bastante blandito si lo comparamos con estándares occidentales.
Claro que no importa cómo de blandito o incendiario sea. El feminismo sigue siendo tabú en una sociedad coreana aún bastante conservadora, pero que desde principios de la pasada década está luchando por dejar de serlo. La relevancia de esta obra se puede contextualizar con la llegada de la novela en 2016, poco después de un caso de violencia de género que sacudió al país, y de la película un año después de que la sociedad coreana tuviera su propio #MeToo en 2018.
Ya desde su anuncio la película fue acompañado con review bombings y casos de acoso online en todo el país, incluso a personalidades. En la calle la gente de a pie tampoco lo tuvo más fácil, hubo reportes de chicas que no querían hablar del tema con sus parejas, de rupturas por la película o de fuertes posturas también desde los chicos, "He visto comentarios online de hombres que dicen que la película está llena de mentiras y es una fantasía feminista", declaraba una mujer coreana en el momento para South China Morning Post.
Las tensiones no se han apagado
El año 2019 no fue el principio ni tampoco el fin de esto, hay ejemplos más recientes e igual de ilustrativos de que la cosa sigue más o menos igual. La película de 'Barbie' fue también un fracaso en el país, teniendo apenas un 8% de la cuota de taquilla en su finde de estreno, algo ridículo si lo comparamos con su éxito en otros países. Ni siquiera el intento de Warner de suavizar los mensajes de la película en el marketing (eliminando chascarrillos en los pósters como el de "Él es solo Ken") ayudaron.
"El libro no es sobre una mujer especial o particularmente miserable, es sobre cualquier mujer", decía para la BBC una académica sobre 'Kim Ji-young, nacida en 1982'. La película fue una de las piezas clave para seguir instigando el 4B, un movimiento reaccionario que invita a las mujeres a no relacionarse con hombres en forma de protesta, y algo que ha cobrado tanta fuerza en el país que se ha exportado recientemente a Estados Unidos tras la victoria de Trump.
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