Nunca tuve muy claro esto de la cal y la arena ¿Cual es la buena y cual la mala? ¿Que haces cuando las mezclas, argamasa o un pastel muy pesado? Enfin, que de lo que quería hablar no era de albañilería sino de las primeras series estrenadas por Cuatro que pude ver.
Suárez y Mariscal, caso cerrado es un concepto nuevo en la televisión española adaptado de la producción alemana Niedring und Kuhnt. La idea no pintaba mal, una serie de media hora contando casos reales e interpretada por dos policias auténticos (que le dan nombre) y actores aficionados. Pues oye habrá que verla, que mi experiencia policial en castellano se reduce a las novelas de Lorenzo Silva y por lo menos también aquí tendríamos pareja de investigadores. Grave error. No digo que los protagonistas estén rematadamente mal, sobre todo teniendo en cuenta que se irán soltando según pasen las semanas, incluso tiene cierta química en pantalla (vale, tampoco mucha). Pero lo que da escalofríos cual uña en pizarra son las actuaciones de los aficionados, en alguno de los episodios que vi, era dificilmente soportable y en un mundo saturado de series de ficción policial de buena factura canta demasiado. Puede que la serie vaya mejorando, pero va a ser difícil que me pille delante de la tele, ya me avisaréis si pasa.
Esa misma noche se estrenó con un capítulo doble la serie belga Matrioshki. Una serie policíaca, esta vez de ficción, pero con un tema real y de actualidad de fondo como es el mundo de la trata de blancas. Muy apropiadamente subtitulada Viaje al infierno, los dos primeros episodios me pareció que tenían un buen ritmo, diferente al de las producciones americanas eso si, y un entorno sórdido que uno no se espera de la patria de Tintín. Por lo menos engancha, que no es poco.
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