Anoche, en Telecinco, cambiaron la habitual emisión de Aída por capítulos repetidos de 7 vidas, uno de los cuales era el comentadísimo episodio 200. Nada que objetar a esta estrategia: estamos en verano y de todos es sabido que las televisiones se toman todas las licencias del mundo con su programación. Al fin y al cabo asumen que mucha gente no va a ver lo que ponen, que no van a poder cobrar mucho a sus anunciantes, y tiran de "fondo de armario" para rellenar las horas de programación de forma que les resulte mínimamente rentable.
Yo eso lo entiendo y lo asumo. Lo que no consigo comprender es por qué desprecian tanto a los pocos que sí encendemos la televisión en esta época de verano. Sabemos que no somos muchos, que la mayoría de la gente estará en la playa, o en las terracitas. Pero ¿qué les cuesta tratarnos con respeto? Y para mí el respeto se traduciría básicamente en que, si van a abrumarnos con reposiciones, al menos lo hiciesen con cierto orden. ¿Que quieren poner otra vez 7 vidas? Perfecto. Pero empiecen desde el principio, y pongan capítulos uno detrás del otro de forma que podamos ver cierta continuidad. O si no quieren empezar desde el principio, al menos tomen un inicio de temporada, algo que tenga un mínimo de sentido. O al menos, si ponen dos o tres capítulos, intenten que sea uno continuación del otro.
Vale que hay series en las que la línea argumental entre episodios no es demasiado relevante, pero aun así, ya puestos, ¿qué les cuesta?. No es mucho pedir, ¿no? Que una cosa es que haya gente que no vea la televisión en verano, y otra es que a los poquitos que sí queremos verla nos lo pongan tan complicado...