Durante un tiempo, y aunque cueste creerlo, los fans de 'Star Wars' apenas tenían con qué saciar su hambre de aventuras galácticas más allá de series animadas para niños y cómics Marvel absolutamente pirados. Por suerte (o por desgracia, según a quien preguntes) esa época hace tiempo que se fue y la saga de George Lucas no solo tiene su propio universo expandido en Disney+, sino que, por fin, está empezando a moverse en direcciones y eras mucho más lejanas que las que hemos visto en las tres trilogías cinematográficas. Así es: 'The Acolyte' se aleja del todo de los Skywalker... y le sienta francamente bien.
Un jedi no es de fiar
Hasta ahora, todas las series basadas en 'Star Wars' han tenido un problema de base: conocemos el futuro de muchos de sus personajes porque ha sido establecido a través de la sagrada línea canónica que une novelas, cómics, series y películas desde que Disney las unificara. Sin embargo, 'The Acolyte' es la primera en mirar más allá del universo Skywalker y los casi 70 años en los que transcurre su saga. Para ello ha decidido mirar hacia atrás, hacia la Alta República, un mundo de aparente paz donde los jedi reinan la galaxia.
Uno ya podía intuir que Disney no iba a traer como showrunner a Leslie Headland (a la que conoceréis por ser la co-creadora de la fabulosa 'Muñeca rusa') para mantener el statu quo en la galaxia y no poner nuevos conceptos encima de la mesa. 'The Acolyte' no reniega de ser una serie de aventuras, pero al mismo tiempo se atreve a mostrar las relaciones tirantes del pueblo llano con los jedi, sus prácticas poco éticas e incluso rompe con varias concepciones generales respecto a la Fuerza y su uso en un tercer episodio fabuloso y básico para el lore a partir de ahora.
Es precisamente este tercer capítulo el que más destaca de todos los que hemos podido ver, en gran parte gracias a la excelsa dirección de Kogonada ('Despidiendo a Yang'), capaz de crear un universo propio dentro de otro tan bien establecido. Frente al anquilosamiento de la saga, siempre dando vueltas en torno a los mismos conceptos (quizá con la excepción de 'Andor'), 'The Acolyte' tiene la valentía de proponer conflictos éticos, políticos y familiares en la etapa final de la Alta República, una era prácticamente inexplorada hasta ahora en la saga... Y que, quizá por eso, se hace tan refrescante.
Una galaxia mucho más lejana
Por supuesto, 'The Acolyte' sigue bebiendo visualmente de todos los tópicos de 'Star Wars', desde los droides hasta los hogares y tiendas que pueblan la galaxia, que continúan con el libro de estilo de la saga. Pero se permite el lujo de crear y homenajear con libertad, sin la necesidad de que aparezca un trozo de R2-D2 por un lado o el casco de Anakin Skywalker por otro. Se siente, por primera vez desde hace muchísimo tiempo, una evolución creativa real en la saga, aunque sea a base de pequeños pasitos.
Eso no significa que sea perfecta, claro: aunque su intención es ser adulta y tratar complejos dramas familiares mientras modela una nueva era en la que se puede basarse el futuro de la franquicia, no puede evitar caer en algunos infantilismos un poco pasados de vuelta (todo lo relacionado con Qimir, el personaje de Manny Jacinto) y excesivamente teatrales. No es que a estas alturas nadie espere arte y ensayo de 'Star Wars', pero a veces el espectador siente que tenían la puerta abierta y no han terminado de arriesgarse del todo.
Si conseguimos pasar por alto este hecho (podría, y quizá debería, haber sido más arriesgada) lo que nos queda es una serie con un ritmo pausado que va in crescendo y se siente fundacional, novedosa, con personajes complejos y que plantea serias preguntas sin respuesta -por ahora- sobre el papel de los jedi en la galaxia. Además sus directores, especialmente Headland y Kogonada, son capaces de crear planos icónicos y peleas consistentes en las que casi parece que vemos funcionar la Fuerza por primera vez en todo su esplendor, tantos años después de 'Una nueva esperanza'. No es lo único que se siente nuevo desde entonces.
Una nueva esperanza (seriéfila)
Quizá desde 1977 esta es la primera vez que vemos un producto audiovisual de 'Star Wars' que no está basado en los Skywalker ni en personajes derivados de aquella saga original. Todo es nuevo, los planetas son inéditos, las situaciones únicas, las posibilidades y las incógnitas se abren como nunca. Y, por supuesto, no todo el mundo quiere salir de ese bucle de nostalgia infinito, pero, en lo personal, agradecí el intento de insuflar aire fresco a una saga que ya parecía no tener mucho más de donde rascar. Tristemente, muchas veces se queda solo en el intento.
Es cierto que si esperas acción continua sin sentido, este no es tu lugar: la serie sabe que debe tomarse su tiempo para presentar los personajes, su situación y la época en la que viven, y lo hace con la convicción de quien sabe que está plantando semillas para el futuro, ya sea para continuar en la temporada 2 o para que las futuras series y películas de la saga tengan dónde reflejarse. Por así decirlo, es el anti-'Obi Wan Kenobi'. Si aquella se dejaba llevar por la nostalgia para un público poco exigente, esta renueva y airea la saga pero planteando un reto al espectador medio.
Pero, en su esencia, 'The Acolyte' no deja de ser lo que promete: otra serie de 'Star Wars' donde verás planetas que conoces, edificios con diseños que te suenan, droides que no podrían pertenecer a otra saga, jedis, la Fuerza, el Lado Oscuro, sables láser y contrabandistas galácticos. Simplemente, la batidora esta vez es nueva, y el resultado nos sabe más refrescante, aunque quizá solo sea un simple espejismo. Bendito sea, en todo caso.
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