Apenas medio año después de su estreno ha regresado la nueva 'Dallas' a TNT, y no creáis que la cosa ha cambiado mucho desde entonces. La continuación de aquella mítica serie de los 80 se acomodó rápidamente en su estilo de telenovela de alto presupuesto, y ahí sigue sin despeinarse. Cada capítulo es un festival de carne, sexo, alianzas y traiciones con el objetivo de destruirse mutuamente, y aunque cuenta con el reparto más dispar de la historia, la verdad es que hace las delicias de quien va buscando todos esos elementos en una serie.
Nos dejaron en agosto con Rebecca (o Pamela Rebecca Sutter, como queráis) revelando a la audiencia su verdadera identidad y su origen como hija de Cliff Barnes, a quien no hemos vuelto a ver desde entonces. Y ni diez minutos ha tardado en revelarlo también al resto de personajes; un punto a favor de 'Dallas', lejos de ir dando vueltas y vueltas ante el mismo engaño de la primera temporada prefiere resolver rápidamente las tramas y pasar al punto siguiente. Porque le podemos negar muchas cosas, pero no que sus capítulos sean de lo más intenso.
Destapado todo el plan de corrupción de Rebecca, la lucha está ahora en romper el matrimonio con Christopher sin que ella se lleve ni un duro. En ese lío está metida, como siempre, la nariz de John Ross, que usa su seducción y sus genitales para llevar las cosas a su terreno. ¿El objetivo? Convertirse en el accionista mayoritario de Ewing Energies, la compañía que han formado los miembros de la familia Ewing entre petróleo y metano, con la ayuda de su padre J.R. a quien, por desgracia, no veremos mucho tiempo más en antena.
El nuevo fichaje, el de la verdadera Rebecca, no es que esté aportando demasiado a la historia, pero sí tengo mis esperanzas puestas en Andrés, el hermano de Elena; su pasado y sus ambiciones pueden convertirle en el tercero en discordia en esta historia con dos partes diferenciadas. El cerco a Rebecca se empieza a cerrar ahora que hay abierta una investigación por homicidio ante la muerte de Tommy, y hay que ir pensando en seguir la estela de maldad iniciada por ella.
La otra historia que están desarrollando en esta segunda temporada es la de la hija de -Mary Alice Young- Ann Ewing, una trama que ha sido aburrida hasta el hastío hasta que le han dado una pistola a Rebecca Strong; y los que estáis al día de la serie sabéis a qué me refiero. 'Dallas' sigue siendo una serie mediocre pero entretenida, con unos actores tremendamente horribles que son compensados con los más veteranos. Va a ser dura la marcha de Larry Hagman, aunque interesante ver cómo le despiden.
En ¡Vaya Tele! | 'Dallas' (2012), el paraíso de Ewing no era el petróleo
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