El pasado sábado, 19 de noviembre, tuvo lugar la ceremonia de clausura de la quinta edición de Cine Francés de Zaragoza. Que ha logrado reunir, en total, en todas sus salas y sesiones, unos 7000 espectadores aproximadamente.
Una cifra que confirma, una de las motivaciones del festival, respecto a que hay muchas películas francesas que el público español no ve, pero con las que sin duda disfrutaría si tuviera acceso a ellas
Michel Deville recogió en persona su Ángel de Honor, y se proyectaron las dos películas ganadoras, Quand la mer monte de Yolanda Moreau y Gilles Porte, que ganó el Premio de la Crítica y Va, vis et Deviens de Radu Mihaileanu, que se llevó el Premio del Público.
Los dos filmes ya habían sido premiados anteriormente, el primero en los Césars 2005 como Mejor Actriz y Mejor Ópera Prima, y el segundo con otro Premio del Público, pero del festival de Berlín.
Yo me he perdido justamente estos dos (también es casualidad), pero más bien lo prefiero. Estoy casi segura de que con la trayectoria que siguen, más pronto o más tarde se estrenaran en nuestros cines. No como algunos otros, que habrá que conformarse con retenerlos en la memoria.
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