Una de las grandes incógnitas que está teniendo este final de la temporada televisiva 2022/2023 es si, efectivamente, la temporada 3 de 'Ted Lasso' ha sido la última. Si bien sus responsables (liderados por Jason Sudeikis) han apuntado a esa dirección, desde Apple TV+ han evitado a toda costa declarar el final de la serie.
Si bien ignoramos los motivos para seguir o los planes que hay para el universo lassiano, la verdad es que cuesta ver cómo continuarán con la serie sin transformarla en uno o varios spin-offs debido a que 'Adiós, adiós' es un episodio de despedida en todos los sentidos, uniéndose a los de 'La maravillosa Sra. Maisel', 'Succession' y 'Barry'.
Una despedida bastante a la altura de los personajes, con (spoilers) una retahíla de finales felices y de momentos tiernos en lo que el Richmond se enfrenta al West Ham United en la decisiva jornada final de la Premier League. No nos vamos a detener en victorias o derrotas pero el episodio son 74 minutos que se pasan volando.
Más allá de mis peros, que detallaré más adelante, hay que reconocer que el final ha sido el que la serie se ha merecido. Tiene sus momentos divertidos, su ternura, su emotividad y, por lo general, han sido fieles a sí mismos a pesar de que les ha pasado factura esa expansión general de tramas y focos en personajes, con algunas funcionando mejor que otras.
Fútbol demasiado total
Donde no han estado finos a lo largo de la temporada es a la hora de abordar temas candentes e importantes. Hay sobre todo, dos que destacan (básicamente por dedicarles capítulos enteros) como es el tabú de la homosexualidad en el fútbol (con el personaje de Billy Harris, Colin, en el centro) y, en otro episodio, sobre el daño que puede hacer la filtración de un vídeo erótico como el grabado por Keeley (Juno Temple).
En realidad, el agridulce sabor de boca que dejan el cómo los guionistas manejan sendas tramas —la de Colin muchísimo mejor que la de Keeley, todo hay que decirlo— viene por cómo rascan demasiado poco la superficie para el tiempo que se dedica. Una tónica que, por lo general, está presente en toda esta temporada 3.
Y es que una de las cosas que más sorprende de esta docena de episodios es cómo, contando con episodios de una hora, la serie falla a la hora de hacer un desarrollo mínimo de arcos de personajes. De repente saltamos de situación en situación (de repente Keekey rompe con su novia de un par de episodios, Nathan ya no está en el West Ham, etc.).
Ojo, no es que no se justifiquen los giros que tienen los personajes durante la temporada, pero son demasiado repentinos y abruptos. Nuestros amigos del Richmond avanzan a trompicones durante su andadura casi final en lo que parece un campo de ensayos de posibles spin-offs... entre ellos y, como vemos al final, uno sobre el equipo femenino del club.
No ha sido la mejor temporada, pero es igualmente agradable
Esto estropea un poco el visionado de una serie que en ningún momento deja de ser ese lugar calentito, amable y agradable en el que vivir. Un lugar que visitamos probablemente por última vez y que, quizás por ser consciente de ello, está relleno de más. Cae en ese dicho de "lo poco agrada y lo mucho enfada". Pero no tanto es enfado sino... una frustración por lo fluctuante de la temporada.
Lo que no quiere decir que no tengamos momentos emotivos. De hecho el tramo final de la temporada 3 de 'Ted Lasso' es bastante emotiva de principio a fin en lo que los guionistas se proponen el cerrar el círculo poniendo a la mayoría de personajes ante la posibilidad de, de algún modo, estar en una versión evolucionada del sitio donde comenzaron en lo que se resuelven los arcos personales que les han tenido tres años dando vueltas.
No ha sido la mejor temporada, pero la despedida ha sido estupenda.
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