‘Lady Bird’ fue una de las grandes sensaciones cinematográficas de 2017 porque Greta Gerwig consiguió con su retrato adolescente llegar a una parte importante del público con su primera película dirigida en solitario -antes ya había realizado ‘Noches y fines de semana’ junto a Joe Swanberg-. Yo no acabé tan entusiasmado con ella como otros, pero sí que vi una obra notable que me hacía esperar con interés su siguiente trabajo tras las cámaras.
Me sorprendió que se decantase por ‘Mujercitas’ ya que esperaba otra cinta de corte más personal, pero la clave en su nueva versión de Louisa May Alcott está en que ha sabido al mismo tiempo ser fiel a lo presentado en una novela publicada hace ya 150 años pero también dejar una huella propia en lugar de optar por una adaptación en el sentido más canónico del término. Algo de eso también hay en una excelente película a la que resulta difícil ponerle algún pero.
Una magnífica adaptación
Uno de los detalles más llamativos del pase de prensa al que acudí para ver ‘Mujercitas’ fue que antes de la película había una pequeña introducción a cargo de Gerwig en la que explicaba cuáles habían sido sus objetivos con la película, permitiéndose una serie de retoques que hacen ver esta adaptación de otra forma. El primero de todos es romper la estructura temporal lineal para introducir constantes saltos temporales que permitan entender mejor quién es cada personaje en función a cómo era en su infancia.
Además, Gerwig opta así por potenciar más el protagonismo de Jo, tanto por su mayor presencia como por introducir una mayor movilidad, tanto para el personaje como para la cámara, en cualquier situación que se lo permita, empezando por la celebración tras su primera reunión con un editor que muestra interés en su forma de escribir como es jovialidad e independencia que caracteriza en todo momento al personaje.
No es que Gerwig se olvide de asentar el resto de elementos y personajes, pero el primer acto está muy marcado por Jo, presentando a sus hermanas casi mas por oposición a ella que cualquier otra cosa. Del mismo modo que se considera que Alcott se reflejaba en Jo en el original literario, aquí parece ser Gerwig la que vuelva detalles propios en ella, algo que se extenderá a lo largo de todo el relato, en especial durante las reuniones con dicho editor. Ahí Gerwig también se permite a su manera establecer un diálogo con lo que proponía la novela, pero no para criticar esas concesiones, sino para explicarlas y darles una necesaria actualización.
Una película deliciosa
Aclarado eso, ‘Mujercitas’ tampoco tiene miedo en tener un componente de actualización más convencional pese al cambio estructural. En ella reconocemos a los personajes que ya habíamos visto en otras encarnaciones, pero Gerwig logra que tengan una frescura envidiable, tanto por el magnífico casting como por la forma de ir trazando sus relaciones y, sobre todo, por los diálogos. Antes mencionaba que inicialmente se definían más en oposición a Jo, pero luego todos van encontrando su voz propia y una progresión lógica y satisfactoria.
A nivel formal me llama la atención que haya momentos en los que el trabajo de diseño de producción parezca inspirarse más en el mundo de la pintura, dando así una fuerza visual impagable a determinadas escenas, sobre todo esas pequeñas transiciones entre lo que sucede a un personaje y a otro. No creo que sea a modo de adelanto del interés por esa disciplina artística de Amy, pero sí que es algo que considero que se suaviza cuando eso se explicita.
Más allá de eso, Gerwig vuelve a echar mano de un planteamiento formal en consonancia con lo visto en ‘Lady Bird’, lo único que aquí el componente más técnico tiende a ser más vistoso, probablemente para resaltar la belleza de la época a modo de reflejo de la felicidad existente dentro del núcleo familiar. La efectiva banda sonora de Alexandre Desplat también sirve para recalcar este punto, aunque a su manera sea uno de los aspectos más obvios de todo ‘Mujercitas’.
Ya he mencionado más atrás el gran acierto del casting de ‘Mujercitas’ -si acaso se podría decir que hay que dar cierto salto de fe para creerse que algunos de los actores representen ciertas edades...-, pero a modo particular me gustaría destacar sobre todo a Florence Pugh, una joven actriz muy en alza que debería convertirse en una estrella más temprano que tarde. Es verdad que Saoirse Ronan tienen más oportunidades de lucimiento tanto por tiempo en pantalla como por la naturaleza de su personaje, pero Pugh tiene algo especial para que te conquiste un personaje que podría haber sido de lo más irritantes, algo que se podría haber contagiado a toda la película con suma facilidad.
En resumidas cuentas
‘Mujercitas’ es sencillamente una de las mejores películas del año, aunque también se quedará seguramente fuera de muchas listas por coincidir su estreno con una fecha tan señalada como el día de Navidad. Lo tiene todo, desde el encanto de abordar con respeto una novela mítica hasta la falta de miedo para actualizarla, desmontándola para volver a unirla según la visión de Gerwig. Su exquisito acabado técnico y lo maravilloso que es su reparto coronan una obra deliciosa.
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