Por fin llega a nuestras pantallas 'Antes del anochecer' la tercera entrega de la saga que comenzaría —sin saberlo— el director norteamericano Richard Linklater en 1995. Si fueran canciones, sus dos primeras películas —'Antes del amanecer' y 'Antes del atardecer'—, serían himnos para muchos y es que su simplicidad, su realismo y la belleza de la historia de amor que nos cuenta, las han convertido en dos de las películas románticas más aclamadas de los últimos 20 años.
Y es que eso ha pasado. Han pasado casi 20 años desde de que conocimos a unos jóvenes y enamoradizos Jesse y Céline en Viena y 10 años después de su reencuentro en París, ese segundo y maravilloso final abierto de 'Antes del atardecer' encuentra su respuesta en la primera secuencia de 'Antes del anochecer'. Aunque el misterio de si acabaron juntos o no ya se nos desvelaba en el tráiler y muchos quedaron decepcionados con el linchamiento del mismo, 'Antes del atardecer' no va simplemente sobre si la pareja terminó junta o no, si no que va mucho más allá. Aun así si sois de los que —como yo— ardía en deseos de ver esta tercera película, os recomiendo que pongan la crítica en sus favoritos para leerla después de ver la cinta.
Ya en la primera secuencia de la película descubrimos si Jesse cogió aquel avión o no mientras Céline bailaba a ritmo de Nina Simone en un pequeño apartamento de París. Y es que le vemos a él despidiéndose de su hijo mayor en un aeropuerto, mientras ella le espera en el coche con sus dos hijas en común. Aunque como bien me comenta mi compañero Alberto Abuín, las dos primeras películas de la trilogía de Linklater funcionan a la perfección por separado, para comprender de lleno 'Antes del anochecer', tercera y ¿última? película de la saga es más que recomendable haber visto los otros dos títulos anteriores. La forma en la que Linklater nos presenta a unos cuarentones Jesse y Céline —de nuevo interpretados por Julie Delpy e Ethan Hawke— es tan compleja y a la vez natural y fluida, que para vivir la experiencia completa del film y su verdadera intención hay que conocer su pasado.
Todo el mundo tiene un pasado y toda historia de amor tiene muchas experiencias vividas de antemano. El estudio que hace Linklater sobre las relaciones de pareja en ese momento en el que se encuentra estancada y que parece que no va hacia ningún lado es notable. Y es que en las dudas ante las decisiones tomadas a lo largo de la vida siempre salen a la luz en algún momento, consiguiendo que todo se desestabilice y empiece a perder sentido. Tan real, humano, triste y esperanzador al mismo tiempo y hasta algo nostálgico como la vida misma.
Cuando la película comienza puede llegar a causar una pequeña decepción y es que 'Antes del anochecer', tiene un comienzo que poco o nada concuerda con sus predecesoras al introducir más personajes en la trama y mostrarnos un aspecto más 'social' de la vida de la pareja. A medida que avanza la trama empieza a quedarnos claro, gracias a esos pequeños detalles que tanto nos conmovieron en las anteriores cintas que, efectivamente, estamos ante esa pareja de enamorados que se conoció en Viena. Las largas conversaciones sobre todo y nada, los malentendidos, las reconciliaciones y sobre todo, las dudas sobre si las decisiones tomadas fueron las correctas están perfectamente ligadas gracias al buen hacer de los diálogos que, una vez más, ganan en sutileza y naturalidad.
Para contarnos la etapa madura de Jesse y Céline,Richard Linklater decide trasladarnos a Grecia, a un poblado paradisíaco que bien funciona como metáfora del estado de su relación: un lugar más calmado, relajado y asentado donde la vida va despacio para disfrutar de ello en cada momento, aunque siempre hay espacio para las sorpresas. Sorpresas que unos estupendos Ethan Hawke y Julie Delpy saben encajar a la perfección, acoplándose a las necesidades de sus personajes. Una vez más, los actores vuelven a dotar de una naturalidad pasmosa a esta pareja y su relación, hasta tal punto que a más de uno nos gustaría que fueran como Jesse y Céline en la vida real. Buena señal: el cine plasma la vida y este trío casi mágico lo hace como nadie. Lástima que haya que esperar otros nueve años para una posible nueva entrega.
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