En 1927, Walther Ruttman, pintor de profesión, rodó el documental 'Berlín sinfonía de una ciudad' ('Berlin: Die Sinfonie der Grosstadt'), a partir de de un guión suyo y de Karl Freund, que a su vez se basaba en una idea de Carl Mayer. Se trata de un film mudo, concebido para ser acompañado por una partitura de Edmund Meisel que estuvo desaparecida durante décadas. Aunque se recuperó en 2007, todavía circulan copias con una banda sonora alternativa, compuesta posteriormente para el film.
Narrativamente documental, 'Berlín sinfonía de una ciudad' es, no obstante, un film muy elaborado y cargado de intervenciones del autor en lo estético: encadenados y otros efectos de truca se suman a una fotografía cálida en su blanco y negro y una diversidad de encuadres y movimientos de cámara, para mostrarnos una visión muy personal y muy moderna para su época. Estos juegos con la imagen suponen el valor que más ha pervivido de la película y la convierten en una curiosidad que no tendría que perderse en el olvido. Por algo fue precursora de otros films y marcó un hito como aportación experimental.
La película se divide en cinco actos que van surgiendo según los momentos del día y éstos, a su vez, se segmentan en bloques. Cada uno de estos episodios muestra un ritmo diferente, al igual que lo mostraría cualquier metrópolis según las horas a las que nos acercásemos a ella: el amanecer tranquilo donde sólo algunos comercios van abriendo sus cierres, la hora punta con frenética actividad, el trabajo, el medio día, la agradable tarde de cafés y terrazas y la noche cosmopolita. El visionado de los cinco actos puede resultar excesivo y cansino, pues parece que poco más se pudiese aportar, una vez establecidas las primeras observaciones, pero siempre hay algún aspecto novedoso y curioso que anima cada fragmento.
Se podría decir que la protagonista de la película no es otra que la ciudad de Berlín, pues el documental no se centra en ningún individuo concreto. El autor elige mostrárnoslo todo a través de un personaje múltiple que se divide en cientos de ciudadanos, cuyos rostros se detienen unos segundos ante la cámara para quedar eternamente plasmados en el celuloide. La cotidianidad de los instantes reflejados nos hace pensar que conocemos bien a todos ellos, pues nos los encontramos en situaciones en las que nos podríamos ver nosotros mismos un día cualquiera. Ruttman desindividualiza, pero no despersonifica. La cuidad, paradigma de la modernidad, aliena a estos seres de los que sólo se nos ofrecen primeros planos para mostrarnos su angustia.
'Berlín, sinfonía de una ciudad' comienza con imágenes de trenes y otras máquinas que, además de hablarnos de la modernidad y de la industria, parece que se hubiesen humanizado y que fuesen los intérpretes de la sinfonía que se menciona en el título. Los edificios simularían un baile a su compás. Considero que este film habría alcanzado la categoría de obra maestra si efectivamente hubiese logrado hacernos sentir la música sólo con ruidos de la ciudad. Ya que la banda sonora que conocemos no es la original, no sería demasiado osado realizar el experimento de dar música a base de un juego de efectos de sonido —he hallado un fragmento de un intento de algo similar—. Siguiendo esta reflexión, concluiríamos que la orquesta que aparece al final rompe con el truco al diegetizar esta música.
Históricamente también tiene un valor especial que quizá supera las aspiraciones de Ruttman. Nos encontramos en Alemania en la época de entreguerras, es decir, un momento de recuperación para un país que estaba sumido en las deudas y pagando por errores pasados y que muy pronto caería en una hecatombe aún mayor.
La intención documental que tuvo Walther Ruttman cuando rodó 'Berlín, sinfonía de una gran ciudad', en última instancia, se mantiene, pero aumentada con estos valores históricos y con el valor fílmico que supone recuperar, casi noventa años después, una reliquia que merece estudios profundos por parte de historiadores cinematográficos. Si bien como película de entretenimiento no podríamos disfrutarla en el presente, es decir, si bien no nos diría nada si nos ponemos sólo en el papel de espectadores; el film sí puede ser interesante como objeto de análisis y nos aportará si nos situamos ante ella como estudiosos o arqueólogos del cine.
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Usuario desactivado
Qué interesantes las tres aportaciones.
Habría más temas que abordar y quizá, ya que hablamos de la película como hito histórico, una de las maneras de tratarla sería situándola en un contexto y dando referentes o precursoras y también films en los que ha ejercido una influencia. Tampoco quería entrar en eso porque sería demasiado. Pero lo cierto es que si tratamos otras películas influyentes de la época, como la que mencionas de Vertov, ésta puede ser menor en cuanto a lo que supuso o lo que aportó como teoría y formas de entender el cine. O si la comparamos con 'El acorazado Potemkin' por aquello del personaje colectivo, también quedaría en un segundo nivel de interés. No obstante, tiene sus cosillas y es interesante verla.
En su día, se concibió como un documental del Berlín que para ellos era contemporáneo. Hoy en día ese valor ya se ha perdido, pero sigue teniendo el valor documental de lo que se hacía con el cine entonces y es muy cierto lo que dices, I-chan, de que se consideraban más unidas la forma y el fondo, lo cual a mí también me parece más acertado que esta división tan radical.
No tenía ni idea de lo del grupo Pegasus, pero me parece... bueno, qué te voy a decir, es que siempre tienes algo que aportar, se saque el tema que se saque.
johnnios
Vaya, el valor de la cinta como documento visual es innegable.
Me ha llamado la atención ver a la gente cruzando por el medio de la calle en la que no habia rastro alguno de un paso de cebra o similar,los muñequitos que bailoteaban, los bailes de aquel entonces (no sabía que ya entonces hubiese bolas de discoteca,las situaba en un contexto muy posterior como los 70) los aspavientos de los músicos tocando el violín...durante un rato me he transportado a otro lugar y tiempo...
No puedo decir gran cosa sobre las técnicas de filmación de aquel entonces como han hecho los comentarios que me preceden, pero si puedo decir que me ha sorprendido encontrar algo así en Blogdecine.
Gracias Beatriz por esta máquina del tiempo que has colgado!
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Personales en el sentido de que no adopta la posición fría y aséptica que se podría esperar en un documental. Y modernos porque ya usan técnicas como trávellings y tal que entonces eran avanzadas.
Usuario desactivado
Lo de 'El acorazado Potemkin' lo vi yo en La Granja interpretado en directo por Pet Shop Boys con una banda sonora muy buena que incluso se puede escuchar tranquilamente sin estar viendo la peli, especialmente la canción "Brothers", que es algo rollete, pero muy bonita. Supongo que los británicos harían caso de las intenciones de Eisenstein. Ya hablé de ello en Blogdecine cuando lo vi.
La versión que vi yo de 'Berlín, sinfonía de una ciudad' no sé cuál de las músicas tenía, supongo que la de Tiersen. Lo que sé seguro es que no era la de Meisel, lo cual me parece muy mal si ya existía una recuperación. Pero supongo que echarían mano de una copia antigua, de antes de la restauración.
Usuario desactivado
Que yo sepa, el disco de Pet Shop Boys existe. Lo que ya no sé es si existirá en modo DVD con la peli. A lo mejor alguien ha hecho una sincronización y la ha subido a Internet.
zalomero
De acuerdo con lo que dices al final. En mis estudios cursé un trimestre de historia del cine y, aunque no ví esta (podíamos elegir entre varias), tuve que analizar "El hombre de la cámara", de Dziga Vertov (que va en la misma línea).
Sólo se la recomendaría a personas interesadas en la historia (arqueología como dices) del cine o en la experimentación. Desde luego, no son películas para ver en busca de entretenimiento.
Elperejil
Jo, esa peli me lanza al pasado de una forma tremenda...
Por una parte la analizamos en la escuela de imagen y sonido cuando estudiamos el documental (como una de las obras pioneras), dedicándolo bastantes horas al análisis de muchos de sus fragmentos.
Sin embargo la película ya la conocía de antes, por una especie de concierto de Pegasus en Santiago de Compostela, cuando aún estudiaba psicología (aunque ya asistía a las clases de historia del cine, en Historia, y montaba cineclubs y ciclos en VHS en la universidad... qué tiempos preinterné...). Este grupo de rock progresivo-jazz (o fusión o como quiera considerarlo cada uno) había compuesto una banda sonora para TODO el documental y lo interpretaba en directo con la película detrás en una pantalla gigante. Toda una gozada para los muchos amantes del cine y los (menos) del rock progresivo.
i-chan
Yo la vi hace algunos años, para hacer un trabajo de la facultad acerca de cómo el medio cinematográfico reflejaba los cambios que sufrieron las ciudades en la era 1925-1937 gracias a la progresiva incorporación de la iluminación artificial nocturna en calles y edificios tras la Expo Universal de París del 25. Para el mismo trabajo me vi unas cuantas películas de la época, especialmente alemanas.
Es cierto que en general gran parte del cine de esa época -no sólo el documental- resultaría muy poco entretenido e incluso indigesto para gran parte del público actual. Pero lo cierto es que en aquella época el uso que hacían de la imagen y de los trucos visuales para narrar historias sin palabras es increíble. Te ves las películas de Murnau o de Lang de aquella época, y la inmensa mayoría del cine de hoy, en comparación resulta obsoleto. Es sorprendente ver cómo en aquella época conseguían sacarle tanto partido a unos métodos de trucajes visuales tan rudimentarios, y hoy en día, con todos los adelantos tecnológicos que tenemos, nuestras películas resultan narrativamente mucho más caducas. Incluso algunos de los realizadores más formalistas pecan de eso, de quedar seducidos por la forma y olvidarse del contenido. En aquella época, en cambio, se entendía como un todo.
No me extraña que haya gente que considere que el verdadero cine murió con el sonoro; aunque no estoy de acuerdo con esta afirmación, es cierto que hoy en día se confía más en el poder de la palabra o en efectismo de los efectos especiales que en el poder expresivo y simbólico de la imagen por sí misma.
Elperejil
Gracias, pero en este caso es una pura casualidad... resulta que, además de que ya me gustaba muchísimo el cine, compartía piso con un par de amigos que eran unos fans enloquecidos del rock progresivo y de la fusión (conste que me acabaron contagiando, aprovechando que Pink Floyd ya me gustaba), y que casi me arrastraron a ver a Pegasus con ellos. La verdad es que fue un gran concieto, y con la peli al mismo tiempo pues aún mejor.
Y la película, aunque muda, tenía su propia partitura, compuesta por Edmund Meisel (el mismo que compuso la del "Acorazado Potemkin"), que en aquellos tiempos sólo se podía oír en proyecciones con orquesta. Esa nunca la he oído y no creo que sea fácil de conseguir.
Por cierto, I-chan, no sabía que también eras cascarilleiro (aunque yo lo sea de adopción)
Elperejil
Por cierto, he visto que la música que acompaña esta versión es de Yann Tiersen (se ve fácilmente siguiendo el link hasta youtube); es curioso, hoy estamos a acostumbrados a que una película tenga una banda sonora y que vaya completamente asociada a ella, pero en el caso de muchos clásicos del cine mudo, aparte de su partitura original (se hacía una para orquesta y, habitualmente, otra para piano sobre la misma melodía, para salas y espectáculos más pequeños) existen posteriores bandas sonoras compuestas por otros músicos. En esta, por lo menos, tenemos la original de Meisel, la de Pegasus y la de Teirsen. Con Napoleón está la impresionante partitura original de Arthur Honneger y las de los años 80 (cuando se restauró) de Carl Davis y de Carmine Coppola. Con "Metropolis" es aún más exagerado: está la de original de Gottfried Huppertz, la cosa esa de Moroder, la de Peter Osborne, la de Abel Korneziowsky o incluso el grupo de electrónica Wetfish.
Einsestein, de hecho, comentó que le gustaría que para su obra "El acorazado Potemkin" se hiciese una nueva banda sonora cada 20 años o así, para que la obra siempre se mantuviese actual con los tiempos y difundiese su mensaje revolucionario... y, bueno, aparte de la original de Meisel, debe haber otros 7 ó 8 partituras diferentes para la película de este hombre, con lo que los tiempos le dieron la razón al bueno de Einsestein.
Elperejil
Anda, no había leido tu anterior post sobre el Potemkin (creo que en el 2006 aún no había descubierto blogdecine... aunque cada vez me cuesta más ponerle un año a mis recuerdos; ya acabao de leerla); genial entrada y aún más extraordinaria experiencia; tuvo que ser una verdadera gozada (seguro que mucho mejor que lo de Pegasus... tanto por el material artístico como por el entorno)
La verdad es que estos espectáculos de película + orquesta son una verdadera maravilla; pena que no se prodiguen demasiado.
i-chan
Oh, qué envidia lo del concierto en La Granja. Pet Shop Boys me encantan y tengo el cd de su b.s.o. para 'El acorazado Potemkin' pero nunca he visto esta última con ese acompañamiento musical (bueno, podría poner de manera simultánea el dvd de la peli y el disco de la música, pero me parece un sistema un poco chapuza).
¿Está editada la película de Eisenstein con la banda sonora de los PSB? Es que la edición que tengo de la peli es una que costaba dos euros con el periódico y de extras viene pelada xD Yo tengo el de 'Amanecer' de Murnau que incluye la banda sonora del grupo Lambchop (aunque la compré en Francia, no sé si esa edición existe aquí).
shething
Hola Bea, gracias por la recomendación. Podrías especificar un poco por qué los encuadres son personales? gracias :)
un saludo
shething
Gracias Bea, a ver si lo puedo agarrar en algún momento... alguna escena en especial que te haya llamado la atención, que subraye su momento personal?
Un saludo