Cuando un director se puede emplear como adjetivo para describir otra película no hecha por él es síntoma de un estilo perfectamente determinado que, por otro lado, resulta imposible de imitar 100%. Por ello a veces se puede usar ese adjetivo como arma arrojadiza, para tratar de remarcar la imposibilidad de separarse o superar al maestro.
Un ejemplo sería lo hitchcockiano, que sabemos que implica intriga, suspense y tensión, pero no siempre se posee esa chispa juguetona o picante que solían estar presentes en sus películas. La clave es, como siempre, jugar con las claves pero tratar de esquivar la imitación con detalles sugerentes y propios. Alguien que lo entendió bastante bien fue Stanley Donen cuando fue a jugar a ese juego al hacer 'Charada'.
Esperar lo inesperado
Este clásico de suspense y espías de los sesenta, disponible para ver en Amazon Prime Video además de en plataformas como Filmin, MUBI o Movistar+, se separa de los formidables musicales que caracterizan a Donen, aunque no se aleja demasiadas de sus claves estéticas y tonales. Para llevarlas a buen término se juntó de nuevo con un conocedor de los métodos hitchcockianos como Cary Grant y se reunió con otra vieja conocida como es Audrey Hepburn.
Hepburn toma un poco más las riendas del relato, al ser la perspectiva de su personaje la que nos introduce en el mismo. Da vida a Reggie Lampert, que se encuentra tranquilamente de vacaciones en una estación de esquí mientras medita divorciarse de su marido. Allí conoce a un interesante galán llamado Peter Joshua, al que interpreta Cary Grant, que llama su atención. No será la última vez que lo verá.
A su regreso a París descubre que su marido ha sido asesinado y su casa desvalijada. Y lo que es peor, descubre que ha tenido una doble vida, formando parte de una escaramuza que ha sustraído al gobierno de los Estados Unidos un cuarto de millón de dólares. Una conspiración tremenda de la que Lampert deberá escapar sin saber muy bien de quien fiarse, especialmente cuando el citado Joshua entra en juego supuestamente para ayudarla.
'Charada': enredos y espías
La clave de 'Charada' es que tiene toda la apariencia y espíritu de una cinta de espionaje y suspense, pero su funcionamiento no está tan alejada de la comedia romántica o de los enredos. Ayuda, por supuesto, la impresionante química que tienen Grant y Hepburn para vender la parte romántica, que da la chispa para que el ejercicio hitchockiano no sea meramente superficial.
Su dinámica es especialmente divertida, ya que a Hepburn le toca interpretar a un personaje en una situación calcada a la del de Cary Grant en 'Con la muerte en los talones' (sí, de Hitchcock). La cinta es una deliciosa pieza llena de giros, de intriga trepidante, de romance bien medido. Diversión clásica en una joya del entretenimiento adulto que nunca deja de funcionar.
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