Si eres aficionado al cine, sabes de sobra lo que significa la expresión "temporada de premios". De pronto, todo se enfoca hacia ganar el Óscar, y parece que hasta los galardones que se dan en un pueblo de Milwaukee pueden tener importancia de cara a la elección de la mejor película del año. Pero este año, más que en ningún otro, podemos ver una tendencia de la industria y de estos meses en particular: las películas estrenadas a inicio de año han quedado ya hundidas, y tan solo tienen en cuenta los estrenos recientes (con, quizá, la excepción de 'Dune 2'). Y así, obras como 'Civil War' o 'Rivales' han quedado muy atrás de manera injusta.
Los Oscar son cosa de películas nuevas
El mundo de los Óscar es una industria en sí misma, donde el que acaba siendo nominado suele haber gastado un par de millones de dólares en una campaña de "For your consideration" dirigida a los académicos. Sin sobornos, pero martilleando con publicidad hasta que solo puedan pensar en esas películas. Y productoras como A24 o Neon no pueden competir con las más grandes, así que se centran en las cintsa más recientes (y por tanto, más recordadas por los académicos) dejando de lado la campaña publicitaria para nominaciones que podrían haber sido más que posibles, como Nicolas Cage por 'Longlegs' o Kirsten Dunst por 'Civil War'. Todo es un negocio en la meca del cine.
Y, por supuesto, hay personas que no tienen ni tiempo ni ganas de jugar al juego de Hollywood, y no les importan decir las verdades del barquero. Es el caso de Brian Cox, que en una entrevista con el Hollywood Reporter ha aprovechado para ciscarse en los premios a gusto: "Los Oscars son un sinsentido porque todo lo que se juzga en los Óscar no es un año de trabajo. Es solo el trabajo que sale entre Acción de Gracias y Navidad".
Y si creéis que no tiene más que decir es que no conocéis al patriarca de 'Succession': "Creo que convierte a estos premios en una falacia, honestamente, porque hay muchos trabajos buenos que se van fuera de lo que llaman Temporada De Oscar". Y, cómo no, pone un ejemplo: en 2017 interpretó a Winston Churchill en 'Churchill', el mismo año que Gary Oldman en 'La hora más oscura'. El primero no se llevó nada. El segundo ganó el Óscar. "Nuestra película salió en verano, y era relativamente independiente, así que no tienes el poder de los estudios detrás. Así que ni siquiera vieron mi película y aún creo que mi interpretación era mejor que la de Oldman". ¿Toca darle un toque a los Óscar para que no se fijen solo en tres o cuatro meses? Desde luego.
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