Cuando 'Indiana Jones y el dial del destino' se anunció, hubo una pregunta que pasó por la cabeza de todos los fans de la saga: ¿Supondría este el retorno de Shia LaBeouf tras su papel más o menos infame en la cuarta parte? ¿Cuál era el destino de Mutt Williams tras 15 años desde el momento de gloria del actor? Ahora sabemos lo que le pasó al personaje, y que su papel en la quinta entrega es inexistente. Pero, ¿no hay nadie que le haya echado de menos en todo este tiempo? ¿Qué ha pasado con Shia LaBeouf?
LaBeouf películas ha-shía
Aún no ha cumplido los 40, pero Shia LaBeouf ya ha vivido doscientas vidas diferentes. Ha sido actor infantil, estrella de acción, artista, cómico, famoso, rarito oficial de Hollywood. Puede que ahora al decir su nombre recordemos su paseo por la alfombra roja de Berlín con una bolsa de papel en la cabeza en la que estaba escrito "Ya no soy famoso", pero solo tres años antes de este momento era la estrella de 'Transformers'. Y en menos de una década, la caída en desgracia. Hollywood perdona, pero solo si quieres que perdone.
El actor encontró consuelo en la comedia, en primer lugar, como manera de purgar sus penas: solo con diez años ya se estaba subiendo en escenarios de improvisación tratando de alejar un ambiente familiar que haría temblar a cualquier drama. Sus padres, que le hicieron crecer en un ambiente hippy (y en la pobreza), le bautizaron como cristiano y le hicieron el Bar Mitzváh judío: es la primera de las muchas dicotomías en la vida de LaBeouf, que creció feliz en un ambiente de drogadicción, abusos sexuales y miseria.
Para entender a LaBeouf hay que entender su infancia. El actor se convirtió en una estrella infantil de la serie 'Even Stevens', por la que llegó a ganar un Emmy a los 16 años y, al mismo tiempo, acompañaba a su padre a las reuniones de Alcohólicos Anónimos. Fue en este momento cuando su padre, en medio de un trauma producido por la Guerra de Vietnam, le apuntó una pistola a la cabeza. Por el día, un futuro resplandeciente. Por la noche, un niño atemorizado. Y después, la fama estalló del todo.
Controlando la fama
No es fácil controlar un estallido de fama cuando tienes traumas sin resolver. Shia pasó de co-protagonizar 'Constantine' a ser el humano rodeado de robots en 'Transformers', con solo 21 años. Y, en 2008, fue testigo de un retorno por todo lo alto tras casi veinte años de ausencia: el de Indy. El problema es que 'Indiana Jones y el reino de la calavera de cristal' no acabó de convencer mucho a nadie (por mucho que ahora esté siendo reivindicada) y gran parte de la culpa se le achacó a esa nueva estrella que Hollywood estaba intentando que nos tragásemos por todos los medios. De hecho, LaBeouf acabó cargando contra el mismísimo Steven Spielberg, que fue poco menos que su padrino, y afirmando "No me gustan las películas que hice con Spielberg. La única que me gusta es 'Transformers'".
En 2011, con la decisión ya tomada de abandonar el cine mainstream (sobre todo tras ganar el Razzie a la peor pareja por 'Transformers: la venganza de los caídos'), Shia, siempre incansable, empezó a buscar su siguiente objetivo en la vida: de actor a director. Llegó incluso a dirigir a Marilyn Manson ('Born Villain') antes de hacer los cortos 'Maniac' y 'Howard Cantour.com', para el que él mismo reconoció que había "inspirado" en un cómic de Daniel Clowes.
Este fue el primero de los muchos momentos que desmontaron la psique del actor, que al anunciar su salto a la novela gráfica ('Let's fucking party' y 'Stale n male') creyó que nadie se daría cuenta de que también eran simples plagios. A partir de aquí, la debacle de una persona destrozada que se cree artista y no ha podido levantar cabeza, desde su famoso "Just do it!" hasta esa proyección de todas sus películas durante tres días seguidos en las que solo se enfocaba a su cara todo el rato.
Just (don't) do it
LaBeouf ha sido arrestado por estar borracho y molestar a la gente en varias ocasiones, acusado de abuso hacia varias de sus parejas (que no negó: después dijo que él había sido "un ser humano que buscaba el placer, egoísta, centrado en sí mismo, deshonesto, desconsiderado y temeroso"), retirado de la publicidad de la única película popular que había hecho en cinco años, 'Fragmentos de una mujer'...
Y, mientras tanto, no ha parado de hacer su arte con los artistas Nastja Säde Rönkkö y Luke Turner. Arte del que algunos consideraría genialidad y otros mamarrachada. Por ejemplo, para #Takemeanywhere daban sus coordenadas del GPS y después iban allá donde les llevaran, un viaje que empezó en Colorado y acabó en Alaska. Otra de sus performances fue #Andintheend, para la que alquilaron durante dos noches la ópera de Sidney y dejaron que los participantes, uno a uno, subieran a dar su mensaje a un teatro completamente vacío (salvo por ellos tres).
Mientras tanto, y aunque no lo parezca, no ha dejado de trabajar, seleccionando con bastante tino los papeles en los que quiere participar, desde John McEnroe en 'Borg McEnroe' hasta Jerôme en 'Nymphomaniac'. Shia LaBeouf ha pasado tiempo en rehabilitación, ha intentado sanar mediante el arte, ha tratado de encontrar su lugar en el mundo y en la vida tras unas vivencias desoladoras. Fue despedido de 'No te preocupes querida', quiso suicidarse en el punto más bajo de su carrera y ahora Francis Ford Coppola le ha fichado para 'Megalopolis'. Una carrera repleta de subidas y bajadas, de actuaciones fallidas y arte, de un Hollywood que nunca ha llegado a entenderle del todo. Tampoco es que lo haya intentado, por otro lado. Así se comprenderá mejor que no haya podido poner un pie en la nueva 'Indiana Jones'. Hay cosas que, simplemente, no están destinadas a que ocurran.
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