El director holandés Paul Verhoeven es un director del que se ha escrito tanto, y mal, que recuperar 'Starship Troopers' se me antojaba una opción muy a tener en cuenta. Vi 'Starship Troopers' prácticamente cuando salió en vídeo, y me pareció horrenda. Años después me topé con la novela de ciencia-ficción 'Tropas del Espacio', del indiscutible Robert A. Heinlein, y me indigné al no ver relación con la intrascendente película que había visto. Ha sido ahora, tras mucho tiempo desde la mala impresión que me dejó, ha merecido un revisionado, en un intento de sentirme libre de prejuicios, como si no la hubiera visto nunca.
Conclusión: Verhoeven los tiene bien puestos. Es un tipo con el que me tomaría un café sin dudarlo, algo que no puedo decir de muchos directores "parecidos" a él, que trata en sus películas lo que el público quiere ver. Se dio a conocer con 'Robocop', adaptó (bien) a Philip K. Dick en 'Desafío Total', hizo pasar a la historia a Sharon Stone (y no precisamente por sus cualidades actorales) en 'Instinto Básico', y luego vino un declive bastante exagerado. Pero volvió a su país de origen, y filmó un peliculón sobre la II Guerra Mundial titulado 'El Libro Negro'. Volviendo ya a 'Starship Troopers', comprendo muy bien porque la odié la primera vez que la vi, y entiendo que la crítica y la taquilla mostrasen abiertamente su rechazo a esta infravalorada película de ciencia-ficción, que traspasa los límites reflexivos de la novela en la que se basa.
Es curioso que se diga que 'Starship Troopers' es una indignante apología del fascismo, cuando en realidad es una clarísima sátira que desmenuza el espíritu imperialista de los EEUU. En el siglo 23, sólo se puede ser ciudadano, y por tanto tener derecho a votar, si se cumple un servicio militar de 2 años como mínimo. Entre los aspirantes, se encuentra Johnny Rico (Casper van Dien), procedente de Buenos Aires, que quiere ingresar en la Flota de pilotos, para no separarse de su novia Carmen Ibanez (Denise Richards). Como sus calificaciones son muy bajas, ha de entrar en la Infantería Móvil, de casta menor y de mayor riesgo y dureza. Durante el periodo de instrucción, que bebe (y mucho) de 'La Chaqueta Metálica', y es lo más fiel con diferencia a la obra de Heinlein, un ataque a Buenos Aires es el detonante para una guerra entre los terrícolas y una raza de insectos que habita en el otro extremo del a galaxia. Así que la segunda mitad de la película, que se desmarca totalmente de la primera, es una sucesión de batallas entre los humanos y los insectos (principalmente arañas, aunque también abejas y escarabajos), con unos efectos especiales increíbles.
Lo curioso es que 'Starship Troopers' está disfrazada de una película de acción intrascendente, cuando tiene un cachondeíto omnipresente y unos mensajes insinuados que enriquecen, que matizan la propuesta (más simplona) del libro. Si de verdad la película fuera lo que todo el mundo dice, resultarían sobrantes esas secuencias en las que, de una forma mórbida, se retrata el tratamiento de los medios de comunicación acerca de la guerra. La risa histérica de una madre al comprobar cómo sus hijos se educan en el odio hacia los insectos, es realmente escalofriante.
Dice Javier Ocaña (crítico de Cinemanía): "los actores no sé sabe si es que son así de malos o es a posta". Casper van Dien es uno de esos actores que sólo sabe poner dos caras, como muchos hoy en día. Y de Denise Richards, Dina Meyer, Jake Busey o Neil Patrick Harris, más de lo mismo. Lo que creo es que era un propósito de Verhoeven: rebosar de clichés a sus protagonistas, estereotiparlos. Sólo así se logra ese aire tan autoparódico, tan burlón con el cine de acción de serie B. La presencia de Clancy Brown y Michael Ironside, cuasidesconocidos pese a su obvio talento, aporta mucho en las pocas escenas que protagonizan. El estilo visual, limpísimo, y con ciertas reminiscencias a 'Desafío Total', son muy impactantes y dignifican el universo de la novela de Heinlein. Y no voy a tardar más en mencionar la banda sonora de Basil Poledouris, de lo mejorcito de la película. Los personajes son estúpidos, pero no más que los que vemos en una película palomitera. Está el guapito honorable, la maciza superficial, el amigo chulo aunque patético, la sensual pero machorra compañera, el jefe duro pero paternal... el partido de fútbol americano, los dormitorios de la nave en plan fraternidad alfa-beta-gamma, la fiesta tras la batalla ganada... A propósito: el trío protagonista es de origen latino, ¿un guiño a lo que se avecina en EEUU?
La pregunta es: ¿es tan mala 'Starship Troopers'? Ni de broma, y de ahí este artículo. Pero claro, es un film que arremete contra las bases sociales de EEUU, que las humilla, y por tanto el único fin posible de la cinta era el desdén y el olvido. El maltrato, en definitiva. Pasó también con 'La puerta al cielo', hermosísimo western que destrozaba ese tópico del "sueño americano", de la universalidad de un país que trata a las demás naciones como inferiores en los conflictos bélicos. La película arruinó en su momento a la United Artists, y en este caso, Verhoeven salió lapidado de esta prueba. Hizo 'El Hombre sin sombra', y se tuvo que largar.
Verhoeven, demuestra, en resumidas cuentas, que es posible contar lo mismo que cuenta Michael Bay en su deplorable 'Pearl Harbor' con mucha más inteligente y con una mala leche descomunal. No en vano, es del todo profética. Se dice que los insectos han arrasado Buenos Aires sin que se aclare del todo, y esto es la excusa para asolar sin piedad su planeta. Los insectos son expuestos como monstruos crueles, pero en realidad sólo se están defendiendo de un colonialismo sin escrúpulos. Tres años después del estreno de la película, vino el 11-S y esto fue la justificación para destruir Afganistán e Irak, e imponerles una guerra interminable, con armas de destrucción masiva inexistentes y muchísimas preguntas sin resolver. La Infantería Móvil es una jerarquía fascista, que excusa la violencia para imponer una forzada prosperidad. Una reinvención del ejército nazi que incluso se uniforma de una manera parecida, con corbatas negras, polos grises, y unas poses y unos planos como los que filmaba la cineasta pro-nazi Leni Riefenstahl.
Incluso sin ver más allá de su fina ironía, estamos ante un film de gloriosos efectos especiales, batallas excitantes, entretenimiento sin tregua. Eso sí, con algunas escenas algo chocantes (la ducha mixta) y previsibilidad por un tubo. Pero de cualquier manera, de eso es de lo que se trata: de mostrar lo que ya hemos visto mil veces, pero con un cinismo que se siente, que se percibe a medida que avanza la historia. Los méritos son, por supuesto, del lúcido guión de Edward Neumeier. 'Starship Troopers' es un producto muy entrañable, una maravilla visual sin duda incomprendida. Recomiendo a todo el mundo un revisionado, un redescubrimiento. A lo mejor esa apología del fascismo que en su vida se nos transmitió, resulta que es todo lo contrario. Eso sí: hay que entrar en el juego de Verhoeven desde el principio, y tener en cuenta que es una inspirada vuelta de tuerca en el ya de por sí clásico de la ciencia-ficción del siglo XX. De lo contrario, nos parecerá un subproducto mediocre, con estética y desarrollo de videojuego, sin ningún tipo de interés.
Más información | Reseña de 'Tropas del Espacio', de Robert A. Heinlein
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