Si aún había alguien que pensaba seriamente que en Eurovisión iba a entrar por la puerta grande el ínclito Rodolfo Chikilicuatre, ya no hay excusa para cambiar de opinión. El cantante-producto inventado por El Terrat se quedó en decimosexta posición en una gala aburrida en la que se pudo ver cómo hay dos maneras cada vez más opuestas de entender Eurovisión.
Ayer volvió a triunfar el tradicionalismo, con la canción de Rusia (en el vídeo) ocupando el primer puesto. Pero hay muchos que se toman el festival a pitorreo, para escarnio de sus organizadores, que en las declaraciones previas a la celebración del festival insistían en vender una imagen demasiado seria, como si hubiésemos vuelto 40 años atrás.
Pero hubo más rarezas aparte de la estudiada parodia de Rodolfo Chikilicuatre. Genial fue, por ejemplo, la canción de Bosnia-Herzegovina, con una puesta en escena aún más bizarra que la española (ellos tenían a una cantante tendiendo la ropa, a cuatro mujeres sentadas y vestidas de boda y a un cantante espídico). Casi nadie la entendió, pero fue de las mejores.
Al final, uno sale de ver la gala pensando en que lo peor, o lo más raro, es ver los que aún piensan en Eurovisión como un trampolín para algo. Abundan los baladones, las pronunciaciones en inglés macarrónico (tremenda la dicción de la cantante griega) y una seriedad impostada que, al final, acaba siendo contraproducente.
Eurovisión 2008 dio también para momentos más involuntariamente paródicos: Croacia y su "abuelo rapero", en palabras de un Uribarri emocionado por volver a estar al frente del timón; o los finlandeses, de nuevo con heavy de vieja escuela (y bastante pasado).
El espectáculo montado por Serbia estuvo a la altura y fue, curiosamente, donde menos flaqueó el festival. Quitando de en medio unos vídeos de presentación de los candidatos entre lo tópico, lo psicodélico y lo decididamente nefasto, cada plano de las actuaciones estuvo medido al milímetro y, visualmente, la gala fue un éxito. España consiguió apoyos obvios (Portugal y Andorra con puntuaciones altas; Francia con menos) y algunos tremendamente raros (Grecia nos dio 10 puntos: supongo que era una forma de decir que su propia canción no era lo que los griegos quieren, porque, si no, no se entiende).
Rodolfo Chikilicuatre ya puede ir preparando su retirada: Eurovisión ha ido a lo suyo y no le ha tomado en serio como candidato. Queda por cómo finiquita El Terrat el producto y hasta donde pretende explotarlo.
Vídeo | Youtube En ¡Vaya Tele! | Eurovisión
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