Hace un año que se estrenó 'Km 31', de Rigoberto Castañeda, en México, país que coproduce este film junto con España. Aquí nos llega el viernes, día 15. Iliana Fox, Adrià Collado, Raúl Méndez, Mikel Mateos y Carlos Aragón lo protagonizan.
Durante un misterioso accidente en el kilómetro 31, Ágata entra en coma. Debido a su fuerte conexión, su hermana gemela, Catalina, puede intuir lo que ha ocurrido. La conexión va en aumento hasta niveles sobrenaturales y Catalina se da cuenta de que Ágata grita y sufre desde su estado comatoso, así que debe de buscar la forma de ayudarla a despertar. Nuño, un amigo de Ágata y Omar, el novio de Catalina, están de acuerdo en ayudarla. Pronto se dan cuenta que Ágata se encuentra atrapada entre la realidad y una antigua leyenda: La Llorona.
'Km 31' es una de ésas películas imperfectas que no por serlo deben ser desdeñadas, pues sus valores positivos quizá sean suficientes para que merezca la pena verlas, al menos dentro de un género, el terror, que no suele ofrecernos apenas nada nuevo o válido.
En el plano favorable podemos incluir una dirección de fotografía bastante lograda que, junto con la ambientación, se adecua mucho al género y ayudan a crear la atmósfera necesaria. Los efectos especiales que comienzan más bien hacia la parte final de la película, se alían con estos dos aspectos estéticos y nos brindan en los últimos minutos algunas escenas que cumplen su cometido, que no es otro que producir miedo.
Sin embargo, le ocurre a 'Kilómetro 31' lo mismo que a muchos films sobrenaturales asiáticos que tan a menudo han tocado el género de los sustos: que no llegamos a entender del todo el desarrollo de la trama. Varios detalles quedan confusos a pesar de que los diálogos tratan de dar todas las explicaciones necesarias. En común con el terror oriental el film hispano-mexicano también tiene elementos como la fotografía oscura y casi monocromática y la presencia de un niño que podría ser el de 'The Ring'.
Como muchos otros productos de miedo, lo que sucede en 'Km. 31' no es especialmente original y probablemente el punto de partida que presenta a una persona en coma y a otra que le sirve de conexión con el mundo de los vivos os sonará de verlo antes, quizá en capítulos televisivos de series con temática sobrenatural o quizá en películas antiguas. La aparición constante y repetida de una presencia fantasmagórica tras girar una curva en una carretera oscura parece que provenga de una de esas leyendas urbanas que se cuentan para dar miedo en las excursiones.
Sabemos que importa poco que los ingredientes ya estén utilizados si se presentan de forma novedosa, por lo tanto, el problema del guión de 'Km. 31' no está en sus ideas de partida, sino en que el protagonismo va fluctuando por bloques de unos cuantos minutos. Comenzamos con el punto de vista de Catalina, para pasar más adelante a Omar y finalizar con Nuño (Adrià Collado). Y estas variaciones impiden que terminemos de entrar en la película o de sentir toda la empatía hacia la historia y hacia los personajes que se debería experimentar.
'Km. 31' agradecería un remontaje, ya que su ritmo es sumamente lento. Si la edición fuese más al grano, el film ganaría en garra y pasión y se convertiría en un mejor producto no sólo por hacerse más ligero, sino por reforzar sus posibilidades.
En el apartado interpretativo, destaca claramente la actriz que hace de las dos hermanas, Iliana Fox. Su papel es el mejor retratado, lo cual ayuda, y su trabajo actoral no es malo en absoluto, aunque tampoco resulta brillante, pues no logra que queramos a su personaje, que sintamos una conexión con ella. Collado está correcto, en su registro habitual, aunque el guión no lo trata tan bien como a los actores masculinos mexicanos, que interpretan sus papeles de manera solvente.
En resumidas cuentas, un film de terror más que correcto y muy cercano a los productos asiáticos de género. No despierta una gran empatía ni resulta del todo claro en sus explicaciones, pero logra transmitir algo de miedo en sus escenas finales.
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