Mucho revuelo se ha levantado desde la elección ayer del concursante al azar en Gran Hermano, y todo por confundir un número. La torpeza de una -azafata- presentadora que confunde un uno con un siete han hecho levantar todas las sospechas de la existencia de trampa en la elección del concursante por sorteo.
Recordemos la situación, en las unidades salío un tres, en las decenas también salío un tres y, luego, en las centenas salío un número un poco extraño, ya que las bolas no estaban demasiado bien hechas. Mercedes Milá empezó a gritar que era un 7 pero -la azafata lo giró de tal manera que parecía un uno, por lo que se aceptó que era un uno- Lucía Riaño desde la calle empezó a decir que era un uno y se continuó la gala eligiendo a una tal Romina, que entró directamente a la casa. Muchas webs, como por ejemplo Yonkis.com han demostrado que en efecto, el número era un siete y no un uno, por lo que el concursante que debería entrar sería el portador del 733, y no Romina, que tenía el 133.
Pero ahí no acaba la cosa, la organización del concurso se dió cuenta y, tal como cuentan en su página web, buscan al concursante 733 para hacer algo con él, porque según informan, Romina seguirá dentro de la casa pase lo que pase. ¿Y qué se hará con el otro concursante? No se sabe nada, según la organización se desvelará todo en la emisión diaria del resumen con Lucía Riaño.
Pero mientras tanto podemos reirnos un poco con el chaleco de Mercedes Milá y estediseño que ya existe para que se lo ponga a raiz de este incidente. Yo no me voy a perder la siguiente gala, puede ser apoteósica.
Vía | Yonkis.com | Uno mas uno son siete
