Casi todo el mundo coincide en que este año ha sido una de las ediciones más potentes del festival de Sitges. Algunos apuntan que está por debajo de la anterior en cuanto a títulos realmente impactantes, pero en general, aunque ninguna obra brille por encima de las demás, en mi opinión la calidad general y la relevancia de los títulos estrenados, independientemente de si han acabado siendo mejores o peores, ha sido espectacular.
Un palmarés justo
En primer lugar, repasemos lo que ha dado de sí el palmarés, bastante ajustado en algunos de sus elecciones pero totalmente extraviado en su premio principal. La mejor película es uno de los ejercicios de infantilismo indie más irritantes de los últimos años. ‘Swiss Army Man’ (2016) es la típica bromita de estudiantes pijos de escuela de cine que pretenden copiar a Spike Jonze y les sale un quiero y no puedo, de actores sobreactuados y guión desacompasado, que quiere parecer brillante sin conseguirlo.
Otra cosa es la mención especial del jurado, justo reconocimiento para un acercamiento al género sin máscaras ni disculpas con ‘La autopsia de Jane Doe’(The Autopsy of Jane Doe, 2016) un procedural forense con vuelta de tuerca lleno de intriga y terror clásico. Una sorpresa para público y crítica que requiere entrar en el cine sin saber nada. Huid de titulares hasta entonces. Incomprensible, sin embargo, el premio a mejor guión para ‘Pet’(2016) unánimemente considerada una de las peores muestras del festival.
Premio a la major actriz para la niña Sennia Nanua, por su niña semizombie en ‘Melanie. The girl with all the gifts’(2016), una especie de secuela de ‘28 semanas después’ (28 Weeks Later, 2007) que empieza muy bien y se pierde cuando no sabe si ser la tercera de la saga Mad Max o ‘Soy Leyenda’ (I am Legend, 2007). El gran premio del público recayó en ‘The Handmaiden’(2016), un drama erótico de época de Park Chan-wook que reformula 'Las Diabólicas' (Les Diaboliques, 1955) con grandes giros, menos intriga y un tono demasiado ligero para los oscuros temas tratados en su desproporcionado metraje.
Corea manda
Y hablando de cine coreano y zombies, la sensación de género (premio a la mejor dirección y Fx) fue ‘Train to Busan’ (2016) un ‘Pánico en el transiberiano’ (1972) revolucionado y moderno que eleva al género zombie a la categoría de drama de catástrofes, tal y como lo erigió su creador George A. Romero. El premio a la mejor fotografía y mejor película Focus Asia fue para ‘El Extraño’ (The Wailing, 2016), sin lugar a dudas, la mejor película del festival. Un thriller policíaco que se convierte en terror filosófico puro.
Premio a dirección novel y del jurado carnet jove a ‘Grave (Crudo)’ (Raw, 2016) una película de iniciación salvaje y caníbal con ecos de ‘Yo fui un hombre lobo adolescente’ (I was a Teenage Werewolf, 1957) y su versión moderna y femenina ‘Ginger Snaps’ (2000), aunque la licantropía sea figurada. Mención especial se llevaría ‘The Lure’ (2016), un musical polaco que se podría definir como una versión gore de la sirenita en una disco after decadente, con señores pedófilos setenteros y olor a cenicero, brummel y alcohol de garrafón.
El premio Noves Visions fue para la iraní ‘Under the Shadow’ (2016), terror con carga social que se olvida de su carácter fantástico hasta muy entrado su metraje, correcta pero para nada la nueva ‘Babadook’(2014), como se había vendido, sino más bien una nueva versión del ‘Dark Water’ (2002) de Hideo Nakata con detalles casi calcados. En panorama fantástic brilló ‘I’m Not a Serial Killer’ (2016) una especie de versión indie de Dexter con vuelta fantástica reminiscente a ‘Noche de miedo’ (Fright Night, 1985) con pulso de mumblecore bien entendido y más sólida de lo que parece a primera vista.
Precedida por la polémica en Cannes, dejó división de opiniones pero buena aceptación y premio de la crítica ‘The Neon Demon’(2016) el nuevo delirio visual de Nicolas Winding-Refn, que pese a su desvarío necrofilésbico de su último tercio en una obra con un discurso claro y todo su poderoso artefacto estético de neogiallo se encarga de complementarlo. Hace buena pareja con ‘The Eyes of my Mother’ (2016), otro ejercicio de estilo estético con un tono más seco y realista, pero con un retrato perturbador sobre la psicopatía muy loco.
Asia, terror y ciencia ficción
Corea también nos dejaba ‘The Age of Shadows’ (2016), un notable de Kim Ji-Woon tras su penosa aventura americana pero en el terreno Japonés me quedaría con ‘Shin Godzilla’ (2016), una puesta al día del kaiju clásico como reflejo del Japón herido postfukushima con un cóctel ideológico salvaje que navega entre la sátira socioeconómica y el patriotismo subyacente. Sin embargo el resto de ofertas del país decepcionaba con un exploit de ‘Saw’ (2004) llamado ‘Museum’ (2016) y las nuevas obras de Miike, ‘Terraformars’(2016) y Kurosawa, ‘Creepy’ (2016).
El cine de terror ha brillado con ‘The Void’ (2016), junto a ‘El extraño’, lo mejor del festival, un proyecto de muy bajo presupuesto que recupera al mejor Carpenter para narrar una aventura lovecraftiana en su acepción más cósmica, como pocas veces se ha visto. ‘Sweet Sweet Lonely Girl’ (2016) resamplea con éxito ‘La gota de Agua’ de Mario Bava con ‘La maldición de los Bishop’ (Let’s Scare Jessica to Death, 1971) y ‘Pesadilla Diabólica’ (Burnt Offerings, 1976). Por otra parte, ‘Somnia’ (Before i Wake, 2016) es un bello cuento de hadas oscuro muy alejado del remedo de James Wan que algunos esperaban de ella.
La ciencia ficción en buena forma con la muy interesante ‘Colossal’ (2016) de Nacho Vigalondo, que consigue que su alocado punto de partida funcione y su atrevido discurso feminista te deje pensando horas. También destacable es el actioner en primera persona ‘Hardcore Henry’ (2016), cuyo tono paródico y ultraviolento te agarra y no te suelta hasta su explosivo clímax. Un spin off anfetamínico de ‘Robocop’(1987). La sesión sorpresa fue la esperada ‘The Arrival’ (2016) que maravilló a los críticos que pudieron asistir al pase.
Neo Westerns y decepciones
Fuera del fantástico, el neo western ‘In a Valley of Violence’ (2016) de Ti West divirtió con su mezcla de humor y violencia. ‘Hell or High Water’ (2016) es un thriller fronterizo también con toques de western que fascinó incondicionalmente. Menos ruido en el pase de ‘Desierto’ (2016) de Jonás Cuarón, que resultó ser un muy efectivo survival en el desierto con un Jeffrey Dean Morgan preparándonos para odiarle como Negan interpretando a un Zaroff moderno con más odio a los mexicanos que Donald Trump.
También hubo decepciones sonadas, principalmente con los nuevos trabajos de Rob Zombie y Adam Wingard. ‘31’ (2016) es un justito ‘Perseguido’(The Running man, 1987) con payasos asesinos al que le sobra media hora y primeros planos mientras que ‘Blair Witch’ (2016) es casi un remake (no confeso) ruidoso y facilón de la original que dejó frío hasta a los seguidores más acérrimos de la bruja. Poco se habla de ‘Inside’ (2016),el remake de la sangrienta película francesa que abrió la gala de inauguración y que no gustó a nadie. Quedan muchas en el tintero, pero esto es a grandes rasgos lo esencial de la 49 edición del festival de cine fantástico más importante de Europa.
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