Hay fórmulas que resultan atractivas para los espectadores y que en el mundo cinematográfico han sido todo un éxito y un bálsamo entre las producciones con una estructura definida que pocas veces se salen de los cánones establecidos y lo cotidiano.
Una de estas fórmulas es recopilar en una misma producción varios relatos realizados por diversos directores, películas como ‘Paris, je t´aime’, ‘New York, I love you’ o ‘Four Rooms’ nos presentan films diferentes donde lo atractivo reside en esa diversidad y en poder visionar un escenario bajo diferentes miradas.
Quizá en el mundo de las series encontrar ejemplos de esa diversidad en la estructura es más complicado. ‘Black Mirror’ es el ejemplo más destacable, con capítulos autoconclusivos son argumentos diferentes entre sí, pero con una tónica general, dónde la crítica social es predominante creando un precedente en la manera de entender el medio.
Los hermanos Duplass, garantía de éxito
Pero si de novedad y revolucionar el medio se trata los hermanos Mark y Jay Duplass nunca defraudan, ellos son la muestra de la multidisciplinariedad, desde la industria indie han sabido realizar en labor de directores, actores, productores y escritores obras que han aportado frescura e inteligencia a la industria.
Obras como ‘El amigo de mi hermana’ ('Your Sister´s Sister'), ‘Seguridad no garantizada’ ('Safety Not Guaranteed'), o la delicada 'Blue Jay' así como sus participaciones en diversas series como 'Transparent' o 'The Mindy Project' marcan el estilo de estos dos hermanos, creando a través de los años un sello muy personal y exitoso.
Tras series como 'Togetherness' o 'Animals' desde junio encontramos de la mano de Mark y Jay en HBO la primera temporada de 'Room 104', una serie antológica, donde se dejan atrás esas grandes sagas para degustar 12 episodios con argumentos que no tienen ninguna conexión entre ellos.
Así como en muchos de sus proyectos se implicaban como actores , directores y escritores en esta ocasión salvo alguna fugaz aparición la labor de dirección la han dejado en manos de directores con una clara proyección dentro del circuito independiente como Sarah Adina Smith o Ross Partridge.
Muchas de las historias que encontraremos en la serie son ideas para películas desechadas por los hermanos Duplass y que han rescatado en un nuevo formato que creían más adecuado. Episodios de menos de media hora donde la variedad de estilos y argumentos son abrumadores, lo único que no varía es el escenario, la habitación 104 de un típico motel de carretera norteamericano.
'Room 104' ofrece una gran variedad argumental
En el primer episodio encontramos la odisea de una niñera por lidiar con un niño bastante siniestro y en el último la historia de una pareja mayor que rememora su primera noche en esa habitación y hace un recorrido por su relación, marco perfecto para que salgan a la luz secretos hasta entonces no revelados.
Entre este inicio y final se suceden historias diversas, cotidianas pero llevadas al límite, tintadas siempre con un halo de misterio y jugando siempre con 3 personajes como máximo, donde medios como la televisión y el teléfono juegan un papel fundamental en ese fuera de campo.
Cada episodio es un fragmento delicado y muy cuidado pese a su corta duración, los hermanos Duplass son metódicos y en ese escenario común cada historia cuenta con elementos estéticos distintos que ayudan al relato, además de mostrar un virtuosismo ejemplar con los géneros cinematográficos.
Un capítulo sin diálogos donde la narración corre a cargo de la danza o una mujer que acude en busca de ayuda espiritual, todo puede ocurrir en esa habitación, nunca sabes que te vas a encontrar y eso es lo más atractivo de ‘Room 104’.
Texto realizado por Lara Ben-Ameur
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