Desde “decepción absoluta“ hasta “el mejor piloto de la temporada“. Las críticas de ‘Nashville‘ se han movido en ese amplio rango entre la blogosfera especializada, y lo cierto es que ambas posturas son entendibles. Desde ya dejo claro que me acerco más a la opinión de los segundos; la temporada en drama, como viene siendo tan habitual, está siendo tan escasita y plana que incluso una serie como ésta es capaz de destacar por encima del resto, sin que sea la panacea ni la salvación del drama en abierto para los próximos años.
Para los despistados, ‘Nashville‘ es un drama entre dos divas del country, interpretadas por Connie Britton (Rayna James) y Hayden Panettiere (Juliette Barnes), “Panetone” para los amigos. La primera representa a la cantante veterana con miles de premios en su estantería y una carrera rota de tanto usarla, mientras que la segunda da vida a la esperanza para las nuevas generaciones, algo así como una Justin Bieber de la música country, tanto por su éxito entre las jóvenes como por la repelencia de su actitud.
La trama comienza cuando la discográfica propone a Rayna que su gira se “fusione” con la de Juliette, aunque en realidad pasaría a ser la telonera de ésta. Todo un insulto para la antigua reina del country que ya en el piloto tiene varios momentos y frases de diosa, dejando por los suelos a cualquiera que se meta con ella. Un delicioso duelo de miradas asesinas con la “Panetone”, que parece haber nacido para interpretar este papel, y una subtrama política, familiar y sentimental digna de cualquier culebrón que se precie.
Porque al fin y al cabo ‘Nashville’ es eso, un culebrón, con alto presupuesto y con el country como cortina de humo, pero aquí lo interesante es el dilema que tiene Rayna en todos los aspectos de su vida. Desde la mala, malísima, relación con su padre hasta los esfuerzos de su marido por salir adelante en la política a toda costa, pasando por su acercamiento a ese amor de su juventud con el que ahora tiene la opción de hacer una gira. ¿Cuánto tiempo pasará hasta que su marido empiece a no caber por la puerta debido a su gran cornamenta? No creo que falte mucho.
En definitiva, un estupendo drama capaz de dar mucho de sí, en el que la música country es sólo una excusa para enmarcar otros aspectos mucho más interesantes. Su segundo episodio no se ha desinflado con respecto al piloto, y aunque las audiencias sí parecen haberse desplomado tras su primera emisión (algo completamente lógico ya que el piloto se emitió escoltado entre dos episodios de ‘Modern Family’), sí parece seguro que los trece primeros episodios conseguirán emitirse. A partir de ahí, ya veremos.
En ¡Vaya Tele! | Otoño 2012: Nuevas series ABC
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