A ‘Homeland’ le han llovido las alabanzas desde su estreno hace algo más de un año. Multitud de premios, crítica rendida a sus pies y goza del favor del público. Sin embargo, lo que nos cuenta ‘Homeland’ no se aleja demasiado de lo que pudimos ver durante ocho temporadas de ‘24’. Las diferencias saltan a la vista, en especial en el ritmo en el que se sobrevienen los acontecimientos, ya que ‘24’ era una esclava de su novedoso formato y su necesidad de echar mano de las sobredosis de adrenalina para enganchar a la audiencia, mientras que en la serie de Showtime todo sucede con mucha más tranquilidad, teniendo más peso los duelos psicológicos que los físicos, dominantes en la primera, donde la sombra del peligro era uno de sus principales rasgos característicos.
Lo cierto es que ya llevaba un tiempo barruntando la idea de dedicar un artículo a las semejanzas entre ‘Homeland’ y ‘24’ – ya califiqué a la primera en su momento como la ‘24’ que HBO hubiera hecho años atrás-, pero ha sido un texto de La vida imita al arte lo que ha terminado de animarme. El hecho de que ‘Homeland’ haya sido creada a partir de una producción israelí por Howard Gordon y Alex Gansa ya garantizaba ciertos puntos de encuentro, y es que ambos tienen un pasado en la serie protagonizada por Jack Bauer, el habiendo llegado a alcanzar el preciado estatus de showrunner y el segundo participando como guionista en las dos últimas temporadas. Sin más dilación, os invito a conocer mis razones para decir que ‘Homeland’ y ‘24’ son tal para cual.
Los giros sorpresivos
Sería injusto decir que ‘24’ inventó los giros de guión sorpresivos y los cliffhangers, pero pocas series, por no decir ninguna, han basado tanto su razón de ser como la protagonizada por el gran Jack Bauer. Este fue el principal punto de encuentro con ‘Homeland’ en sus inicios, pero sin llegar a ser algo demasiado evidente, pero eso ha cambiado en la segunda temporada. Ya no es sólo que la ‘Homeland’ haya acelerado el ritmo quemando tramas que en otros casos hubieran podido ser tranquilamente la season finale de dentro de varios años, sino que también han trampeado ciertas situaciones con esa finalidad. Personalmente, ha habido algún episodio en el que sólo me faltaba el característico reloj final de ‘24’.
La traición es otro de los grandes ejes de las tramas de ambas series, ya sea con Jack Bauer teniendo que saltarse las leyes para hacer que ésta se cumpla, Nicholas Brody y sus coqueteos con el terrorismo o que esto también afecte a otros personajes, no teniendo problemas en llegar a altas instancias de Estados Unidos. En ‘24’ fueron muy arriba con este punto, mientras que en ‘Homeland’ han recurrido hace poco a ello para darle más emoción al asunto y, de paso, poder alagar más la serie, estando por ver que vaya a ser para bien o para mal.
El terrorismo y la amenaza a la seguridad nacional
No es habitual que una serie de televisión trate abiertamente este tema, seguramente por ser un tema especialmente delicado para el público norteamericano. De hecho, los únicos casos de series populares en los que realmente sea el tema central se reducen básicamente a ‘24’ y ‘Homeland’, habiendo abordado ya la primera el tema de la amenaza árabe en varias ocasiones. Además, no voy a negar las bondades de ‘Homeland’, pero más allá del carácter ambivalente de Nicholas Brody no ha habido una profundización seria en este punto. Abu Nazir era más o menos bienintencionado en la primera temporada y en la segunda ha acabado siendo un monstruo sediento de sangre, perdiendo así todo matiz enriquecedor.
La definición de sus protagonistas
Sí, en ambas producciones el objetivo es acabar con una grave amenaza exterior para la seguridad de los Estados Unidos, pero lo que realmente hace las hace jugar en otra liga es que sus protagonistas oscilan alrededor de diversas gamas de grises que estiran al máximo la – discutible- necesidad del espectador de que sirvan como referente moral de lo que vemos en pantalla.
David Nivens, presidente de Showtime, comentó en una reciente entrevista en ‘The Business’ – el programa del 22 de octubre, por si hay algún interesado-, un podcast – en inglés- al que os recomiendo echar una escucha, el proceso por el cual la serie acabó en la cadena. Nivens señalaba que tanto Carrie como Brody eran dos personajes mucho más delimitados como la buena y el malo cuando ‘Homeland’ estaba orientada para ser emitida por una network, pero que eso se matizó muchísimo para que encajase dentro del estilo Showtime.
Sin embargo, Jack Bauer debe ser el héroe de una cadena generalista que ha realizado un mayor número de acciones difícilmente justificables desde una perspectiva de blanca o negro. Yo mismo pasé por varias etapas que iban desde la total adoración al puro odio. En ‘Homeland’ no hay un contraste tan marcado, ya que es algo que está mejor equilibrado, pero alguna pega tenía que tener el que ‘24’ se emitiera en Fox, que bastante fue que les permitieran tener a un héroe tan atípico como él.
Las hijas odiosas y su gran importancia
Ningún seguidor de ’24, aunque sólo fuera durante un breve período de tiempo, olvidará jamás a Kim Bauer y su facilidad para dejarse secuestrar y que así su padre tuviera que acudir al rescate. Este recurso, una forma de garantizar la presencia en la serie de una chica que captara el interés de los más bajos deseos de cierto sector masculino – o femenino-, no dejaba de ser una forma de enmascarar que Kim Bauer era el gran punto de apoyo para su padre. Sin embargo, la serie fue retorciendo progresivamente su relación, que ella no quería ni verlo, que si la enchufaba para trabajar en la UAT, que si volvía a desaparecer, etc.
Pasemos ahora al caso de ‘Homeland’: Chris nunca ha sido un personaje relevante y su influencia sobre su padre es prácticamente inexistente. Me recuerda un poco al caso de Walt Jr. en ‘Breaking Bad’, pero al menos allí hay ciertas fases en las que sí se le hace un poco de caso, mientras que Chris ha quedado condenado a ser un personaje de relleno. Eso cambia cuando hablamos de Dana, ya que la primera temporada fue sembrando muy bien la semilla de su papel esencial, incluso por encima de su madre, para el protagonista. Eso sí, una vez unidos, toca distanciarlos con el mismo recurso (cuidado con el spoiler): Dana comete una estupidez, pero en esta ocasión no acaba con ella secuestrada, sino con alguien muerto
Esa imprudencia de Dana ha llegado a un punto en el que parece haber perdido toda fe en su padre, despojándole así de la brújula moral que representaba. Otro efecto colateral de su arco argumental de la segunda temporada es que no pocos espectadores –yo entre ellos- han acabado cogiendo manía a su personaje, aún no tanto como a Kim Bauer, pero conviene recordar que aún sólo se han emitido 23 episodios de ‘Homeland’ y cada temporada de ‘24’ ya tenía uno más que esos.
Sé que habrá quien me encuentre al menos otros cuatro grandes puntos en los que ambas series tengan muy poco que ver, pero es que no estoy diciendo que sean clones, pero sí que se nota bastante que hay mucho de ‘24’ en ‘Homeland’, pero es algo que parece que quede mal decirlo al ser la primera sobre todo un – genial- entretenimiento y la segunda apostar más por la vía dramática. ¿Qué opináis vosotros?
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