'Harry's Law' no es mala, partamos de esa base. Pertenezco a esa audiencia infinitesimal que siguió con la serie tras su primera temporada, y uno de los pocos que le dio una oportunidad tras el primer episodio. La combinación de un bufete de abogados con una zapatería no parecía el punto de partida más atractivo, y juntar en ella a una rubia tonta, un madurito egocéntrico y una jefa con mala leche tampoco le daba muchos puntos. A ello le unimos un estreno en la midseason y piloto con muchas carencias... y ya la tenemos liada para el resto de la Historia.
Pero se trataba de NBC, una cadena en crisis que se agarraba (y se agarra) a un clavo ardiendo, y los buenos milloncitos de audiencia que les dejaba la serie de David E. Kelley (otrora artífice de 'Ally McBeal' y 'Boston Legal') eran nada despreciables. De audiencia anciana, sí, pero espectadores al fin y al cabo. La primera temporada consiguió ir subiendo de intensidad poco a poco, centrándose cada vez más en litigios de bandas callejeras y juicios en defensa de gente marginada, alcanzando unas elevadas cotas de drama. Pero ha sido en la segunda temporada cuando ha pegado una explosión que pocos esperábamos.
Se deshicieron de la zapatería por completo, y con ello también de la rubia, y potenciaron al máximo los casos judiciales. La temporada comenzaba a lo grande, con un caso de tres episodios de duración sobre un asesinato de relevancia nacional, y la defensa de un acusado que parecía a todas luces culpable. Fue el inicio de una serie muy diferente, que seguía teniendo en Harry su principal atractivo, pero que no renunciaba a desarrollar algo más al resto de personajes y, sobre todo, tratando casos interesantísimos, unos muy actuales y otros algo más absurdos.
Harry Korn llegó a defender en un juicio que se reconociera a un gorila como persona, para así poder darle a su cuidadora la custodia del animal; a este nivel de absurdo me estoy refiriendo. Pero también trataba otros casos mucho más de moda, casi siempre relacionados con la crisis económica, el enfrentamiento con las grandes empresas o el acoso, ya fuese en el colegio, en el trabajo o dentro del núcleo familiar. Algunos de ellos especialmente desgarradores, y enseñando sin tapujos las dos caras de la moneda para poner en duda al espectador.
'Harry's Law' ha sobresalido especialmente en los monólogos de sus personajes (y ya se vio el año pasado, de hecho la presentación de la categoría de drama en los Emmy abrió con una conclusión de Harry), especialmente frente al jurado popular para hacer válida su causa. Es impresionante ver cómo una causa aparentemente perdida adquiere fuerza sólo con tres párrafos locutados con una buena entonación; casi me convencieron en el caso del gorila, suerte que al juez no. De lo que no ha prescindido 'Harry's Law' en su segunda temporada es de los personajes cargantes, generalmente fiscales muy bien definidos con un carácter que llega a ser exasperante. No digo que sea una serie buena, digo que no es mala. Y que para mí no ha sido una pérdida de tiempo.
En ¡Vaya Tele! | 'Harry's Law' tensa la cuerda hasta el límite
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