Uno de mis guilty pleasure es 'Greek', la serie que cuenta la vida de unos universitarios muy ligados al sistema griego de hermandades. Es un "placer culpable" porque es una serie más de adolescentes, con sus problemas que parece que se va a acabar el mundo y con sus líos amorosos varios, que van desde los cuernos, a amores homosexuales, pasando por trios amorosos entre amigos no resueltos.
Pese a tener una tan típica, 'Greek' es una serie diferente, ya que su humor característico y sus fantásticos personajes hacen que los cuarenta minutos que dura cada capítulo se te pasen volando. Y eso no suele ser muy habitual en las series actuales.
Hace unas semanas la serie terminó con su segunda temporada, y pese a tener un aprecio ilógico hacia la serie y sus personajes, es necesario ser franco y decir que esta temporada ha sido bastante regular. Y es que pese a que la temporada pintaba bastante bien, con Rusty como miembro de pleno derecho de la hermandad y con Casey con una relación más o menos estable, la historia ha ido cayendo a ratos y no ha llegado a gustar ni enganchar como la primera temporada.
El principal problema de esta temporada ha sido restarle carisma a los personajes, desde los protagonistas que han pasado de ser personas activas y con muchas cosas en la cabeza a personajes monotema, llegando hasta los secundarios, que dejando a un lado los últimos capítulos, no han tenido el protagonismo que tuvieron en la primera temporada.
En cuanto al principal tema de la serie, las relaciones, la de Rusty y Jordan no enganchó tanto como ocurrió con Jen K, y la fallida pareja de Casey y Max con separación territorial incluída, fue tan poco creíble como el motivo que dio Casey al dejar a Max tirado por Cappie. Y eso que no hablamos de la relación de Ashleigh con el cuidador de la casa, tan insulsa como el intento de Frannie de hacer su propia hermandad, algo que podría haber dado mucho más juego del que dio. Y es que después de ver como trataron a este personaje durante la temporada y como lo despidieron al final, parece que los guionistas odiaban a Frannie, y es una pena ya era una de las pocas que daba juego.
Aún así, la temporada tiene alguna cosa que destacar, y esa es la relación de Dale con la casera. Relación que me arrancó alguna sonrisa más por lo absurdo de la situación que por otra cosa, aunque habrá que ver como lo resuelven en la siguiente temporada, ya que la convicción de ser virgen de Dale no da mucho más de sí y necesita una evolución inmediatamente.
En definitiva, la segunda temporada de 'Greek' no ha sido gran cosa. Ha sido la típica temporada que dejamos retrasada para los ratos en los que no tenemos nada que ver, pero no nos ha cambiado la vida, ni mucho menos.
En ¡Vaya Tele! | Greek
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