Ya ha llegado el remake en acción real de 'Avatar: La leyenda de Aang', y venía con un listón muy alto porque la serie animada de 2005 ya es para muchos una serie de culto. Mi compañero Albertini ya dio una opinión muy transparente y certera de la nueva serie, y ahora que yo también la he terminado vengo con mis propias opiniones bajo el brazo.
La 'Avatar' animada es una de mis series comfort para cualquier momento (y una de mis series favoritas, en general), pero tenía muy claro que lo que iba a ver era una serie con su propia identidad como ya pasó hace unos meses con 'One Piece'. El showrunner ya avisó en su momento que más que una adaptación calcada, lo que tendríamos es un remix con sus cambios y añadidos.
Honestamente, creo que 'Avatar: La leyenda de Aang' se ha quedado como una serie muy maja y disfrutable por sí sola si dejas de compararla cada cinco segundos con la original. Porque hay cambios que han funcionado de maravilla... Y otros que bueno, pues no tanto.
¡Aviso! Obviamente este artículo contiene spoilers sobre la primera temporada de 'Avatar: La leyenda de Aang'
La parte buena
Gyatso y los Nómadas del Aire
'Avatar' arranca fuerte y en orden cronológico, mostrándonos el genocidio de los Nómadas del Aire por parte de la Nación del Fuego. Esto nunca se llegó a enseñar abiertamente en la serie animada, y verlo "en directo" muestra sin tapujos la auténtica barbaridad que fue este suceso.
Además, nos permite entrar de lleno en la historia de Aang como protagonista sin tener que recurrir a flashbacks, yendo directamente a la historia principal sin demasiado misterio. El personaje que más sale ganando de estos cambios es Gyatso, porque además se profundiza aún más en su relación con Aang, y su inclusión en las secuencias del mundo de los espíritus es un añadido muy tierno.
Yue
Aunque la serie puede empezar lenta, los últimos episodios centrados en la Tribu del Agua del Norte han sido sin duda los mejores de la temporada para mi. Y uno de los personajes que más han salido beneficiados ha sido Yue, porque pasa de ser una princesa un poco florero que se enamora de Sokka a tomar un rol más activo dentro de su comunidad como sacerdotisa (y con mucha más agencia al negarse a su matrimonio concertado).
Además, se refuerza su conexión con el mundo de los espíritus y su relación con Sokka tiene algo más de chicha. Lo de que se convierta en la Luna sigue doliendo igual, para que negarlo.
La ambientación
Aunque el CGI falla bastante en algunos momentos (más adelante entramos al trapo ahí), es bastante resultón la gran mayoría del tiempo. En especial, los efectos especiales y los poderes de los elementos han sido trasladados muy bien a la acción real gracias a unas buenas coreografías y un acabado muy sólido.
También funcionan muy bien los exteriores, y el vestuario es uno de los mayores aciertos. Porque sí, aunque a veces peca un poco de tufillo a mal cosplay, se agradece que en Netflix no le hayan tenido miedo a los colores brillantes para diferenciar claramente a cada nación. Además, también se ha dado más diversidad y detalles a algunos territorios con un diseño de producción muy cuidado en lugar de tirar por un "escenario genérico inspirado en Asia".
Presentando con tiempo a los villanos
Uno de los aciertos de 'Avatar: La leyenda de Aang' ha sido incluir a los personajes de Ozai y Azula mucho antes de lo que aparecían en la serie animada. Al final, Ozai y su hija son los dos grandes villanos de la historia (especialmente Ozai), y ya desde muy temprano la serie de Netflix nos ha ido presentando la complicada dinámica de la familia real de la Nación del Fuego.
Ozai ya apunta maneras como un manipulador de primera, pero no guardarse a Azula y dejar que su personaje se construya poco a poco puede ser un gancho tremendo a la larga.
Zuko y Iroh
Zuko y Iroh son con diferencia lo mejor de toda la serie de Netflix. Zuko tiene un papel complicado como antagonista, pero el remake ha conseguido construir muy bien su personaje para que aún así sientas pena por él y quieras que las cosas le salgan bien.
No solo eso, si no que varias de las escenas originales de ' 'Avatar: La leyenda de Aang' sobre Zuko y Iroh son cremita pura, incluyendo el funeral de Lu Ten, el hijo de Iroh, y la razón por la que Zuko fue desterrado de su hogar. Aunque (por ahora) estén en el bando rival del Equipo Avatar, la serie ha logrado que se les coja un cariño tremendo y que quieras hacer piña con ellos.
Lo que no
"Libro de Agua"... más o menos
Cada una de las temporadas de 'Avatar' se centra en un elemento que Aang debe aprender. Y con todos los cambios narrativos que ha pasado la serie, al final el aprendizaje de los poderes de agua por parte de Aang ha sido completamente olvidados.
Ni por su cuenta, ni con Katara, ni con el maestro Pakku una vez llegamos al Norte. Si Aang toca algo de agua es de refilón, y todo su aprendizaje de los cuatro elementos como Avatar ha salido bastante mal parado y apenas le hemos podido ver ganar nuevas habilidades. La hipotética segunda temporada va a tener que ponerse las pilas con esto, porque Katara también mejora sus habilidades casi por arte de magia después de echar dos tardes entrenando.
El trío poco trío
Para la serie de Netflix se han comprimido veinte episodios de 25 minutos en ocho de más o menos una hora. Y con toda la reestructuración de la serie, ha habido muchos momentos que se han perdido de simplemente tener a Aang, Katara y Sokka juntos forjando lazos y llevándose bien.
Además, hasta los últimos episodios parece que 'Avatar' quiere insistir en separarles. Primero en Omashu, cada uno con su propia trama, y luego en el mundo espiritual. Que aunque por un lado venga bien que cada personaje tenga su propia historia que mover, se echa de menos tenerles juntos para reforzar la importancia del Equipo Avatar.
Omashu (como concepto)
Si el último tramo de 'Avatar: La leyenda de Aang' me ha parecido espectacular, en los que se cubre la etapa de la ciudad de Omashu casi me bajo por completo del carrito. Hay demasiadas cosas pasando en estos dos episodios, y a veces solo para dejarlos una referencia graciosa de turno ("¡mis repollos!") o para contentar a los fans más hardcore.
Aunque me hace mucha gracia el personaje del Mecánico, creo que no ha sido buena idea introducirlo tan pronto y deberían habérselo guardado para la segunda temporada. Especialmente porque la trama de Haru y los otros Maestros de la Tierra encarcelados era una de las más interesantes de la serie original y aquí ha desaparecido por completo.
Estamos, pero no estamos
Aunque la ambientación está muy conseguida, el CGI y ciertos efectos especiales todavía dejan bastante que desear (y eso que los supervisores apuraron hasta el último momento). Para mi el gran problema de hecho era los escenarios, en especial los interiores, porque en demasiadas ocasiones da la sensación de no nos movemos de una pantalla azul, con una luz bastante fea y un acabado como de videojuego de hace unos cuantos años.
Mientras que los exteriores sí que dan mucho el pego, los escenarios siguen siendo la gran asignatura pendiente de la serie para creernos del todo el mundo de 'Avatar'. Y, por desgracia, Appa y Momo salen demasiado poco (porque no tienen que ser baratos de animar, precisamente).
Katara y Sokka
La serie de Netflix va mucho más al meollo del asunto, eliminando casi todo de los episodios que podrían ser considerados de "relleno" de la serie original. Y sin embargo, estos son los episodios que más ayudan a desarrollar a los personajes de Katara y Sokka, que en mi opinión son los que peor salen parados de la serie.
Katara no termina de despegar como personaje hasta el último tramo de la temporada, y solo porque se ha mantenido su enfrentamiento con Pakku al rebelarse contra las costumbres sexistas de su tribu. Y Sokka sigue siendo muy carismático, pero también se ha quedado un poco desinflado al centrar casi todo su personaje en sus inseguridades como guerrero. Son dos personajes que tienen mucho potencial (y al final son co-protagonistas de la historia), pero parece que los han dejado de lado hasta el último minuto.
Esperemos que, si finalmente hay segunda temporada, puedan brillar un poquito más como se merecen.
En Espinof:
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