Hotel Rwanda, sesiones golfas y salas vacías

Hotel Rwanda, sesiones golfas y salas vacías
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El pasado fin de semana, cuando decidí ir a una sesión golfa, sesión de madrugada lo llaman comercialmente ahora, hubo una cosa que me llamó poderosamente la atención. En la sala donde echaron Hotel Rwanda, que es una película que se debe ver, sin medias tintas, buen cine de compromiso, apenas eramos 10 personas, mientras que en la sala de en frente, donde ponían Hitch, que es una película de la que se puede prescindir (si os fijais, y no tengo nada contra él, el príncipe de bel air siempre hace el mismo papel), tenía la sala llena. Y mi pregunta es: ¿cómo es posible? ¿Por qué el público opta por el camino fácil cuando va a ver una película? De verdad, Hotel Rwunda no os defraudaría porque es cine en estado puro.

Que yo recuerde, las sesiones golfas fueron un invento de las salas de cine para aquellos espectadores que se aventuraban a ver películas en versión original, y que era la única forma que tenían de verlas. Con el tiempo, las salas vieron que estas sesiones eran un filón y pasaron a explotar estos pases. Pues después de lo que pude comprobar, esto ya es una realidad. Y me entristece, porque mientras sigan triunfando películas banales y destinadas al olvido como la de Hitch, el cine saldrá perdiendo, ya que películas como Hotel Rwanda deben permanecer no solo en las salas de cine, sino en la memoria y en la retina de los espectadores. Sólo espero que el boca a boca, consiga mantener la película en cartelera. Eso será señal de que el cine puramente comercial no ha ganado la batalla. Aunque tengo la sensación de que vivo en la utopía. Porque como le dice el personaje de Nick Nolte a Don Cheadle: "No nos importais nada. Para el mundo civilizado vosotros sois peor que la mierda." ¿Y qué pensarán de esto los productores cegados por la taquilla, su único medidor de éxito?

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